CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Juan Pablo II, el polaco Karol Wojtyla, sería proclamado santo
con toda probabilidad el domingo 20 de octubre próximo por su sucesor,
el argentino Francisco, en una ceremonia en el Vaticano a la que se
estima asistirá más de un millón de fieles, muchos venidos de Polonia.
La fiesta litúrgica del beato Wojtyla fue fijada para el 22 de octubre,
de allí la elección de la fecha.
La comisión de teólogos de la Congregación para la Causa de los Santos del Vaticano aprobó la atribución de un segundo milagro al beato Juan Pablo II, paso clave para su canonización, indicaron fuentes vaticanas.
La decisión debe ser posteriormente confirmada por una comisión de cardenales y autorizada con un decreto por el Papa Francisco, según el complejo proceso para llegar a ser santo.
La comisión de teólogos de la Congregación para la Causa de los Santos del Vaticano aprobó la atribución de un segundo milagro al beato Juan Pablo II, paso clave para su canonización, indicaron fuentes vaticanas.
La decisión debe ser posteriormente confirmada por una comisión de cardenales y autorizada con un decreto por el Papa Francisco, según el complejo proceso para llegar a ser santo.
Con la atribución del segundo milagro al Papa polaco, fallecido en 2005, se acelera el proceso para la canonización de Juan Pablo II.
En abril pasado los médicos del Vaticano reconocieron la curación inexplicable de una mujer, un paso necesario para el avance de la causa de canonización del papa polaco.
Una comisión de siete médicos de la Congregación para la Causa de los Santos validó como milagro esa curación, a propuesta del postulador de la causa, monseñor Slawomir Oder.
El proceso canónico para que una persona sea proclamada santa requiere el reconocimiento por examen clínico de un milagro para la beatificación (efectiva desde mayo de 2011 en el caso de Juan Pablo II) y a continuación de otro para la canonización.
Karol Wojtyla podría ser canonizado en octubre, a finales del “Año de la Fe” lanzado por su sucesor Benedicto XVI.
Durante los funerales de Juan Pablo II en 2005, tras 27 años de pontificado, uno de los más largos de la Historia, la multitud gritó “santo súbito” (“que sea hecho santo de inmediato”).
Rápidamente Benedicto XVI autorizó el examen de sus virtudes y de su obra para que fuera declarado bienaventurado.
En realidad, Juan Pablo II subirá el último escalón de los altares acompañado de una avalancha de milagros de fieles que sostienen haberse curado gracias a su intercesión. Una parte de esos milagros han sido reconocidos pero se eligió uno, el caso de la mujer de Costa Rica, que es suficiente para hacer santo al popular Papa polaco que reinó durante más de 26 años.
Más allá de discrepancias y objeciones, los argentinos tienen que recordar con gratitud a Wojtyla. Menos de tres meses después de haber sido elegido, el 16 de octubre de 1978, el Papa debió intervenir de urgencia para impedir una guerra entre Argentina y Chile por el conflicto sobre la soberanía de las tres islas al sur del canal de Beagle.
Desde la beatificación, los restos de Juan Pablo II fueron trasladados a la capilla de San Sebastián, en una de las naves centrales de la basílica de San Pedro, desde las grutas vaticanas que se encuentran en el subsuelo.
“Esperamos que la canonización sea proclamada en octubre”, dijo el cardenal Stanislao Dziwisz, que durante más de 30 años fue el secretario de Juan Pablo II y que es el actual arzobispo de Cracovia, la bella segunda metrópoli polaca que Wojtyla guió durante los difíciles años de la dictadura comunista.
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