CIUDAD DEL VATICANO.- Durante la Misa en la Casa Santa Marta el Papa Francisco explicó hoy lo que realmente significa ser cristiano. Dijo que muchas personas que se denominan cristianos en realidad no viven su fe. El Papa alertó de dos errores frecuentes: los que tratan de vivir un cristianismo sin Cristo y los que viven su fe de forma rígida y sin alegría.
“Los primeros tienen una cierta alegría superficial. Los otros
viven en una continua vigilia fúnebre, pero no saben que es la alegría
cristiana. No saben gozar la vida que Jesús nos da, porque no saben
hablar con Jesús. No se asientan en Jesús, en esa firmeza que concede la
presencia de Jesús. Y no sólo les falta la alegría: les falta la
libertad. Unos son esclavos de la superficialidad, de esa vida difusa, y
otros son esclavos de la rigidez, no son libres. En su vida, no hay
lugar para el Espíritu Santo".
El Papa
explicó que ser cristiano no significa repetir palabras bonitas sino
defender la verdad y actuar conforme a las enseñanzas de Cristo.
“A
lo largo de la historia de la Iglesia ha habido dos tipos de
cristianos: los cristianos de palabra -aquellos del: 'Señor, Señor,
Señor'- y los cristianos de acción, de verdad. Siempre ha existido la
tentación de vivir nuestro cristianismo fuera de la roca que es Cristo.
El único que nos da la libertad de llamar Padre a Dios es Cristo, Él es
la roca. Es el único que nos sostiene en los momentos difíciles. Como
dice Jesús: cae la lluvia, caen los rayos, sopla el viento, pero cuando
está la roca hay seguridad. Cuando hay palabras, las palabras vuelan, no
sirven. Es la tentación de estos cristianos de palabra, de un
cristianismo sin Cristo. Y esto ha ocurrido y ocurre hoy en la Iglesia:
ser cristianos sin Cristo”.
“Esta
tentación hoy existe. Cristianos superficiales que creen, sin Dios,
Cristo, pero demasiado difuso: no es Jesucristo aquel que da el
fundamento. Son los gnósticos modernos. La tentación del gnosticismo. Un
cristianismo 'líquido'. Por otra parte están aquellos que creen que la
vida cristiana se debe tomar tan en serio que terminan por confundir
solidez, firmeza, con rigidez. ¡Son los rígidos! Estos piensan que para
ser cristianos hay que vestir de luto, siempre”.
“Los
primeros tienen una cierta alegría superficial. Los otros viven en una
continua vigilia fúnebre, pero no saben que es la alegría cristiana. No
saben gozar la vida que Jesús nos da, porque no saben hablar con Jesús.
No se asientan en Jesús, en esa firmeza que concede la presencia de
Jesús. Y no sólo les falta la alegría: les falta la libertad. Unos son
esclavos de la superficialidad, de esa vida difusa, y otros son esclavos
de la rigidez, no son libres. En su vida, no hay lugar para el Espíritu
Santo. ¡Es el Espíritu el que nos da la libertad! El Señor hoy nos
invita a construir nuestra vida cristiana en Él, sobre roca, aquel que
nos concede la libertad, que nos envía el Espíritu, aquel que nos hace
ir adelante con alegría, con su camino, con sus propuestas”.
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