CIUDAD DEL VATICANO.- En la fiesta de San Pedro y San Pablo, patronos de Roma y del papado, el Santo Padre afirmó
que «debemos desarrollar el Sínodo de Obispos, en armonía con el
primado del Papa. Ir hacia esa sinodalidad, crecer en sinodalidad en
armonía con el primado».
El Papa aprovechó la homilía de la misa celebrada dentro de
la basílica para subrayar de nuevo que «la comunión en la Iglesia no
significa uniformidad», y citó la constitución dogmática Lumen Gentium
del Concilio Vaticano II para recordar que el colegio de obispos
«compuesto por muchos, expresa la variedad y universalidad del Pueblo de
Dios».
Refiriéndose a la unidad de los cristianos, el Papa afirmó
que apreciar positivamente la variedad «debe llevarnos a superar todos
los conflictos que hieren el cuerpo de la Iglesia. Unidad en la
diferencia: ¡este es el camino de Jesús!».
Al mismo tiempo, subrayó el carácter colegial del
episcopado afirmando que el palio que acababa de imponer a los 34
arzobispos metropolitanos nombrados en los últimos doce meses «es un
signo de la comunión con el Obispo de Roma, con la Iglesia universal,
con el Sínodo de Obispos, y también del compromiso de cada uno de
vosotros de ser instrumentos de comunión».
La referencia al «Sínodo de Obispos» no figuraba en el
texto escrito de antemano, pero el Papa la añadió para confirmar una
línea anunciada en varias ocasiones. Su proyecto es reformar la
estructura y el programa del Sínodo de Obispos,
que se reúne solo cada dos o tres años durante el mes de octubre, para
que sea un instrumento de mayor importancia en la evangelización y el
gobierno de la Iglesia.
Como es habitual en la fiesta de San Pedro y San Pablo, una
delegación del patriarcado ecuménico de Constantinopla, encabezada por
el metropolita de Pérgamo, Ioannis Zizioulas, asistió en lugar destacado a la misa y bajó a rezar con el Papa ante la tumba de San Pedro al final de la ceremonia.
Poco después, durante el rezo del Ángelus, el Papa
agradeció la visita y añadió que «Todos juntos enviamos nuestro saludo
cordial al patriarca Bartolomé I de Constantinopla, y rezamos por él y por esa Iglesia».
Pasando del dicho al hecho, continuó: «Vamos a rezar todos
juntos un Avemaría». La rezó en italiano, acompañado por unos treinta
mil fieles que, al terminar, confirmaron su simpatía con un aplauso.
Por segunda vez, desde el día en que se asomó recién
elegido al balcón de San Pedro y pidió a los fieles que rezasen un Padre
Nuestro por Benedicto XVI, el Papa añade una oración inesperada en la Plaza de San Pedro, según 'Abc', de Madrid.
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