Los católicos en Africa sólo son el 23,14% y parece que más nominales que efectivos

MADRID.- La revista Mundo Negro, elaborada por los misioneros combonianos, ha publicado en su último número un especial sobre la realidad de África. La radiografía de la Iglesia en este continente muestra su enorme potencial.

La presencia de la Iglesia en África data desde los primeros siglos cristianos que debido a las variantes históricas a tener en cuenta (Islam, conflictos internacionales, etc.), no ha podido mantenerse de una forma gradual y constante. 

Sin embargo, las iglesias actuales tienen mayor edad que los recientes estados independientes, muchas de ellas con un siglo y medio de existencia. Ante todo, cabe resaltar que durante los últimos tres siglos, han existido fuertes iniciativas misionales, sobre todo, a partir del siglo XIX. Tanto es así, que las misiones, en algunos puntos de África han dado sus frutos pasando de la realidad de una 'Iglesia misionera' a la de 'Iglesias locales'. 

Según se menciona en el artículo escrito por el P. Juan González Núñez, Pablo VI (primer Papa que viajó a África) visitó el continente y pronunció aquella frase histórica "Africanos, vosotros sois misioneros de vosotros mismos". Los tiempos estaban maduros.

Actualmente, la presencia de los católicos en África es del 23,14%, según el Informe sobre Libertad Religiosa en el Mundo 2012 (AIN), con respecto a la población total que suma aproximadamente unos 1.100 millones de habitantes. Los musulmanes ocupan el mayor porcentaje con un 38% de presencia. Los cristianos no católicos suman un 23%. También se conserva la presencia de otras religiones tradicionales y autóctonas de África (14%).

El gran desafío de los católicos africanos podría considerarse en una mayor profundización de la fe. Según el Padre Antonio Villarino "Existen masas de 'católicos' más nominales que efectivos, superficialmente evangelizados (...) la gran tarea evangelizadora debe llevar a una verdadera inculturación de la fe, no tanto en el sentido de unos rituales más acordes con las culturas africanas –aunque también esto es un reto-, cuanto en el de una fe que se hace vida personal y comunitaria, ritual y social, familiar y política." 

Pese a ello, las diócesis están recibiendo una verdadera invasión de juventud y vitalidad. En este sentido puede remarcarse la esperanza vocacional que trae África, "un hecho que, junto al entusiasmo y la alegría, conlleva la natural preocupación por su formación y constituye una gran responsabilidad para toda la Iglesia. De ellos dependerá buena parte de lo que la Iglesia será, no sólo en África, sino también en otros continentes".