CIUDAD DEL VATICANO.- Se ha publicado el documento «Del Conflicto a la Comunión» por la
Comisión Luterano-Católica Romana para la Unidad, en el contexto de la
conmemoración del 500º aniversario de la Reforma y el 50º aniversario del
diálogo entre luteranos y católicos en el año 2017.
El cardenal Koch,
presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los
Cristianos, reconoció que aunque el esfuerzo ecuménico tiene como
objetivo poder participar de la misma Eucaristía «sería difícil que este
documento fuera el paso hacia esto».
En su discurso de presentación, el cardenal reflexionó sobre las
oportunidades que podría ofrecer la celebración conjunta del 500º
aniversario; la necesidad de escucharse mutuamente sobre el significado
de este aniversario para ambas partes; el redescubrimiento de qué tienen en común católicos y luteranos,
afrontando con valentía los conflictos surgidos en la historia de la
Reforma; así como el significado de este documento para el proceso
ulterior de diálogo.
El cardenal Koch dijo que la decisión de continuar el proceso de diálogo sobre la cuestión del bautismo,
que se trabaja como «Bautismo y crecimiento en la comunión», iba a ser
muy bien recibida, porque supone un importante avance en el camino de
profundizar en el entendimiento entre luteranos y católicos. También
indicó que esto abriría una posibilidad de preparar una futura sobre la
iglesia, la Eucaristía y el ministerio.
El cardenal Koch aseguró, respondiendo a diversas intervenciones
sobre las cuestiones controvertidas en la búsqueda de la unidad de los
cristianos, que estaba de acuerdo «en que el objetivo del esfuerzo
ecuménico tiene que ser la cena común, pero sería difícil que este
documento fuera el paso hacia esto». Su consejo tanto a los luteranos
como a los católicos fue ser realista respecto a las expectativas. «Nosotros, por ejemplo,
no podemos imponerles a Vdes. el papado; y yo puedo esperar de Vdes que
no nos presionen a recibirles en la eucaristía y la comunión eclesial, porque estas son cuestiones constitutivas para los fundamentos teológicos de nuestra fe».
El presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad
de los Cristianos llamó la atención sobre el significado diferente que
la conmemoración de la reforma tiene para las diversas tradiciones
religiosas. «Es comprensible que sea fundamental en la alegría de los
luteranos redescubrir la doctrina de la justificación del hombre por la sola gracia»,
dijo el cardenal, añadiendo que los católicos comparten esta alegría.
Sin embargo, «la conmemoración de la Reforma está también asociada a un
profundo pesar, por la división de la Iglesia y los muchos efectos
negativos» que ha tenido para los católicos. Puede decirse que no celebramos las trágicas consecuencias del cisma, sino que vemos juntos los aspectos positivos y buscamos un terreno común para el futuro.
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