sábado, 27 de julio de 2013

El Papa Francisco pide "rehabilitar" la política y defiende la laicidad del Estado

RÍO DE JANEIRO.- El Papa Francisco ha pedido a los dirigentes que sean "responsables", que "rehabiliten la política" y piensen las consecuencias de sus decisiones ante los "gritos que piden justicia" y ha defendido la laicidad del Estado, durante su encuentro con la clase dirigente de Brasil en el Teatro Municipal de Río de Janeiro, donde le han ofrecido un concierto.

   "Quien actúa responsablemente pone la propia actividad ante los derechos de los demás y ante el juicio de Dios. Este sentido ético aparece hoy como un desafío histórico sin precedentes", ha remarcado.
   En este sentido, ha indicado que el futuro exige "una visión humanista de la economía y una política que logre cada vez más y mejor la participación de las personas, evite el elitismo y erradique la pobreza" de forma que "a nadie le falte lo necesario y se asegure a todos dignidad, fraternidad y solidaridad".
 "Este es el camino a seguir", ha añadido.
   Ya en la época del profeta Amós, según ha recordado, era muy fuerte la admonición de Dios: "Venden al justo por dinero, al pobre por un par de sandalias. Oprimen contra el polvo la cabeza de los míseros y tuercen el camino de los indigentes". Y ha subrayado que "los gritos que piden justicia continúan todavía hoy".
   Concretamente, ha indicado que la forma de ir "al centro de los males de una sociedad" y de superarlos "con la audacia de acciones valientes y libres" consiste en " elegir la más justa de las opciones después de haberlas considerado, a partir de la propia responsabilidad y el interés por el bien común".
   No obstante, ha advertido de que para llevar a cabo estas acciones, antes hay que observar, sopesar y valorar la decisión tomada "reflexionando sobre las consecuencias de las decisiones".
   También ha pedido que se elija la opción del "diálogo constructivo" que siempre se puede encontrar "entre la indiferencia egoísta y la protesta violenta". Así, ha animado a un diálogo "sin prejuicios" entre "la cultura popular, universitaria, juvenil, artística y tecnológica, económica, de la familia y de los medios de comunicación" y ha apostado por una democracia "que no sea inmune de quedarse cerrada en la pura lógica de la representación de los intereses establecidos".
   Además, ha defendido la laicidad del Estado que, "sin asumir como propia ninguna posición confesional, respeta y valora la presencia del factor religioso en la sociedad, favoreciendo sus expresiones concretas" y ha destacado la contribución de las grandes tradiciones religiosas, que desempeñan un papel fecundo de fermento en la vida social y de animación de la democracia.
   Finalmente, ha asegurado que la hermandad entre los hombres y la colaboración para construir una sociedad más justa "no son una utopía" y ha alentado a los dirigentes "en su compromiso por el bien común, que requiere por parte de todos sabiduría, prudencia y generosidad". Además, ha pedido a los dirigentes brasileños que continúe desarrollándose en el pleno respeto de los principios éticos basados en la dignidad de la persona".
   Al finalizar, alumnas de la escuela de danza del teatro municipal han rodeado y abrazado al Papa y una niña pequeña le ha traído un ramo de flores, mientras la orquesta tocaba.
   A continuación, ha tenido lugar un besamanos, en el que, entre otros, se han acercado a saludar al Papa una joven con síndrome de Down que ha regalado un dibujo al Pontífice, el cual se ha mostrado muy afectuoso con ella; una mujer embarazada a cuyo hijo ha bendecido; y cuatro miembros de una tribu -dos mujeres y dos hombres-- que han entregado a Francisco una de sus coronas de plumas que el Papa no ha dudado en ponerse sobre la cabeza como muestra de que forma parte de ellos. El acto ha acabado con aplausos y vítores de 'Viva el Papa'.

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