BUENOS AIRES.- Inmerso en un contexto religioso más flexible,
diversificado y secularizado, el catolicismo sigue siendo, sin embargo,
la religión con la que se identifican casi tres de cada cuatro
argentinos, de acuerdo con un estudio sobre la caracterización del campo
religioso en el país que está realizando la Universidad Católica
Argentina (UCA) y a cuyos primeros resultados el diario La Nación tuvo acceso con
carácter exclusivo.
Esta vigencia de la fe católica, relativizada por otros
analistas, aquí da pie, sin embargo, para un análisis más optimista del
presente y futuro del catolicismo en nuestro país: más allá del auge
del cuentapropismo religioso -la reelaboración personal de los preceptos
de las instituciones religiosas, por la que cada persona toma
contenidos de distintas creencias y casi "arma" su propia fe- el 74,3%
de los que, en forma anónima y voluntaria, se dicen creyentes en Dios
(90,5%), continúan declarándose católicos. Y ese sentido de pertenencia,
sostienen, entra a jugar en determinadas circunstancias de la vida.
A tono con esta postura, en la jerarquía eclesiástica
se percibe la intención de mirar el vaso medio lleno con respecto a
quienes se dicen católicos, pero viven su fe por fuera de la Iglesia. Y
también una actitud más activa con miras a fomentar y profundizar esta
identificación.
"Más allá de que las iglesias estén más o menos vacías,
lo importante es la experiencia de pertenencia que vive la gente que no
participa regularmente, pero que tiene la identidad católica. Por esto
es que promovemos mucho la pastoral sobre los primeros sacramentos, como
el bautismo y la primera comunión, justamente, porque esos sacramentos
dan sentido de pertenencia. La identidad católica puede replegarse en
determinadas épocas y cobrar renovado impulso en otras", explica
monseñor Enrique Eguía Seguí, obispo auxiliar de Buenos Aires, quien
encuadra el entusiasmo generalizado con que fue recibida la noticia de
la elección del papa Francisco, hace tres meses, en esta mayoritaria
identificación con el catolicismo.
En el análisis que acompaña este nuevo estudio
cuantitativo -que toma como base datos provistos por el Observatorio de
la Deuda Social Argentina de 2011, aunque adquiere estado público
ahora-, también se les otorga mayor relevancia a las creencias y a la
autoadscripción religiosas.
"El imaginario social religioso católico opera sobre el
lenguaje, los discursos y el modo de dar sentido de los individuos.
Las mentalidades permanecen modeladas por esta matriz cultural
constituida, desde hace siglos por el catolicismo. (...) La sociedad
argentina sigue encontrando en el cristianismo, y particularmente en el
catolicismo, un sistema de significados en el cual de alguna manera
estructura su propio horizonte de sentidos, que oxigena -en muchos
casos- con variadas ofertas espirituales. La herencia cristiana de la
sociedad es el sustrato desde el cual de diversas maneras las personas
se referencian para construir sus proyectos de vida, su configuración de
sentidos, su mundo simbólico, su ritualidad", concluye el informe de la
UCA, redactado por los investigadores Ana Lourdes Suárez y Juan Martín
López Fidanza.
Para López Fidanza, la afiliación religiosa no puede
verse como un criterio estático. "Lo religioso es parte de los recursos
disponibles a los que los individuos recurren para dotar de sentido a
sus vivencias. Puede ser central o periférico a esa narrativa que
expresa aquello que llamamos identidad. Pero en ciertas condiciones
puede activarse de modo particular. Algo de esto vivimos con la elección
del papa Francisco."
De acuerdo con este nuevo relevamiento, del total de
creyentes argentinos en Dios (el 90,5%), un 74,3% adscribe su fe al
catolicismo, en tanto que el 8,7% se declara perteneciente a alguna
religión evangélica; un 2,3% pertenece a otras religiones y un 14,8% se
dice sin religión.
Otras de sus principales conclusiones refieren que las
mujeres tienden a creer más que los hombres (aunque el porcentaje de
esta diferencia decrece a medida que se avanza en edad); los adultos son
más creyentes que los jóvenes ; las personas con menores niveles de
instrucción tienden a creer más que los que recibieron más educación
formal, en tanto que las personas en condiciones de mayor pobreza
estructural son más creyentes que los que tienen más recursos.
Practicantes y no practicantes
En sintonía con estudios anteriores, la investigación
también revela que la proporción de creyentes católicos desciende
notablemente cuando se examinan otras variables, como la del respeto al
precepto de asistencia semanal a misa. Un 18% dice asistir al menos una
vez por semana, aunque los expertos encargados de interpretar los datos
sospechan que podrían ser muchos menos.
"La gente responde en función de un sentimiento
subjetivo de regularidad, que traduce en lo que supone debería ser su
participación, pero que en realidad no es más que un deseo o una
conciencia de lo esperado", analizan los especialistas.
De cualquier manera, en un contexto de mayor
flexibilidad religiosa como el actual, a fuerza de la creciente
individuación de las creencias, la asistencia semanal a misa dejó de
dividir aguas entre practicantes o no practicantes.
"Los creyentes católicos que sienten distancia de las
instancias sacramentales, tienen ideas y evaluaciones propias sobre el
comportamiento del clero son, desde su punto de vista, católicos. Los
sacerdotes, a su vez, dirán que sólo son nominales.
Muchas veces la
ciencia social puede sentirse afín con la institución y sus líderes
porque «católicos nominales» parece una categoría evidente: dicen ser
pero no cumplen. Pero no lo es. Lo que existe, si uno quiere ser
preciso, es un conflicto por la definición y la aceptación de diversas
maneras de ser católico", explica Pablo Semán, investigador del Conicet y
profesor de la Unsam.
La Conferencia Episcopal Argentina hoy se muestra, sin
embargo, más receptiva hacia los creyentes más alejados.
"Hay diferentes
modos de vivir la fe. Y en esto, los santuarios, sobre todo desde la
reflexión del Concilio Vaticano II y ahora con el documento de
Aparecida , es apreciado por gran parte de la jerarquía como un lugar
privilegiado para vivir la fe del pueblo de Dios", analiza Eguía Seguí,
también secretario de ese organismo.
En lugar de continuar anclada en la vieja división
entre practicantes y nominales, hoy la Iglesia parecería dispuesta a
salir del templo, al encuentro de quienes se identifican con esa fe. Y
proponen una presencia mucho más activa en peregrinaciones o
celebraciones en santuarios populares.
"En los santuarios se recibe a la gente que siente su
pertenencia a la Iglesia, pero que, muchas veces, en lugar de seguir el
precepto dominical construye su propio compromiso que puede ser, por
ejemplo, ir al santuario una vez por mes. Lo cierto es que aunque
algunos suponen que se trata de un fenómeno extrainstitucional, en los
días del santo, por ejemplo, se hace un acompañamiento desde lo
sacramental: se celebran misas permanentemente, los sacerdotes están
todo el día confesando y se distribuyen cartillas e informaciones para
crecer en la fe y comprometerse con ella", ejemplifica el obispo, quien
agrega que "hay algo de vulnerabilidad en el proceso de evangelización
que la Iglesia está asumiendo".
Dado que el estudio del campo religioso argentino es un
fenómeno de las últimas décadas, aún son escasos los datos con respecto
a la diversidad de prácticas dentro del catolicismo. Se trata de un
campo completamente dinámico y en reconfiguración permanente. Y no lo
suficientemente observado.
"La noción de «prosumidor» aplicada a quienes consumen y
en ese acto transforman los contenidos de la cultura virtual podría
extenderse a otras experiencias culturales. La gente recibe un mensaje
de la Iglesia Católica y lo reelabora. En eso cree genuinamente",
analiza Semán.
"El culto a los santos, las formas de cuidado de sí que
se apoyan en nociones espirituales de la nueva era, los principios de
cura de los curanderos inciden en la formación de los universos de
creencias de los extrainstitucionales y de los institucionales, sólo que
éstos no lo muestran en donde eso sería sancionado", agrega el
especialista.
Religiosidades
En un trabajo realizado sobre la base de una encuesta
del Conicet hecha en 2008, Verónica Giménez Beliveau tipifica a los
creyentes católicos según su cercanía y acuerdo con la Iglesia
distinguiendo entre congregantes, devotos, institucionales, domésticos,
librepensadores y secularizados.
"Las prácticas que la población declara realizar en su
mayoría tienen que ver con lo individual. Las que más declaran los
católicos es rezar en sus casas, ver y escuchar programas religiosos y
leer folletos religiosos. Lo que hoy tenés también es una
intensificación de un tipo de religiosidad muy comprometida para un
pequeño grupo de personas que es, por ejemplo, el tipo de religiosidad
que proponen los movimientos eclesiales como el de la renovación
carismática, el Opus Dei o Comunión y Liberación, por nombrar algunos",
puntualiza Giménez Beliveau.
"Después -prosigue- hay otra manera muy comprometida
que conecta con cuestiones de la salud: el padre Ignacio, la Virgen de
Salta, la de San Nicolás, en su momento San Pantaleón, San Expedito...
Es una religiosidad que no tiene una regularidad pareja, sino que es de
momentos fuertes. Vos tenés una vez por mes o una vez por año ese
compromiso."
Del otro lado, los procesos de cambio por los que fue
atravesando la Iglesia Católica tampoco han sido, en opinión de los
especialistas a cargo de la encuesta de la UCA, mirados con la
suficiente profundidad.
"La Iglesia Católica -al igual que cualquiera de las
otras- es una institución que ha ido cambiando a lo largo del tiempo. La
Iglesia post Vaticano II abrió importantes caminos en torno a la manera
de comprenderse a sí misma y de comprender su vinculación con el mundo.
Estos cambios son en sí mismos propulsores de reconfiguraciones del
campo religioso; abren nuevas posibilidades de adhesión y de
participación", considera Ana Lourdes Suárez.
Tal vez en lo que todavía no se miró lo suficiente
-tanto desde la Iglesia como desde los "prosumidores religiosos"-
residan algunas de las claves necesarias para comprender la vigencia del
catolicismo en nuestra cultura. Un catolicismo que es, en rigor, una
suma de catolicismos.
Fe, prácticas y pertenencia
Los principales datos de la encuesta de la UCA
- 74,3%
De católicos
Del total de creyentes en Dios (el 90,5% de la población), tres de cada cuatro se consideran católicos.
- 18%
Va a misa semanalmente
Hacia el interior del catolicismo conviven muchas maneras de vivir la fe. Muchas van por fuera de la Iglesia.
- 8,6%
De participación
La cifra de los que integran alguna institución eclesial es notablemente más baja que la de los que asisten regularmente a misa.
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