RÍO DE JANEIRO.- El Papa Francisco ha advertido de algunos
aspectos que "tientan" a la Iglesia como la "ideologización" del mensaje
evangélico, es decir, buscar una hermenéutica de interpretación
evangélica fuera del mensaje del Evangelio, o del funcionalismo que
convierte la Iglesia en una ONG y del clericalismo, en su discurso al
Comité de Coordinación del Consejo Episcopal de Latinoamérica (CELAM).
Entre las formas de ideologización, ha enumerado "el reduccionismo
socializante" que abarca desde el liberalismo de mercado hasta la
categorización marxista; la "ideologización psicológica" -una
hermenéutica elitista que se centra en el autoconocimiento y suele darse
en retiros espirituales--; la propuesta gnóstica -que suele darse en
grupos de élites con una propuesta de espiritualidad superior, bastante
desencarnada--; y la propuesta pelagiana, que aparece bajo la forma del
restauracionismo.
En cuanto al funcionalismo, el Pontífice ha destacado que su
acción en la Iglesia es "paralizante" pues "reduce la realidad de la
Iglesia a la estructura de una ONG" en la que aquello que vale es "el
resultado constatable y las estadísticas".
"De aquí -ha advertido-- se
va a todas las modalidades empresariales de Iglesia".
Además, ha añadido que otra tentación "muy actual" en
Latinoamérica es "el clericalismo" y ha destacado que, en la mayoría de
los casos, se trata de "una complicidad pecadora: el cura clericaliza y
el laico le pide por favor que lo clericalice". El fenómeno del
clericalismo, según ha explicado, explica "la falta de adultez y de
cristiana libertad en buena parte del laicado latinoamericano".
El Papa Francisco ha recordado a los obispos que deben ser, sobre
todo hombres "que amen la pobreza" interior y exterior, "austeros", que
no tengan "psicología de príncipes", que no sean "ambiciosos" y que sean
"esposos de una Iglesia sin estar a la expectativa de otra". En esta
línea, ha alertado de que están -y se ha incluido a él mismo-- "un
poquito retrasados en lo que a Conversión Pastoral se refiere".
También se ha referido a la reforma de las estructuras eclesiales y
ha subrayado que "lo que hace caer las estructuras caducas, lo que
lleva a cambiar los corazones de los cristianos, es precisamente la
misionariedad".
Además, ha invitado a los obispos a hacerse una serie de
preguntas: "¿Procuramos que nuestro trabajo y el de nuestros Presbíteros
sea más pastoral que administrativo? ¿Quién es el principal
beneficiario de la labor eclesial, la Iglesia como organización o el
Pueblo de Dios en su totalidad?". A estas cuestiones ha añadido la de si
es un criterio habitual el discernimiento pastoral, sirviéndose de los
Consejos Diocesanos, los Parroquiales de Pastoral y de Asuntos
Económicos algo en lo que les ve "muy atrasados".
Por otro lado, acerca de "las preguntas existenciales del hombre
de hoy", especialmente de las nuevas generaciones, atendiendo a su
lenguaje, ha puntualizado que entrañan "un cambio fecundo que hay que
recorrer con la ayuda del Evangelio, del Magisterio, y de la Doctrina
Social de la Iglesia".
Ante estos desafíos y tentaciones, el Papa Francisco ha invitado a
los obispos a deshacerse de las proyecciones utópicas (hacia el futuro)
o restauracionistas (hacia el pasado) pues "Dios se manifiesta en el
"hoy" y "el hoy es lo más parecido a la eternidad; más aún: el hoy es
chispa de eternidad; en el hoy se juega la vida eterna".
Finalmente, les ha instado a ser unos "descentrados", es decir,
que olviden la autorreferencialidad y dejen que Jesucristo sea el
centro, a ser "cercanos" y a promover el encuentro. Así, ha criticado
que en América Latina y el Caribe hay "pastorales lejanas" que
"privilegian los principios, las conductas, los procedimientos
organizativos, sin cercanía, sin ternura, sin caricia".
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