BOGOTÁ.- El Papa Francisco llegó pisando fuerte. Lleva cien días en el
pontificado y ya llamó la atención por su simpatía, su estilo humilde,
sus principios, sus convicciones y hasta su sentido del humor. Muchos perfiles se han escrito en Colombia en donde se han tratado de
retratar todas las facetas del hasta hace poco cardenal Jorge Mario
Bergoglio. Sin embargo, ninguno de los que ha hablado en el país parece
conocerlo tan bien como el Laico Misionero Ad Gentes, José Alexander
Fandiño. Lo entrevistó www.semana.com
Fandiño lleva 15 años dedicado a labores misioneras en las que
participan su esposa Carolina y sus tres hijos: Felipe, Natalia y Juan
José. Vivió cerca al cardenal Bergoglio durante casi un año, cuando fue
enviado a Argentina para elaborar un proyecto formativo para laicos
misioneros para la Arquidiócesis de Buenos Aires.
El misionero le contó a semana.com algunos de los detalles más íntimos y menos conocidos de un hombre que más que cardenal era su amigo y de quien asegura le dará un giro de 180 grados a la Iglesia Católica.
Semana.com: ¿Cuándo y cómo conoció al actual Papa Francisco?
José Alexander Fandiño: Llevo mucho tiempo siendo misionero, he viajado por toda Colombia y luego se me dio la oportunidad de evangelizar alrededor del mundo. En uno de mis tantos proyectos, el Secretariado Nacional de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal de Colombia me envió a la Conferencia Episcopal de Argentina donde estuve bajo el mando de Vicente Bokalic y del Cardenal Bergoglio.
Lo conocí en enero de 2012 y trabajé de la mano de él hasta noviembre de ese mismo año, mientras realizaba mis estudios de misionología y escribía un libro.
Semana.com: ¿Cuál fue su primera impresión al conocer a Jorge Mario Bergoglio?
J.A.F.: Le puedo asegurar que lo que dicen de él es cierto. Es un hombre muy humilde, muy bueno, sencillo. Cuando llegué a trabajar con él le dije “Excelencia para mí es un honor hablar con usted, estar aquí sentado en su oficina” me sentía muy nervioso y es que a pesar de todo mi recorrido nunca he podido sentarme con esa misma confianza con los altos cargos de la iglesia en Colombia.
Semana.com: ¿Y qué le respondió el cardenal Bergoglio?
J.A.F.: Lo primero que me dijo fue que no le dijera Excelencia, no le gustaban los homenajes; él dice ser un hombre como los demás miembros de la Iglesia. Eso ya lo ha podido comprobar el mundo cuando vieron que pagó sus cuentas, que montó en un transporte modesto y que no usa las ostentosas ropas que suelen usar los Papas.
Semana.com: ¿Le dijo algo acerca de la Iglesia colombiana?
J.A.F.: Sí. No me creía que en Colombia fuera tan difícil acercarse a un alto mando de la Iglesia, claro está que su Santidad es jesuita y eso se nota en su comportamiento humilde. Me dijo que la Iglesia de Colombia es muy elitista, y que es muy diferente a la del resto de Suramérica. “La Iglesia colombiana es muy rica, en cambio de Ecuador hacia el sur la iglesia no tiene tanto poder económico y quizás eso la hace más asequible y de puertas abiertas” fueron sus palabras y aún las recuerdo.
Al cardenal Jorge Mario, le digo así porque así se anunciaba cuando llamaba a mi apartamento, le gusta estar cerca a los pobres, su teoría es que la Iglesia tiene que ir a la gente, no la gente a la Iglesia. Es un hombre íntegro y me siento feliz de ser su amigo.
Semana.com: ¿Usted afirma entonces que entre el Papa y usted hay una fuerte amistad?
J.A.F.: Con toda modestia y respeto le digo que sí. No porque yo tenga algo especial, sino porque él es muy humano. Mi familia y yo hemos sido los únicos colombianos en estar tan cerca de él, fue casi un año de estar de la mano de su Santidad, eso me llena de una alegría infinita.
El cardenal Bergoglio llamaba directamente a mi apartamento en el barrio Caballito, de Buenos Aires, donde vivía con mi familia y le decía a mi esposa, “hija, habla Jorge Mario, me podrías comunicar con Alex”. Es más, él fue mi editor y me ayudó en el proceso de escritura de mi libro ‘Doce razones para enamorarse de Dios’.
Semana.com: Ese sí que debe ser un honor para usted ¿qué siente?
J.A.F.: Es una satisfacción inmensa que el actual Papa te haya ayudado a escribir un libro. Es una obra muy bella, desde la Biblia explicamos temas como el educar a los hijos, vivir en el matrimonio, el por qué de la confesión, la condenación, el amor de Dios y sus milagros.
Además, el mismo cardenal Jorge Mario Bergoglio firmó el ‘Imprimátur’ de mi libro (vea el documento). Esto quiere decir que puede ser publicado y es aceptado para ser distribuido a nivel mundial en toda la Iglesia Católica.
Semana.com: ¿Y ya lo publicó?
J.A.F.: Estoy buscando recursos para publicarlo, no quiero cederle derechos a las editoriales. Quiero sacarlo yo mismo para poder regalarlo en cárceles de Colombia y de otros países, quiero que le llegue a todo el mundo, sobre todo a los pobres.
Semana.com: Mucho se ha dicho sobre el Papa, ¿qué otros detalles nos podría contar?
J.A.F.: Son tantos. No le gusta que le lleven regalos ostentosos. Su secretaria y la señora de la cocina me decían que le llevara pan o mercado para los pobres. No le gusta comer en sitios lujosos y cuando le quieren dar el mejor puesto se lo cede a cualquier otra persona.
Él no maneja computador, tiene una libretita de hojas blancas donde anota todo. Su secretaria paraguaya era la que manejaba el correo electrónico y le imprimía lo que la gente le escribía. Además, él mismo maneja su agenda, directamente lo llama a uno, sin intermediarios y aunque no lo crean, devuelve las llamadas. Eso sí, no te dice habla con el cardenal y ahora no dirá habla con el Papa, seguirá diciendo, habla con Jorge Mario.
Semana.com. ¿Tiene alguna anécdota que lo haya impactado?
J.A.F.: Esto es algo que casi nadie sabe. A él le encantan las rosas blancas. Una vez mi pequeño hijo Juan José, de seis años, me dijo “papá llévele 12 rosas blancas al cardenal”. Yo simplemente le hice caso y casi mato al cardenal Jorge Mario. Lo primero que me dijo fue “¿por qué me traés eso?” Le conté que mi hijo me lo había pedido. A él se le aguaron los ojos y me dijo “te voy a revelar un secreto. Cuando yo le oro a la Santísima Virgen María y me llega una rosa blanca de alguien es porque ella me va a hacer el milagro, vos me acabás de dar 12, sabés lo que significa?”.
Semana.com: Ahora que Jorge Mario Bergoglio es Papa, ¿cree que lo verá pronto?
J.A.F.: A través del Vaticano quería enviarme de misión Ad Gentes a Roma. Ahora con mayor razón sé que iré y que cuando me vea me va a abrazar, besar y me va a llamar por mi nombre, puedo afirmar que es mi amigo. Con modestia y respeto puedo decir que soy más amigo del Papa que el mismo cardenal colombiano Rubén Salazar. Estoy feliz.
Semana.com: ¿Cree que vaya a haber un cambio en la Iglesia?
J.A.F.: Sin duda alguna lo va a haber. El cardenal ayudaba mucho a sus religiosos, pero así como ayudaba, si se enteraba de que en Argentina había algún escándalo, de inmediato rechazaba el pecado y lo anunciaba públicamente, con nombre propio.
Habrá una depuración dentro de la Iglesia Católica, él quiere cambios, no tolera malos testimonios, es un hombre fuerte. Puedo asegurar que su santidad Jorge Mario seguirá siendo el mismo, así como la cruz de metal y madera que le cuelga en el cuello sigue siendo la de siempre.
El misionero le contó a semana.com algunos de los detalles más íntimos y menos conocidos de un hombre que más que cardenal era su amigo y de quien asegura le dará un giro de 180 grados a la Iglesia Católica.
Semana.com: ¿Cuándo y cómo conoció al actual Papa Francisco?
José Alexander Fandiño: Llevo mucho tiempo siendo misionero, he viajado por toda Colombia y luego se me dio la oportunidad de evangelizar alrededor del mundo. En uno de mis tantos proyectos, el Secretariado Nacional de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal de Colombia me envió a la Conferencia Episcopal de Argentina donde estuve bajo el mando de Vicente Bokalic y del Cardenal Bergoglio.
Lo conocí en enero de 2012 y trabajé de la mano de él hasta noviembre de ese mismo año, mientras realizaba mis estudios de misionología y escribía un libro.
Semana.com: ¿Cuál fue su primera impresión al conocer a Jorge Mario Bergoglio?
J.A.F.: Le puedo asegurar que lo que dicen de él es cierto. Es un hombre muy humilde, muy bueno, sencillo. Cuando llegué a trabajar con él le dije “Excelencia para mí es un honor hablar con usted, estar aquí sentado en su oficina” me sentía muy nervioso y es que a pesar de todo mi recorrido nunca he podido sentarme con esa misma confianza con los altos cargos de la iglesia en Colombia.
Semana.com: ¿Y qué le respondió el cardenal Bergoglio?
J.A.F.: Lo primero que me dijo fue que no le dijera Excelencia, no le gustaban los homenajes; él dice ser un hombre como los demás miembros de la Iglesia. Eso ya lo ha podido comprobar el mundo cuando vieron que pagó sus cuentas, que montó en un transporte modesto y que no usa las ostentosas ropas que suelen usar los Papas.
Semana.com: ¿Le dijo algo acerca de la Iglesia colombiana?
J.A.F.: Sí. No me creía que en Colombia fuera tan difícil acercarse a un alto mando de la Iglesia, claro está que su Santidad es jesuita y eso se nota en su comportamiento humilde. Me dijo que la Iglesia de Colombia es muy elitista, y que es muy diferente a la del resto de Suramérica. “La Iglesia colombiana es muy rica, en cambio de Ecuador hacia el sur la iglesia no tiene tanto poder económico y quizás eso la hace más asequible y de puertas abiertas” fueron sus palabras y aún las recuerdo.
Al cardenal Jorge Mario, le digo así porque así se anunciaba cuando llamaba a mi apartamento, le gusta estar cerca a los pobres, su teoría es que la Iglesia tiene que ir a la gente, no la gente a la Iglesia. Es un hombre íntegro y me siento feliz de ser su amigo.
Semana.com: ¿Usted afirma entonces que entre el Papa y usted hay una fuerte amistad?
J.A.F.: Con toda modestia y respeto le digo que sí. No porque yo tenga algo especial, sino porque él es muy humano. Mi familia y yo hemos sido los únicos colombianos en estar tan cerca de él, fue casi un año de estar de la mano de su Santidad, eso me llena de una alegría infinita.
El cardenal Bergoglio llamaba directamente a mi apartamento en el barrio Caballito, de Buenos Aires, donde vivía con mi familia y le decía a mi esposa, “hija, habla Jorge Mario, me podrías comunicar con Alex”. Es más, él fue mi editor y me ayudó en el proceso de escritura de mi libro ‘Doce razones para enamorarse de Dios’.
Semana.com: Ese sí que debe ser un honor para usted ¿qué siente?
J.A.F.: Es una satisfacción inmensa que el actual Papa te haya ayudado a escribir un libro. Es una obra muy bella, desde la Biblia explicamos temas como el educar a los hijos, vivir en el matrimonio, el por qué de la confesión, la condenación, el amor de Dios y sus milagros.
Además, el mismo cardenal Jorge Mario Bergoglio firmó el ‘Imprimátur’ de mi libro (vea el documento). Esto quiere decir que puede ser publicado y es aceptado para ser distribuido a nivel mundial en toda la Iglesia Católica.
Semana.com: ¿Y ya lo publicó?
J.A.F.: Estoy buscando recursos para publicarlo, no quiero cederle derechos a las editoriales. Quiero sacarlo yo mismo para poder regalarlo en cárceles de Colombia y de otros países, quiero que le llegue a todo el mundo, sobre todo a los pobres.
Semana.com: Mucho se ha dicho sobre el Papa, ¿qué otros detalles nos podría contar?
J.A.F.: Son tantos. No le gusta que le lleven regalos ostentosos. Su secretaria y la señora de la cocina me decían que le llevara pan o mercado para los pobres. No le gusta comer en sitios lujosos y cuando le quieren dar el mejor puesto se lo cede a cualquier otra persona.
Él no maneja computador, tiene una libretita de hojas blancas donde anota todo. Su secretaria paraguaya era la que manejaba el correo electrónico y le imprimía lo que la gente le escribía. Además, él mismo maneja su agenda, directamente lo llama a uno, sin intermediarios y aunque no lo crean, devuelve las llamadas. Eso sí, no te dice habla con el cardenal y ahora no dirá habla con el Papa, seguirá diciendo, habla con Jorge Mario.
Semana.com. ¿Tiene alguna anécdota que lo haya impactado?
J.A.F.: Esto es algo que casi nadie sabe. A él le encantan las rosas blancas. Una vez mi pequeño hijo Juan José, de seis años, me dijo “papá llévele 12 rosas blancas al cardenal”. Yo simplemente le hice caso y casi mato al cardenal Jorge Mario. Lo primero que me dijo fue “¿por qué me traés eso?” Le conté que mi hijo me lo había pedido. A él se le aguaron los ojos y me dijo “te voy a revelar un secreto. Cuando yo le oro a la Santísima Virgen María y me llega una rosa blanca de alguien es porque ella me va a hacer el milagro, vos me acabás de dar 12, sabés lo que significa?”.
Semana.com: Ahora que Jorge Mario Bergoglio es Papa, ¿cree que lo verá pronto?
J.A.F.: A través del Vaticano quería enviarme de misión Ad Gentes a Roma. Ahora con mayor razón sé que iré y que cuando me vea me va a abrazar, besar y me va a llamar por mi nombre, puedo afirmar que es mi amigo. Con modestia y respeto puedo decir que soy más amigo del Papa que el mismo cardenal colombiano Rubén Salazar. Estoy feliz.
Semana.com: ¿Cree que vaya a haber un cambio en la Iglesia?
J.A.F.: Sin duda alguna lo va a haber. El cardenal ayudaba mucho a sus religiosos, pero así como ayudaba, si se enteraba de que en Argentina había algún escándalo, de inmediato rechazaba el pecado y lo anunciaba públicamente, con nombre propio.
Habrá una depuración dentro de la Iglesia Católica, él quiere cambios, no tolera malos testimonios, es un hombre fuerte. Puedo asegurar que su santidad Jorge Mario seguirá siendo el mismo, así como la cruz de metal y madera que le cuelga en el cuello sigue siendo la de siempre.
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