martes, 30 de junio de 2020

El Papa nombra un comisario para la basílica de San Pedro por irregularidades económicas


CIUDAD DEL VATICANO.- En la línea de poner fin a las numerosas corruptelas económicas del Vaticano, el papa Francisco ha nombrado comisario extraordinario para supervisar los contratos de suministro y mantenimiento de la basílica de San Pedro al nuncio apostólico Mario Giordana, quien además llevará a cabo una revisión de los estatutos, según ha informado el martes la Oficina de Prensa del Vaticano.

El nombramiento del comisario extraordinario encargado de «clarificar la administración y reorganizar las oficinas técnicas y administrativas de la Fábrica de San Pedro» se inserta en el marco de las nuevas normas para poner fin a la adjudicación «a dedo» de los contratos de mantenimiento, suministro y restauraciones de todo tipo por un volumen anual altísimo.
El registro de las oficinas, con «incautación de documentos y aparatos electrónicos en las oficinas técnicas y administrativas», realizado en la mañana del martes, fue ordenado por los fiscales del Vaticano a raíz de una denuncia del Revisor General.
Hace varios meses, otra denuncia del Revisor General llevó a practicar registros sin precedentes en la Secretaría de Estado y a la suspensión de cinco funcionarios implicados en una extraña inversión en la compra de un edificio de lujo en Londres. El caso está en manos del Tribunal del Vaticano.
La «Fabrica de San Pedro» se encarga de mantener en perfecto estado el mayor templo del mundo, por lo que trabajar junto a la tumba del apóstol Pedro -ya sea como arquitecto, restaurador, vigilante de seguridad o electricista- ha sido tradicionalmente un motivo de orgullo en muchas familias romanas, que se transmitía entre generaciones.
El problema, como siempre, proviene de repartir los contratos a los amigos y, sobre todo, de la absoluta opacidad del Vaticano en materias económicas, la mayor con diferencia entre los Estados de Europa.
A principios de junio, el Vaticano estableció por fin un mínimo de normas de transparencia interna en concursos de contratos públicos de obras, suministros y mantenimiento, adjudicados hasta entonces a capricho de cada departamento.
A partir de ahora, las contratas las adjudicará la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), pero solo entre una lista de empresas habilitadas a concursar y sin transparencia respecto al exterior, como es habitual en la Unión Europea incluso en contratos municipales a partir de un cierto volumen.
El presidente del Tribunal del Vaticano, Giuseppe Pignatone, afirmó entonces que la nueva normativa permitirá «realizar ahorros notables como resultado de una competencia más amplia y correcta entre los operadores económicos que podrán inscribirse en el Registro», al tiempo que manifiesta «un empeño renovado y decidido contra el riesgo de corrupción».
El presupuesto de la Santa Sede prevé para 2020 un déficit de 68 millones de euros en el mejor de los casos, pero que podría llegar a 146 millones por la caída de donativos si la pandemia se agrava.
A su vez, el presupuesto del pequeño Estado del Vaticano será también muy deficitario pues su principal ingreso son los Museos Vaticanos, que figuran entre los más visitados del mundo pero han sufrido un cierre de tres meses por el coronavirus y ahora están prácticamente desierto por la ausencia de peregrinos y turistas internacionales.

El Papa inicia las «vacaciones en casa»


CIUDAD DEL VATICANO.- Como todos los años, el Papa Francisco inicia este miércoles 1 de julio sus «vacaciones en casa» durante todo el mes de julio, pero esta vez le resultará más difícil descansar debido a la acumulación de tareas pendientes, las anomalías funcionales del Vaticano y la gran incertidumbre sobre la evolución de la pandemia de coronavirus.

En todo julio, sus únicas intervenciones públicas serán las del domingo a mediodía para el rezo del Ángelus con los fieles que acuden a la plaza de San Pedro, en la actualidad poquísimos por la ausencia de turistas y peregrinos.
Las audiencias oficiales están suspendidas, y la próxima audiencia general será el miércoles 5 de agosto. Aun así, casi todos los veranos el Papa suele participar en algún encuentro fuera de programa con refugiados o enfermos.
Este verano tan especial es posible que se reúna con alguno de los turnos de «campamentos» organizados en los Jardines Vaticanos desde las 7.30 de la mañana hasta las 6 de la tarde para trescientos hijos de empleados y empleadas de modo que los padres puedan trabajar con tranquilidad y llevarse de nuevo los niños a casa al final de la jornada.
Esta actividad para niños desde los 5 años hasta los 14 es tan novedosa como necesaria en estos momentos de riesgo. La organizan conjuntamente la asociación «Todos de fiesta», y la comunidad salesiana en el Vaticano, con Franco Fontana, capellán de la Gendarmería y de los Museos Vaticanos como responsable de la parte espiritual.
En la última audiencia general, celebrada el pasado miércoles en «streaming» desde su biblioteca, Francisco formuló el deseo de que «a pesar de todas las medidas de seguridad ante el peligro de contagio de coronavirus», las vacaciones sean «un tiempo de descanso sereno, de disfrute de la belleza de la creación y de fortalecimiento de los lazos con las personas y con Dios».
En circunstancias normales, Francisco aprovecha la tranquilidad casera del mes de julio para preparar los próximos viajes internacionales y los grandes eventos en calendario como Sínodos de Obispos, etc. En estos momentos no hay previsto ningún viaje , y se teme que no puedan reanudarse hasta mediados del año que viene.
Tampoco hay convocado ningún gran encuentro, y las esperanzas se limitan a volver a celebrar la misa en la nave central de la basílica de San Pedro, con los fieles separados, quizá para la Navidad.
En cambio, el Papa deberá lidiar con la enorme dificultad para normalizar la actividad del Vaticano después de la cuarentena, el retraso acumulado en la fase final del proyecto de reforma de la Curia, y las medidas necesarias para que no se repitan escándalos financieros como el de la tortuosa compra y gestión de un edificio de lujo en Londres con fondos reservados de la Secretaría de Estado.
El caso, en manos del Tribunal del Vaticano, ha llevado a la suspensión de cinco funcionarios y el arresto preventivo, durante diez días de un bróker italiano residente en Londres que intervino en la operación, recuerda una crónica de Abc, de Madrid.

Fallece a los 57 años Eva Galvache, periodista española de la COPE


MADRID.- Despues de una larga enfermedad ha fallecido a los 57 años la periodista española Eva Galvache en su casa de Pozuelo de Alarcón (Madrid). Desarrolló toda su carrera profesional en la COPE, concretamente en la sección socio religiosa. Durante 33 años demostró su amor por el trabajo serio y riguroso. Sus compañeros la definían como una periodista incansable, luchadora y alegre. Estaba casada y tenía tres hijos.

Eva Galvache informaba cada sábado de la actualidad de la Iglesia en España y en el mundo. Además, facilitaba a los oyentes información sobre la actividad del Vaticano a través de “Iglesia noticia, uno de los programas decano de la radio en nuestro país.
Este espacio fue reconocido por la Conferencia Episcopal con el “Premio Bravo” en 2013. 
Durante tres décadas, los oyentes de COPE han escuchado su voz en los informativos de COPE, donde relataba los acontecimientos importantes a nivel mundial relacionados con la Iglesia, como las Jornadas Mundiales de la Juventud, sínodos, conclaves y diferentes canonizaciones. 
Eva Galvache, además de Iglesia noticias también presentó durante varias temporadas el programa Letra y música y El espejo de la familia, una ventana donde cada semana mostraba su dedicación absoluta hacia la familia y su afán por ayudar a través de la radio a familias con problemas.

lunes, 29 de junio de 2020

Homilía del Papa: Dios nos pide que seamos constructores de unidad


CIUDAD DEL VATICANO.- Dejémonos provocar por Jesús y tengamos el valor de responderle: “¡Sí, lo quiero!”. En la solemnidad de los Santos Pedro y Pablo Apóstoles, Patronos de la ciudad de Roma, Francisco concelebró con diez Cardenales la Misa en la Basílica vaticana y bendijo los Palios destinados al Decano del Colegio cardenalicio y a los cincuenta y cuatro arzobispos metropolitanos nombrados en el curso del año

Ante no más de noventa personas, distanciadas oportunamente según las nuevas normas vigentes, junto a Monseñor Lanzani, Delegado de la Basílica vaticana, el Papa Francisco concelebró esta mañana a partir de las 9.30, con diez Cardenales de la Curia Roma, la Santa Misa de la Solemnidad de los Santos Pedro y Pablo Apóstoles, Patronos de la Ciudad de Roma.
Antes de dar comienzo a la solemne celebración eucarística, el Santo Padre descendió al Altar de la Confesión para bendecir los sagrados Palios que habían permanecido durante toda la noche allí, y que están destinados al Cardenal Giovanni Battista Re, Decano del Colegio cardenalicio, y a los cincuenta y cuatro arzobispos metropolitanos nombrados en el último año.  

Dos palabras clave: unidad y profecía

En su homilía, el Pontífice comenzó diciendo que deseaba ofrecer dos palabras clave: “unidad y profecía”. Y explicó, en cuanto a la unidad,  que hoy se celebran a dos figuras muy diferentes: Pedro, que era un pescador que pasaba sus días entre remos y redes, y Pablo un fariseo culto que enseñaba en las sinagogas. A la vez que recordó que cuando emprendieron la misión, Pedro se dirigió a los judíos y Pablo a los paganos. Y cuando sus caminos se cruzaron, discutieron animadamente y Pablo no se avergonzó de relatarlo en una carta.

Pedro y Pablo

“Eran, en fin, dos personas muy diferentes entre sí, pero se sentían hermanos, como en una familia unida, donde a menudo se discute, aunque realmente se aman. Pero la familiaridad que los unía no provenía de inclinaciones naturales, sino del Señor. Él no nos ordenó que nos lleváramos bien, sino que nos amáramos. Es Él quien nos une, sin uniformarnos”
Tras destacar que la primera lectura de este día conduce a la fuente de esta unidad, el Santo Padre explicó que la Iglesia, recién nacida, estaba pasando entonces por una fase crítica, donde Herodes arreciaba su cólera, la persecución era violenta y el apóstol Santiago había sido asesinado, a la vez que Pedro estaba arrestado. De manera que “la comunidad parecía decapitada” y “todos temían por su propia vida”. Pero la comunidad obtuvo de la oración la valentía, y “de la oración vino una unidad más fuerte que cualquier amenaza”.
“La unidad es un principio que se activa con la oración, porque la oración permite que el Espíritu Santo intervenga, que abra a la esperanza, que acorte distancias y nos mantenga unidos en las dificultades”

La gracia de saber cómo rezar unos por otros

Después de preguntarse si cuidamos nuestra unidad con la oración, y so rezamos unos por otros, el Papa invitó a pedir la gracia de saber cómo rezar unos por otros.
“San Pablo exhortó a los cristianos a orar por todos y, en primer lugar, por los que gobiernan (…). Sólo la oración rompe las cadenas, sólo la oración allana el camino hacia la unidad”
Francisco recordó que en este día se bendicen los Palios, que se entregan al Decano del Colegio cardenalicio y a los Arzobispos metropolitanos nombrados en el último año. Y explicó que el palio recuerda la unidad entre las ovejas y el Pastor que, como Jesús, carga la ovejita sobre sus hombros para no separarse jamás.
“Hoy, además, siguiendo una hermosa tradición, nos unimos de manera especial al Patriarcado ecuménico de Constantinopla. Pedro y Andrés eran hermanos y nosotros, cuando es posible, intercambiamos visitas fraternas en los respectivos días festivos: no tanto por amabilidad, sino para caminar juntos hacia la meta que el Señor nos indica: la unidad plena”

Cercanía al Patriarcado de Constantinopla

A la vez que agregó que ellos no lograron viajar a causa del coronavirus:
“Pero cuando bajé a venerar los restos de Pedro, sentí en mi corazón, a mi lado, a mi amado hermano Bartolomé. Ellos están aquí con nosotros”
De la segunda palabra, profecía, el Pontífice destacó que ambos apóstoles fueron provocados por Jesús, cuando preguntaba: “¿Quién dices que soy yo?”. Momento en que Pedro entendió que al Señor no le interesan las opiniones generales, sino la elección personal de seguirlo. También la vida de Pablo cambió después de una provocación de Jesús: «Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?». De este modo el Señor lo sacudió en su interior; más que hacerlo caer al suelo en el camino hacia Damasco, hizo caer su presunción de hombre religioso y recto. Entonces el orgulloso Saúl se convirtió en Pablo, que significa “pequeño”.
“Después de estas provocaciones, de estos reveses de la vida, vienen las profecías: ‘Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia’; y a Pablo: ‘Es un instrumento elegido por mí, para llevar mi nombre a pueblos’. Por lo tanto, la profecía nace cuando nos dejamos provocar por Dios; no cuando manejamos nuestra propia tranquilidad y mantenemos todo bajo control”

Pedro y Pablo, profetas que ven más allá

De Pedro el Santo Padre recordó que es el primero que proclama que Jesús es “el Mesías, el Hijo de Dios vivo”. Mientras Pablo anticipa el final de su vida: “Me está reservada la corona de la justicia, que el Señor […] me dará”. Por esta razón afirmó:
Hoy necesitamos la profecía, una profecía verdadera: no de discursos vacíos que prometen lo imposible, sino de testimonios de que el Evangelio es posible. No se necesitan manifestaciones milagrosas, sino vidas que manifiesten el milagro del amor de Dios; no el poder, sino la coherencia; no las palabras, sino la oración; no las declamaciones, sino el servicio; no la teoría, sino el testimonio.
“No necesitamos ser ricos, sino amar a los pobres; no ganar para nuestro beneficio, sino gastarnos por los demás; no necesitamos la aprobación del mundo, sino la alegría del mundo venidero; ni proyectos pastorales eficientes, sino pastores que entregan su vida como enamorados de Dios”
Después de recordar que Pedro y Pablo anunciaron a Jesús como enamorados, el Obispo de Roma dijo que Jesús profetizó a Pedro: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”. Y añadió que hay también una profecía parecida para nosotros. Se encuentra en el último libro de la Biblia, donde Jesús prometió a sus testigos fieles: “una piedrecita blanca, y he escrito en ella un nuevo nombre”. De manera que:
“Como el Señor transformó a Simón en Pedro, así nos llama a cada uno de nosotros, para hacernos piedras vivas con las que pueda construir una Iglesia y una humanidad renovadas”

El Papa considera «inútil e incluso molesto que los cristianos pierdan el tiempo quejándose del mundo, de la sociedad»


CIUDAD DEL VATICANO.- En una poderosa homilía centrada en el servicio de los apóstoles Pedro y Pablo y la valentía de los cristianos de Jerusalén, el papa Francisco ha recordado este lunes que «la Iglesia, recién nacida, estaba pasando por una fase crítica: Herodes arreciaba su cólera, la persecución era violenta, el apóstol Santiago había sido asesinado. Y entonces también Pedro fue arrestado. La comunidad parecía decapitada, todos temían por su propia vida», según la crónica del periódico Abc, de Madrid. 

El Santo Padre ha subrayado que «sin embargo, en este trágico momento nadie escapo, nadie pensaba en salir sano y salvo, ninguno abandonó a los demás, sino que todos rezaban juntos».
Con el telón de fondo de la angustia de los primeros cristianos en Jerusalén, el Papa ha hecho notar que «en esa situación dramática, nadie se quejaba del mal, de las persecuciones, de Herodes. Es inútil e incluso molesto que los cristianos pierdan el tiempo quejándose del mundo, de la sociedad, de lo que está mal. Las quejas no cambian nada».
Como es habitual durante la pandemia de coronavirus, tan solo medio centenar largo de fieles han participado en la misa de la fiesta de los dos apóstoles en la basílica de San Pedro, pero millones de personas la seguían en directo en sus casas a lo largo de todo el mundo.
Francisco ha invitado a imitar la actitud de los primeros cristianos, que «no culpaban a los demás, sino que oraban.
En esa comunidad nadie decía: ‘Si Pedro hubiera sido más prudente, no estaríamos en esta situación’. No, no hablaban mal de él, sino que rezaban por él. ¿Rezamos unos por otros? ¿Quépasaría si rezáramos más y murmuráramos menos?».
El Papa ha recordado que «san Pablo exhortó a los cristianos a orar por todos y, en primer lugar, por los que gobiernan. ¿Lo hacemos, o solo hablamos?». Aunque resulte difícil, «Dios espera que cuando recemos también nos acordemos de los que no piensan como nosotros, de los que nos han dado con la puerta en las narices, de los que nos cuesta perdonar».
El Santo Padre ha insistido en que «hoy necesitamos la profecía, una profecía verdadera: no de discursos vacíos que prometen lo imposible, sino de testimonios de que el Evangelio es posible».
Concretamente, «no se necesitan manifestaciones milagrosas, sino vidas que manifiesten el milagro del amor de Dios; no el poder, sino la coherencia; no las palabras, sino la oración; no las declaraciones, sino el servicio; no la teoría, sino el testimonio».
Según Francisco, para dar ese testimonio, «no necesitamos ser ricos, sino amar a los pobres; no ganar para nuestro beneficio, sino gastarnos por los demás; no necesitamos la aprobación del mundo, sino la alegría del mundo venidero; ni proyectos pastorales eficientes, sino pastores que entregan su vida como enamorados de Dios».
En la ceremonia, el Papa bendijo unas pequeñas estolas de lana blanca con cruces negras, llamadas palios, que son un símbolo de unidad y serán entregados a cada uno de los 54 nuevos arzobispos metropolitanos nombrados este año, incluido el de Toledo, Francisco Cerro.

domingo, 28 de junio de 2020

Francisco: la gratitud es una insignia del cristiano


CIUDAD DEL VATICANO.-  Este domingo 28 de junio el Papa Francisco ha rezado la oración del Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico que da a la Plaza de San Pedro. “Jesús pide a sus discípulos que tomen en serio las exigencias del Evangelio, incluso cuando esto requiere sacrificio y esfuerzo” ha dicho el Obispo de Roma.

El verano ya se ha instalado en la ciudad de Roma. El Papa Francisco se ha dirigido a varios centeneras de personas diseminadas por la amplia Plaza de San Pedro, respetando así la normativa sanitaria para enfrentar el Covid-19.
El Papa Francisco retomando el Evangelio de Mateo 10, 37-42 afirmó que “Jesús pide a sus discípulos que tomen en serio las exigencias del Evangelio, incluso cuando esto requiere sacrificio y esfuerzo”. 
De esta afirmación se desprenden tres planteamientos para aquellos que quieren seguirle: situar el amor a Jesús por encima del amor familiar; seguir a Jesús implica cargar con la propia cruz y la libertad que surge la renuncia a sí mismo, permite experimentar la generosidad y gratitud de Dios.

El amor a Jesús por encima del amor familiar

El Papa al referirse al texto del versículo 37, «El que ama a su padre o a su madre, […] a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí», explica que “Jesús ciertamente no pretende subestimar el amor a los padres y a los hijos, pero sabe que los lazos de parentesco, si se ponen en primer lugar, pueden desviarse del verdadero bien. Lo vemos: algunas corrupciones en los gobiernos, vienen precisamente porque el amor al parentesco es mayor que el amor al país y ponen a los familiares a cargo.
El Papa plantea una posible situación de contraste e insiste: “Cuando, por el contrario, el amor a los padres y a los hijos está animado y purificado por el amor del Señor, entonces se hace plenamente fecundo y produce frutos de bien en la propia familia y mucho más allá de ella”.
En este contexto, el Papa nos invita a tener presente un detalle importante que ya aparece en el Evangelio: “Recordemos también cómo Jesús reprocha a los doctores de la ley que hacen que a los padres les falte lo que necesitan con el pretexto de darlo al altar, de darlo a la Iglesia. ¡Él les reprocha! [...] El verdadero amor a Jesús requiere el verdadero amor a los padres, a los hijos, pero si desde el principio buscamos el interés de la familia, esto siempre nos lleva por el camino equivocado”.

No hay amor verdadero sin una cruz

En segundo lugar, Francisco, citando el versículo 38, «El que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí» afirma: “Se trata de seguirlo por el camino que Él mismo ha recorrido, sin buscar atajos. No hay amor verdadero sin una cruz, es decir, sin un precio a pagar en persona. Llevada con Jesús, la cruz no da miedo, porque Él siempre está a nuestro lado para apoyarnos en la hora de la prueba más dura”.
El Papa nos advierte de las posibles actitudes temerosas y egoístas que buscan preservar la vida propia por sobre todas las cosas y cita el verso 39: «El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará». Seguidamente plantea: “La plenitud de la vida y la alegría se encuentra al entregarse por el Evangelio y por los hermanos, con apertura, aceptación y benevolencia”.

La generosidad y gratitud de Dios

En este momento, el Papa cita los versículos 40 y 42: «Quien a vosotros recibe, a mí me recibe, […]. Y todo aquel que dé de beber tan sólo un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños […] no perderá su recompensa». Dios es generoso: La generosa gratitud de Dios Padre tiene en cuenta hasta el más pequeño gesto de amor y servicio a nuestros hermanos y hermanas. Es una gratitud contagiosa que nos ayuda a cada uno de nosotros a mostrar gratitud hacia aquellos que se preocupan por nuestras necesidades”.
El Papa enfatizó la donación generosa de sí mismo afirmando: “Muchos servicios se hacen gratis. Piensa en el voluntariado, que es una de las cosas más grandes que tiene la sociedad italiana. Los voluntarios... Y cuántos de ellos han dejado sus vidas en esta pandemia. Se hace por amor, simplemente por servicio”.
El Obispo de Roma concluyó la reflexión afirmando: “La gratitud, el reconocimiento, es en primer lugar un signo de buenos modales, pero también es una insignia del cristiano. Es un simple pero genuino signo del reino de Dios, que es el reino del amor gratuito y generoso”.

Concilio Vaticano II: una semilla que sigue creciendo

 
CIUDAD DEL VATICANO.- Una gran gracia, una verdadera profecía para la vida de la Iglesia, un nuevo Pentecostés: así es como Juan Pablo II y Benedicto XVI hablaron del último Concilio. Una pequeña semilla que se ha convertido en un árbol que sigue dando frutos por obra del Espíritu Santo.

Este año, el 8 de diciembre, marca el 55 aniversario del fin del Concilio Vaticano II. Un acontecimiento que en este período está provocando un nuevo debate en la comunidad eclesial, frente a los que se están distanciando cada vez más de ella y los que quieren reducir su alcance y significado.

Un nuevo Pentecostés

Benedicto XVI usó una palabra fuerte: habló de un "nuevo Pentecostés". Fue testigo directo del Concilio, participando como experto, siguiendo al Cardenal Frings, y luego como testigo experto oficial: "Esperábamos que todo se renovara -dijo a los sacerdotes de Roma el 14 de febrero de 2013- que un nuevo Pentecostés llegara realmente, una nueva era en la Iglesia (...) sentíamos que la Iglesia no iba adelante, se encogía, que parecía más bien una realidad del pasado y no la portadora del futuro. Y en ese momento, esperábamos que esta relación se renovara, cambiara; que la Iglesia fuera una vez más la fuerza del mañana y la fuerza del hoy". 

Y citando a Juan Pablo II en la audiencia general del 10 de octubre de 2012, hace suya la definición del "Concilio como la gran gracia de la que se ha beneficiado la Iglesia en el siglo XX: en él se nos ofrece una brújula segura para guiarnos por el camino del siglo que se abre" (Novo millennio ineunte, 57): la "verdadera fuerza motriz" del Concilio - añade - fue el Espíritu Santo. Por lo tanto, un nuevo Pentecostés: no para una nueva Iglesia, sino para "una nueva era en la Iglesia".

La lealtad está en marcha

Lo que el Concilio ha mostrado más claramente es que el auténtico desarrollo de la doctrina, que se transmite de generación en generación, se realiza en un pueblo que camina unido guiado por el Espíritu Santo. Este es el corazón del famoso discurso de Benedicto XVI a la Curia Romana el 22 de diciembre de 2005. Benedicto habla de dos hermenéuticas: la de la discontinuidad y la ruptura y la de la reforma y la renovación en la continuidad. La "justa hermenéutica" es la que ve a la Iglesia como "un sujeto que crece con el tiempo y se desarrolla, pero permaneciendo siempre igual, el único sujeto del Pueblo de Dios en camino". Benedicto habla de una "síntesis de fidelidad y dinamismo". 

La fidelidad está en movimiento, no está inmóvil, es un viaje que avanza por el mismo camino, es una semilla que se desarrolla y se convierte en un árbol que ensancha sus ramas, florece y produce frutos: como una planta viva, por un lado, crece, por otro tiene raíces que no se pueden cortar.

La continuidad y la discontinuidad en la historia de la Iglesia

¿Pero cómo podemos justificar una renovación en la continuidad ante ciertos cambios fuertes en la historia de la Iglesia? Desde que Pedro bautizó a los primeros gentiles sobre los que descendió el Espíritu Santo y dijo: "Verdaderamente me doy cuenta de que Dios no hace acepción de personas, pero el que le teme y practica la justicia, cualquiera que sea el pueblo al que pertenece, le es grato" (Hechos 10:34-35). Los circuncisos le reprochan, pero cuando Pedro explica lo que ha sucedido, todos glorifican a Dios diciendo: "¡Así que Dios también ha concedido a los gentiles que se conviertan para que tengan vida! (Hechos 11:18). Es el Espíritu quien indica lo que hay que hacer y nos hace movernos, nos hace avanzar. 

En 2000 años de historia, ha habido muchos cambios en la Iglesia: la doctrina sobre la salvación de los no bautizados, el uso de la violencia en nombre de la verdad, la cuestión de las mujeres y los laicos, la relación entre la fe y la ciencia, la interpretación de la Biblia, la relación con los no católicos, los judíos y los seguidores de otras religiones, la libertad religiosa, la distinción entre la esfera civil y la religiosa, por mencionar sólo algunos temas. Benedicto XVI, en el mismo discurso a la Curia, reconoce esto: en ciertos temas "una discontinuidad se ha manifestado de hecho". 

Por ejemplo, más allá del razonamiento de contextualización filosófica, teológica o histórica para demostrar una cierta continuidad, primero se dijo no a la libertad de culto para los no católicos en un país católico y luego se dijo sí. Así que, una indicación muy diferente en la práctica.

El escándalo de una Iglesia que aprende

Benedicto XVI utiliza palabras significativas: "Tuvimos que aprender a comprender más concretamente que antes", "fue necesario un amplio replanteamiento", "aprender a reconocer". 

Como Pedro que, después de Pentecostés, todavía tiene que entender cosas nuevas, todavía tiene que aprender, todavía tiene que decir: "Me estoy dando cuenta de que...". No tenemos la verdad en nuestros bolsillos, no "poseemos" la verdad como una cosa, pero pertenecemos a la Verdad: y la Verdad Cristiana no es un concepto, es el Dios vivo que sigue hablando. 

Y refiriéndose a la Declaración del Concilio sobre la Libertad Religiosa, Benedicto XVI declara: "El Concilio Vaticano II, reconociendo y haciendo suyo con el Decreto sobre la Libertad Religiosa un principio esencial del Estado moderno, ha retomado una vez más la herencia más profunda de la Iglesia. Puede ser consciente de que está en plena sintonía con la enseñanza del mismo Jesús (cf. Mt 22,21), así como con la Iglesia de los mártires, con los mártires de todos los tiempos". 

Y añade: "El Concilio Vaticano II (...) ha revisado o incluso corregido algunas decisiones históricas, pero en esta aparente discontinuidad ha mantenido y profundizado su naturaleza íntima y su verdadera identidad. La Iglesia es, tanto antes como después del Concilio, la única, santa, católica y apostólica Iglesia en el camino a través del tiempo".

Una continuidad espiritual

Entonces podemos ver mejor que la continuidad no es simplemente una dimensión lógica, racional o histórica, es mucho más que eso: es una continuidad espiritual en la que el mismo y único Pueblo de Dios camina unido, dócil a las indicaciones del Espíritu. La hermenéutica de la ruptura es llevada a cabo por aquellos que en este viaje se separan de la comunidad, rompen la unidad, porque se detienen o van demasiado lejos. 

Benedicto habla de los dos extremos: los que cultivan la "nostalgia anacrónica" y los que "corren hacia adelante" (Misa 11 de octubre de 2012). Ya no escuchan al Espíritu que pide fidelidad dinámica, sino que siguen sus propias ideas, se apegan sólo a lo viejo o sólo a lo nuevo, y ya no saben cómo unir las cosas viejas con las nuevas, como hace el discípulo del reino de los cielos.

La novedad del Papa Francisco

Después de los grandes Papas que lo precedieron, llegó Francisco. Está siguiendo la estela de sus predecesores: es la semilla que se desarrolla y crece. La Iglesia continúa. Muchas noticias distorsionadas o falsas se ponen en circulación sobre Francisco, como sucedió con el predecesor Benedicto y muchos otros sucesores de Pedro. Ni los dogmas o mandamientos, ni los sacramentos, ni los principios sobre la defensa de la vida, la familia, la educación han cambiado. Las virtudes teológicas o cardinales no han cambiado y tampoco los pecados mortales. 

Para comprender mejor la novedad en la continuidad de Francisco, más allá de las distorsiones y falsedades evidentes, hay que leer la Exhortación Apostólica "Evangelii gaudium", el texto programático del Pontificado. Comienza así: "La alegría del Evangelio llena los corazones y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Aquellos que se dejan salvar por Él se liberan del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo la alegría siempre nace y renace". Lo primero es la alegría del encuentro con Jesús, nuestro Salvador.

Un estilo de cercanía y cordialidad que no condena

El Papa nos invita a "recuperar la frescura original del Evangelio" y a transmitirlo a todos. Nos pide que nos centremos en lo esencial, el amor a Dios y al prójimo, evitando un modo de proclamación "obsesionado por la transmisión desarticulada de una multitud de doctrinas que se intenta imponer a fuerza de insistencia (...) en este núcleo fundamental lo que brilla es la belleza del amor salvador de Dios manifestado en Jesucristo, muerto y resucitado". 

En cambio, sucede que se habla "más de la ley que de la gracia, más de la Iglesia que de Jesucristo, más del Papa que de la Palabra de Dios". Instó a que la primera proclamación siempre resonara: "Jesucristo te ama, dio su vida para salvarte, y ahora está vivo a tu lado todos los días, para iluminarte, fortalecerte, liberarte. 

Pidió un estilo de "cercanía, apertura al diálogo, paciencia, acogida cordial que no condene". Indica el arte del acompañamiento, "para que todos aprendan siempre a quitarse las sandalias frente a la tierra sagrada del otro" que debe ser visto "con una mirada respetuosa y compasiva, pero a la vez sana, libre y animadora para madurar en la vida cristiana".

Eucaristía: no es una recompensa para los perfectos, sino un alimento para los débiles

Quería una Iglesia con las puertas abiertas: "Ni siquiera las puertas de los Sacramentos deben cerrarse por ningún motivo". Así, "la Eucaristía, aunque constituye la plenitud de la vida sacramental, no es una recompensa para los perfectos sino un generoso remedio y alimento para los débiles. Estas convicciones también tienen consecuencias pastorales que estamos llamados a considerar con prudencia y audacia. Con frecuencia actuamos como controladores de la gracia y no como facilitadores. 

Pero la Iglesia no es una casa de costumbres, es la casa del padre donde hay lugar para todos con su agotadora vida". De ahí la sugerencia de iniciar caminos de discernimiento caso por caso para evaluar la posible admisión a los sacramentos de quienes viven en situaciones irregulares, como se menciona en la Exhortación Amoris laetitia. 

Es un paso que tiene como propósito acercar a la gente y acompañarla mirando la salvación de las personas y la misericordia de Jesús. Las normas pueden convertirse en piedras como le pasó a la mujer sorprendida en adulterio. E incluso ciertas preguntas de hoy recuerdan a las que los escribas y fariseos le hicieron a Jesús hace 2000 años: "Maestro, esta mujer fue sorprendida en flagrante adulterio. Ahora Moisés, en la Ley, nos ha ordenado apedrear a las mujeres como esta. ¿Qué dices a eso?" (Juan 8, 4-5). Sabemos la respuesta de Jesús.

Juan Pablo II: el Concilio seguirá dando frutos

Francisco sólo continúa en el camino del Concilio. Una continuidad espiritual, porque el Espíritu sigue hablando. "La pequeña semilla que puso Juan XXIII" - afirmó San Juan Pablo II el 27 de febrero de 2000 - ha crecido, dando vida a un árbol que ahora ensancha sus majestuosas y poderosas ramas en la viña del Señor. Ya ha dado muchos frutos (...) y muchos más en los próximos años. Una nueva temporada se abre ante nuestros ojos (...) El Concilio Ecuménico Vaticano II fue una verdadera profecía para la vida de la Iglesia; seguirá siéndolo durante muchos años del tercer milenio que acaba de comenzar.

Juan XXIII: la Iglesia usa la medicina de la misericordia

Hoy como ayer. En la apertura del Concilio, el 11 de octubre de 1962, San Juan XXIII declaró: "A menudo... sucede... que, no sin ofender a Nuestros oídos, se nos dice de las voces de algunos que, aunque son celosos de la religión, evalúan... los hechos sin suficiente objetividad o juicio prudente. En las condiciones actuales de la sociedad humana, no ven más que ruinas y problemas; dicen que nuestra época, comparada con los siglos pasados, es peor; y llegan a comportarse como si no tuvieran nada que aprender de la historia, que es la maestra de la vida, y como si en el tiempo de los anteriores Concilios todo procediera felizmente en lo que se refiere a la doctrina cristiana, la moral y la justa libertad de la Iglesia. Nos parece que debemos estar decididamente en desacuerdo con estos profetas de la desgracia, que siempre anuncian lo peor, como si el fin del mundo se acercara". 

Y hablando de errores de naturaleza doctrinal añadió: "No hay tiempo en que la Iglesia no se haya opuesto a estos errores; a menudo los ha condenado, y a veces con la mayor severidad. En cuanto a la actualidad, la Esposa de Cristo prefiere utilizar la medicina de la misericordia en lugar de armarse con las armas del rigor; piensa que debemos responder a las necesidades de hoy exponiendo más claramente el valor de su enseñanza en lugar de condenarla".

Pablo VI: para la Iglesia nadie está excluido, nadie está lejos

En la clausura del Concilio, el 8 de diciembre de 1965, San Pablo VI en su "saludo universal" afirmó: "Para la Iglesia Católica nadie es un extraño, nadie está excluido, nadie está lejos... Este Nuestro saludo universal lo dirigimos también a ustedes, hombres que no nos conocen; hombres que no nos entienden; hombres que no nos creen útiles, necesarios y amigos de ustedes; ¡y también a ustedes, hombres que, quizás pensando en hacer el bien, se oponen a Nosotros! Un saludo sincero, un saludo discreto, pero lleno de esperanza; y hoy, créanlo, lleno de estima y amor... He aquí, este es Nuestro saludo: Que encienda en nuestros corazones esta nueva chispa de la caridad divina; una chispa que pueda encender los principios, las doctrinas y los propósitos que el Concilio ha preparado, y que, tan inflamada de caridad, pueda verdaderamente obrar en la Iglesia y en el mundo esa renovación de los pensamientos, de la actividad, de las costumbres y de la fuerza moral y de la alegría y la esperanza, que era el propósito mismo del Concilio".

Decir buenas palabras en este difícil momento

En esta época en la que la Iglesia Católica está particularmente afectada por los contrastes y divisiones, nos hace bien recordar las exhortaciones de San Pablo a las primeras comunidades cristianas. Recuerda a los gálatas que "toda la ley (...) encuentra su plenitud en un solo precepto: amarás a tu prójimo como a ti mismo". Pero si se muerden y se devoran mutuamente - advierte - ¡al menos asegúrense de no destruirse completamente! Les digo, pues, que anden según el Espíritu" (Gal 5, 14-16). 

Y a los Efesios añade: "No deben salir nunca más de sus bocas palabras malas, sino palabras buenas que sirvan para la necesaria edificación, en beneficio de los que escuchan". Y no te entristezcas por el Espíritu Santo de Dios, por el cual estás marcado para el día de la redención. Que desaparezca de ti toda amargura, indignación, ira, furia, clamor y calumnia con toda clase de malicia. Sean benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándose unos a otros, como Dios los perdonó a ustedes en Cristo" (Ef 4, 29-32). ¿Qué pasaría si ponemos en práctica esta palabra "sine glossa"?

martes, 23 de junio de 2020

Llega a las librerías de España la obra “Credo” del Papa Francisco


CIUDAD DEL VATICANO.- Tal como informa desde Madrid Romana Editorial acaba de publicar el libro “Credo”, obra inédita del Papa en la que comenta cada verso de la profesión de la fe, a través de un diálogo del Santo Padre con don Marco Pozza. Se trata de una obra que permite conocer las palabras de Francisco dedicadas a la Virgen María, publicada precedentemente en italiano por la Librería Editorial Vaticana (LEV) y Rizzoli, y que ahora llega en español.

Síntesis de la fe cristiana

Tras el éxito de los dos primeros volúmenes de la trilogía, Padre Nuestro y Ave María, Romana Editorial presenta ahora el comentario del Papa Francisco a la profesión la de fe, ofreciendo una palabra de esperanza a los lectores para afrontar la vida después de la pandemia. Asimismo se destaca que el Credo es la carta de presentación por excelencia del pueblo cristiano que se recita, por voluntad de San Pablo VI, durante la Santa Misa del domingo y de todas las solemnidades por ser la síntesis de la fe cristiana. Como afirma el Obispo de Roma:
“Recitar el Credo es un hermoso modo de proclamar y decir delante de todos aquello en lo que se cree”
El Credo contiene “el significado cotidiano, existencial, sencillo y sin embargo profundo, de nuestro ser hijos de Dios y de la amistad con los hermanos en la fe y con la humanidad entera”. Leer, vivir, rezar el Credo significa testimoniar la fe en Dios creador, en el Hijo que ha dado la vida por nuestra salvación, en el Espíritu Santo, en la Iglesia.
En esta obra se encuentran las palabras del Papa Francisco, con su original estilo, capaz de tocar el corazón de quienes escuchan y de relacionarse con las circunstancias particulares de sus vidas, acerca de la profesión de la fe, el Credo.

Programa de presentaciones

El programa de presentaciones del libro “Credo” en Madrid, Valencia, Barcelona y Roma se realizará cuando sea posible nuevamente la asistencia y participación del público y de los medios de comunicación.

El hermano enfermo de Benedicto XVI que ha sacado al Papa emérito del monasterio en el que vive recluido desde 2013


CIUDAD DEL VATICANO.- Benedicto XVI regresó este lunes al Vaticano tras su visita privada a su hermano mayor Georg, de 96 años, que se encuentra muy enfermo, según indicó la diócesis alemana de Ratisbona en un comunicado. 

El Papa emérito dejó el monasterio Mater Ecclesiae en el Vaticano donde vive recluido en oración hasta su ciudad natal para acompañar en estos momentos a su hermano mayor. Allí fue recibido por el obispo de Ratisbona, Rudolf Voderholzer, que lo acompañó hasta la ciudad.
Además Benedicto XVI pudo acudir a rezar a la tumba de sus padres y de su hermana en el cementerio de Ziegetsdorf, a tres kilómetros de Ratisbona; y visitó también su antigua casa en la pequeña localidad de Pentling, también a tres kilómetros. 
Los hermanos celebraron también misa juntos en casa de Georg, en un encuentro que según ha indicado la diócesis "podría ser la última vez en que los hermanos, Georg y Joseph Ratzinger, se vean en este mundo". Georg, de 96 años, y Joseph Ratizinger, de 93, han estado siempre muy unidos. Ambos se ordenaron sacerdotes el mismo día, 29 de junio de 1951, en la catedral de Freising.  
Antes de partir el jueves hacia Munich en un vuelo de la Fuerza Aérea italiana, Benedicto XVI recibió en el Vaticano la visita del Papa Francisco.
El Papa emérito, que cumplió 93 años el pasado 16 de abril, volvió así por primera vez a Ratisbona desde su visita como Papa en septiembre del 2006.

lunes, 22 de junio de 2020

El desarrollo de la doctrina es la fidelidad en la novedad

CIUDAD DEL VATICANO.- Ciertas críticas doctrinales al actual pontificado muestran una distancia gradual pero cada vez más neta del Concilio Vaticano II. No de una cierta interpretación de algunos textos, sino a partir de los mismos textos conciliares. Algunas lecturas que insisten en contraponer al Papa Francisco con sus inmediatos predecesores terminan así por criticar abiertamente también a San Juan Pablo II y a Benedicto XVI o, en todo caso, por silenciar algunos aspectos fundamentales de sus ministerios que representan desarrollos evidentes del último Concilio.

La profecía del diálogo

Un ejemplo de esto fue recientemente el 25 aniversario de la Encíclica "Ut Unum sint" en la que el Papa Wojtyla afirma que el compromiso ecuménico y el diálogo con los no católicos son una prioridad de la Iglesia. El aniversario ha sido ignorado por quienes hoy proponen una interpretación reductiva de la Tradición, cerrada a ese "diálogo de amor", más allá del doctrinal, promovido por el Papa polaco en obediencia al ardiente deseo de unidad de nuestro Señor.

La profecía del perdón

Igualmente se pasó por alto otro importante aniversario: la petición de perdón jubilar fervientemente deseada por San Juan Pablo II el 12 de marzo de hace veinte años. Es incontenible el poder profético de un Pontífice que pide perdón por los pecados cometidos por los hijos de la Iglesia. Y cuando se habla de "hijos" están incluidos también los papas. Es sabido: quien piden perdón por los errores cometidos se pone en una arriesgada situación de revisión. Wojtyla eligió proféticamente el camino de la verdad. La Iglesia no puede y no debe tener miedo de la verdad. El entonces Cardenal Joseph Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, subrayaba la "novedad de este gesto", un "acto público de arrepentimiento de la Iglesia por los pecados del pasado y de hoy": un "mea culpa del Papa en nombre de la Iglesia", un gesto verdaderamente " nuevo, pero sin embargo en una profunda continuidad con la historia de la Iglesia, con su autoconciencia".

Inquisición y violencia: una conciencia que crece

Se han fomentado muchas leyendas negras sobre la Inquisición, hogueras e intolerancias varias de la Iglesia a lo largo de la historia, exagerando, falsificando, calumniando y descontextualizando para borrar de la memoria la gran y decisiva contribución del cristianismo a la humanidad. Y los historiadores a menudo han reconducido a la verdad muchas distorsiones y mitificaciones de la realidad. Pero esto no impide hacer un serio examen de conciencia para "reconocer -afirma Juan Pablo II- las desviaciones del pasado" y " despertar nuestra conciencia ante los compromisos del presente". De ahí la petición de perdón en el 2000 “por las divisiones que han surgido entre los cristianos, por el uso de la violencia que algunos de ellos hicieron al servicio de la verdad, y por las actitudes de desconfianza y hostilidad adoptadas a veces con respecto a los seguidores de otras religiones”. "Con el paso del tiempo", afirma en 2004, "la Iglesia, guiada por el Espíritu Santo, percibe con una conciencia cada vez más viva cuáles son las exigencias de su conformidad” al Evangelio, que rechaza los métodos intolerantes y violentos que han desfigurado su rostro en la historia.

El caso Galileo

Un caso particularmente significativo fue el de Galileo Galilei, el gran científico italiano, un católico, quien - dijo Juan Pablo II - "tuvo que sufrir mucho —no sabríamos ocultarlo— de parte de hombres y organismos de la Iglesia". El Papa Wojtyla examina el hecho "a la luz del contexto histórico de la época" y "la mentalidad de entonces". La Iglesia, aunque fundada por Cristo, "está sin embargo constituida por hombres limitados y vinculados a su época cultural". Ella también "aprende con la experiencia" y la historia de Galileo "ha permitido una maduración y una comprensión más justa de su autoridad". La comprensión de la verdad crece: no se da de una vez para siempre.

Una revolución copernicana

Wojtyla recuerda que "la representación geocéntrica del mundo era comúnmente aceptada en la cultura de la época como plenamente coherente con la enseñanza de la Biblia, en la que algunas expresiones, tomadas literalmente, parecían constituir declaraciones de geocentrismo. El problema que se plantearon  los teólogos de la época era, por lo tanto, el de la compatibilidad del heliocentrismo y de  la Escritura. Así, la nueva ciencia, con sus métodos y la libertad de investigación que suponen, obligaba a los teólogos a cuestionar sus criterios de interpretación de la Escritura. La mayoría no supo hacerlo. Paradójicamente, Galileo, un creyente sincero, se mostró en este punto más perspicaz que sus adversarios teólogos" que habían caído en error tratando de defender la fe. "La inversión causada por el sistema de Copérnico" generó así "repercusiones en la interpretación de la Biblia": Galileo, no un teólogo, sino un científico católico, "introduce el principio de una interpretación de los libros sagrados, más allá incluso del sentido literal, pero de acuerdo con la intención y al tipo de exposición propios de cada uno de ellos" según los géneros literarios. Una posición confirmada por Pío XII en 1943 con la Encíclica "Divino afflante Spiritu".

La teoría de la evolución

Un análogo crecimiento en la conciencia de la Iglesia ocurrió con la teoría de la evolución que parecía contradecir el principio de la creación. Una primera apertura fue la de Pío XII con la Encíclica "Humani generis" de 1950: el próximo 12 de agosto cumplirá 70 años. Juan Pablo II afirma que "la creación se presenta a la luz de la evolución como un acontecimiento que se extiende en el tiempo - como una 'creatio continua' - en la que Dios se vuelve visible a los ojos del creyente como Creador del cielo y de la tierra". El Papa Francisco enfatiza que “cuando leemos en el Génesis el relato de la creación corremos el riesgo de imaginar que Dios haya sido un mago, con una varita mágica capaz de hacer todas las cosas. Pero no es así. Él creó los seres humanos y los dejó desarrollarse según las leyes internas que Él dio a cada uno, para que se desarrollase, para que llegase a la propia plenitud (...). El Big-Bang, que hoy se sitúa en el origen del mundo, no contradice la intervención de un creador divino, sino que la requiere. La evolución de la naturaleza no se contrapone a la noción de creación, porque la evolución presupone la creación de los seres que evolucionan”.

El desarrollo del concepto de libertad

En el Nuevo Testamento, pero no sólo, hay referencias muy profundas a la libertad que han cambiado la historia: pero se descubren poco a poco. El Papa Bonifacio VIII con la bula "Unam sanctam" de 1302 reafirmaba la superioridad de la autoridad espiritual sobre la autoridad temporal. Era una época diferente.  Casi 700 años después, Juan Pablo II, hablando en Estrasburgo ante el Parlamento Europeo, observó que el cristianismo medieval todavía no distinguía "entre la esfera de la fe y la de la vida civil". La consecuencia de esta visión era la "tentación integrista de excluir de la comunidad temporal a aquellos que no profesaban la verdadera fe ". En 1791, en una carta a los obispos franceses, Pío VI criticó la Constitución aprobada por la Asamblea Nacional que "establece como principio de ley natural que el hombre que vive en Sociedad debe ser plenamente libre, es decir, que en materia de Religión no debe ser disturbado por nadie, y puede pensar libremente como le gusta, y escribir e incluso publicar en la prensa cualquier cosa en materia de Religión. Y en 1832, la Encíclica de Gregorio XVI "Mirari vos" habla de la libertad de conciencia como "error venenosísimo" y "delirio", mientras que Pío IX en el Sillabo de 1864 condena entre "los principales errores de nuestra época" el que ya no convenga más  "que la religión católica sea considerada la única religión del Estado", excluyendo todos los demás cultos" y el hecho de que "en algunos países católicos se ha establecido por ley que los que van allí, sea lícito tener el culto público propio de cada uno". El Concilio Vaticano II, con sus Declaraciones "Dignitatis humanae" sobre la libertad religiosa y "Nostra aetate" sobre el diálogo con las religiones no cristianas da un salto que recuerda el Concilio de Jerusalén de la primera comunidad cristiana que abre la Iglesia a toda la humanidad. Frente a estos desafíos, Juan Pablo II afirma que "el pastor debe mostrarse dispuesto a ser verdaderamente audaz".

Detenerse, ¿pero en qué año?

En 1988 (Carta Apostólica "Ecclesia Dei") se produce el cisma de los tradicionalistas lefebrianos. Rechazan los desarrollos aportados por el Concilio Vaticano II: dicen que ha sido creada una nueva Iglesia. Benedicto XVI utiliza una imagen fuerte cuando les exhorta a no "congelar la autoridad magisterial de la Iglesia al año 1962 ". Ya había sucedido en 1870: los "viejos católicos" condenaron el Concilio Vaticano I por el dogma de la infalibilidad pontificia. La Iglesia Católica ha caminado en la historia atravesando más de 20 Concilios: cada vez había alguien que no aceptaba los nuevos desarrollos y se detenía. Pío IX en 1854 proclama el dogma de la Inmaculada Concepción. Pero un gran santo, Bernardo de Claraval, aun siendo uno de los más ardientes propagadores de la devoción mariana, expresó su oposición a esta verdad: "Estoy muy preocupado, ya que muchos de vosotros habéis decidido cambiar las condiciones de acontecimientos importantes, como por ejemplo introducir esta fiesta desconocida por la Iglesia, ciertamente no aprobada por la Razón, y ni siquiera justificada por la antigua Tradición. ¿Somos realmente más eruditos y piadosos que nuestros antiguos padres?". Estamos en el siglo XII. La Iglesia, desde entonces, ha introducido otras fiestas desconocidas que probablemente habrían escandalizado a muchos fieles que vivian en siglos anteriores.

El camino de Jesús: cosas nuevas y cosas viejas

Jesús dijo que no vino a abolir la Ley, "sino a dar cumplimiento" (Mt 5:17). Ha enseñado a no transgredir "uno solo de estos mandamientos más pequeños" (Mt 5, 19). Sin embargo, se le acusó de violar las reglas de la Ley Mosaica, como el descanso sabático o la prohibición de frecuentar a pecadores públicos. Y los apóstoles dieron el gran salto: abolieron la obligación de la circuncisión, que se remontaba incluso a Abraham, vigente durante 2000 años, y abrieron la puerta a los paganos, algo impensable en aquella época. "Mira que hago un mundo nuevo" (Apocalipsis 21, 5). Es el "vino nuevo" del amor evangélico que siempre sufre el riesgo de ser puesto en los "odres viejos" de nuestras seguridades religiosas, que tan a menudo silencian al Dios vivo que nunca deja de hablarnos. Es la sabiduría del "discípulo del reino de los cielos" que busca la plenitud de la Ley, la justicia que supera aquella de los escribas y fariseos, extrayendo "de sus arcas lo nuevo y lo viejo" (Mt 13, 52). No sólo cosas nuevas, no sólo cosas viejas.

El Papa emérito ya está de vuelta en el Vaticano

CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Emérito salió esta mañana después de las 10 del Seminario de Ratisbona, donde fue hospedado durante estos días, y se dirigió al aeropuerto de Munich desde donde despegó unos minutos antes del mediodía. A la 1 de la tarde aterrizó su avión en suelo italiano y 45 minutos después volvió al monasterio Mater Ecclesiae en el Vaticano. Así terminó la estancia en Alemania que el Papa emérito quería para estar cerca de su hermano enfermo Georg, de 96 años.

Benedicto XVI llegó el jueves pasado a Munich y fue recibido por el obispo Rudolf Voderholzer que lo acompañó a Ratisbona. Durante estos días el Papa emérito pudo visitar a su hermano en varias ocasiones y conocer los lugares queridos por su familia, en particular el cementerio de Ziegetsdorf, donde descansan sus padres y su hermana mayor, y su casa de Pentling, en las afueras de Ratisbona, que lo acogió durante sus años de enseñanza en la Universidad de la ciudad, y que ahora es la sede de un Instituto que lleva su nombre.
Entre las reuniones que mantuvo estos días destaca la del nuncio en Alemania, procedente de Berlín, el arzobispo Nikola Eterović, que en los años del pontificado del Papa Emérito sirvió como Secretario General del Sínodo de los Obispos.

La OMS cree que los eventos religiosos están ayudando a propagar el coronavirus

GINEBRA.-  Muchos países que han tenido éxito en su lucha contra el coronavirus están experimentando un aumento de casos por eventos religiosos y otras concentraciones como las reuniones de expatriados, indicó Maria Van Kerkhove, de la Organización Mundial de la Salud (OMS). 

“El virus aprovechará cualquier oportunidad que tenga para resistir. Es muy importante que los países estén en posición de detectar rápidamente estos casos”, dijo en una comparecencia por internet.
Mike Ryan, de la OMS, dijo que parece haber nuevos cúmulos en Corea del Sur ligados a clubes, refugios y parques. Asimismo, indicó que análisis de aguas residuales en el norte de Italia mostraron que era posible que el virus estuviera circulando allí antes de que alguien se diera cuenta.
El mundo registró más de 183.000 casos nuevos de coronavirus el domingo, la cifra más alta en un solo día desde que comenzó el brote, afirmó el lunes el jefe de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Según Tedros, el próximo gran desafío es aumentar la producción y distribución de dexametasona, el primer fármaco que ha demostrado reducir el riesgo de muertes en pacientes gravemente enfermos de COVID-19.
El número de infecciones mundiales superó los 9 millones el lunes, ya que Brasil e India sufrieron un alza de casos y Estados Unidos, China y otros países duramente golpeados anunciaron nuevos brotes, según un recuento.

El Papa emérito pasó el domingo en Baviera


MUNICH.- Ayer, último día que pasó en Baviera, el Papa emérito estaban planeandas dos visitas a su hermano, en su habitación, mientras que tuvo la posibilidad de algunas paradas en los lugares de la familia, que ya no se ven desde 2006 durante la última visita oficial a la patria. 

La primera parada fue en el cementerio de Ziegetsdorf, en la tumba donde reposan sus padres y su hermana mayor, un momento de oración que concluyó con la aspersión de agua bendita.
La segunda parada fue en su casa de Pentling, en las afueras de Ratisbona. Pasó tres cuartos de hora en la casa que lo acogió a lo largo de los años como profesor de Dogmática en la Universidad de la ciudad, del 69 al 77, antes de su nombramiento como Arzobispo de Munich y Freising. 
La casa es ahora la sede del Instituto Benedicto XVI, en el que se conserva su patrimonio teológico. 
Entre las reuniones de ayer, destaca la que tuvo con el nuncio en Alemania, que vino de Berlín y la que tuvo con el arzobispo Nikola Eterović, quien durante los años del Pontificado del Papa sirvió como Secretario General del Sínodo de Obispos.

Sotanas, alzacuellos y solideos: el Vaticano que triunfa en televisión


MADRID.- Papas, cardenales, basílicas. Desde hace siglos el poder, la influencia y la comunicación acerca de la Santa sede es motivo de atracción en todo el planeta. La fuerza simbólica del país más pequeño del mundo es, de forma paradójica, inversamente proporcional a la fuerza de su mensaje: da igual que sea religioso o geopolítico, según cada ocasión. El funcionamiento del Vaticano y la acción de los papas, para muchos, siempre será un misterio. Lo cual se está traduciendo en una enorme producción audiovisual, vinculada al cine y a la series de televisión. El Vaticano está de moda.

El atractivo moderno y a la vez místico de la serie The New Pope (2020), secuela de The Young Pope (2016), ambas del director de La Gran Belleza, Paolo Sorrentino; ha fascinado a los seriéfilos de todo el mundo a la hora de contar la historia de dos pontífices, hipotéticos y muy distintos, como el comedido Juan Pablo III (John Malkovich) frente a una auténtica estrella del rock como Pío XIII (Jude Law). A principios de este año 2020, The New Pope se ha convirtió, por ejemplo, en la serie italiana más popular en Estados Unidos. Por delante de Gomorra y Los Médici.
Los Dos Papas (2019) ha sido otro de los grandes fenómenos cinematográficos recientes en relación a la vida dentro de las murallas leoninas del Vaticano. En este caso, el film de Fernando Meirelles no es el resultado de un trabajo de pura ficción, ya que se inspira e interpreta libremente los hechos relativos a la renuncia de Benedicto XVI como pontífice de la Iglesia Católica y a la sucesiva toma de posesión como obispo de Roma de Francisco como primer papa sudamericano de la historia.
En la película de Meirelles, se ilustró una casi excelente relación entre Ratzinger y Bergoglio. A lo largo de toda la obra, ambos pontífices se confiesan mutuamente su perspectiva acerca del futuro del catolicismo, en un contexto donde los casos de abusos dentro de la Iglesia era una lacra que impedía a Benedicto XVI seguir al frente del barco de Pedro. En términos de opinión pública, fueron muy llamativas las imágenes del cartel del largometraje colgado en la conocidísima Via de la Conciliación, la avenida que lleva recto a la Basílica de San Pedro. Una de las curiosidades relativas a ese póster, colocado justo al lado del Vaticano, es que es propiedad de Propaganda Fide, antiguo nombre de la actual Congregación para la Evangelización de los Pueblos, institución que tiene como objetivo de propagar de la fe católica en todo el mundo, también a través de las misiones.
Paradójicamente, la supuesta buena relación entre los actuales papas –uno de ellos, Ratzinger, como pontífice emérito– fue puesta en duda tan sólo unas semanas después de su estreno en Netflix. A mediados de enero, el Vaticano vivió tres días de fuego cuando Benedicto XVI, decidió retirar su firma del libro Desde el profundo de nuestro corazón, que él no había escrito, pero que sí estaba a punto de publicar a cuatro manos con el cardenal Robert Sarah, líder de los conservadores. En el libro, Sarah iba a criticar la postura del Papa Francisco en materia de celibato sacerdotal. En el contenido de la publicación, adelantado por el diario francés Le Figaro, se iba a leer que Benedicto XVI "no podía callar" acerca de este tema. Al final, Benedicto XVI pidió al cardenal conservador Robert Sarah que quitara su nombre como coautor del libro. El problema, hasta que se aclaró, se vio como una injerencia contra el Papa Francisco. Algo que, finalmente, no ocurrió. Igualmente, durante 72 horas, la realidad estuvo a punto de superar la ficción.
Uno de los ejemplos más evidentes relativos a la presencia de lo católico en la televisión italiana es la conocida serie Don Matteo, que lleva ya 12 temporadas y 20 años emitiéndose en prime time de la cadena pública Rai 1, el principal canal de televisión transalpino. La serie, actual y a la vez costumbrista, está ambientada en la localidad umbra de Spoleto, donde el célebre actor italiano Terence Hill interpreta un apuesto sacerdote de pueblo dispuesto a ayudar –o adelantarse– a los carabinieri locales para resolver los casos que las fuerzas del orden tengan que investigar.
Lo realmente sorprendente acerca de esta longeva serie es su éxito, incluso en sus últimas temporadas. No obstante el gran público esté más que familiarizado con el personaje eclesiástico, los espectadores transalpinos siguen premiando dicha serie a través de unas altísimas audiencias, con más de 7 millones de espectadores, equivalentes en Italia a más del 26% de cuota de pantalla. Unas cifras realmente excepcionales, teniendo en cuenta la gran competencia de las plataformas por satélites y los contenidos bajo demanda a través de Internet. ¿Dónde radica el éxito laico de un cura en la televisión italiana? Recientemente, el periódico transalpino La Repubblica dio pistas acerca de ello: "Spoleto se propone come la capital moral de una Italia pacificada, un oasis atemporal, un lugar donde durante dos horas nadie ofende a nadie. Ni en vivo, ni detrás de los teclados", según crónica de Público.

domingo, 21 de junio de 2020

El Papa dice que el coronavirus debería generar una nueva conciencia medioambiental



CIUDAD DEL VATICANO.- La drástica reducción de la contaminación durante los confinamientos por el coronavirus en todo el mundo debería conducir a una mayor preocupación por el medio ambiente a medida que se levantan las restricciones impuestas por el mismo, dijo el papa Francisco el domingo. 

En su discurso en la Plaza de San Pedro, el pontífice dijo que la pandemia hizo que muchas personas reflexionaran sobre su relación con el medio ambiente. La plaza de la Ciudad del Vaticano reabrió al público hace un mes y las últimas restricciones en los desplazamientos en Italia se levantaron el 3 de junio.
“El confinamiento ha reducido la contaminación y ha revelado una vez más la belleza de tantos lugares libres de tráfico y ruido. Ahora, con la reanudación de las actividades, todos deberíamos ser más responsables en el cuidado de nuestra casa común”, dijo, refiriéndose a la Tierra.
Los niveles de contaminación del aire y del agua se desplomaron en muchos lugares.
En Venecia, las aguas normalmente oscuras de los canales de la ciudad estaban tan limpias debido a la reducción del tráfico de barcos que se podían ver peces por primera vez en muchos años.
Los delfines nadaban más cerca de los puertos, los mapaches emergieron en el Central Park de Nueva York y las cabras montesas vagaban por las calles en Gales.
En algunas ciudades, como Milán, la reducción de la contaminación impulsó a los representantes locales a planificar más islas peatonales y vías para el ciclismo.
La Iglesia Católica Romana está celebrando actualmente el quinto aniversario de la histórica encíclica del papa Francisco "Laudato Si" (Alabado sea) here sobre la necesidad de proteger la naturaleza.
En un manual de 225 páginas publicado el jueves, el Vaticano dijo que los católicos deberían desinvertir en las industrias de combustibles fósiles y monitorizar de cerca las compañías en sectores como la minería para comprobar si están dañando el medio ambiente.
El papa, hablando un día después del Día Mundial de los Refugiados, también dijo que la crisis del coronavirus ha puesto de relieve la necesidad de garantizar la protección de los refugiados porque se han vuelto más vulnerables a la explotación.

Benedicto XVI visita su antigua casa y la tumba de sus padres

FRÁNCFORT.- El papa emérito Benedicto XVI visitó ayer sábado su antigua casa cerca de Ratisbona, Alemania, saludó a antiguos vecinos y oró en la tumba de sus padres, como parte de un viaje a sus otrora lugares favoritos para estar con su hermano, el reverendo Georg Ratzinger, de 96 años, que se encuentra gravemente enfermo.

La televisión pública bávara mostró imágenes del pontífice retirado, de 93 años, cuando llegaba a una casa en una camioneta tipo van adaptada para transportar una silla de ruedas en medio de una hilera de policías. Benedicto XVI sonrió y saludó a un pequeño grupo de simpatizantes y se dirigió a orar a las tumbas de su madre, padre y hermana, según la agencia noticiosa dpa.
Joseph Ratzinger dio clases en la Universidad de Ratisbona de 1969 a 1977 antes de que lo nombraran arzobispo de Múnich. La casa en Pentling, cerca de Ratisbona, que construyó en 1969, es ahora un centro de reunión y documentación del Instituto Papa Benedicto XVI, encargado de conservar y poner disponibles su vastos textos. El instituto indicó en su página web que la ocasión anterior que el pontífice visitó su antigua casa fue en 2006.
Benedicto XVI también visitó a su hermano, Georg Ratzinger, quien vive en un apartamento. Georg Ratzinger fue mucho tiempo maestro del coro en Ratisbona y ambos fueron ordenados sacerdotes el mismo día en 1951.
La diócesis de Ratisbona informó que Benedicto XVI llegó el jueves y permanecería al menos hasta el lunes.
El papa emérito ha vivido en un monasterio en el complejo del Vaticano desde poco después de su retiro en 2013, una decisión que conmocionó al mundo católico. 
Elegido al papado en 2005 como sucesor de San Juan Pablo II, Ratzinger se convirtió en el primer pontífice en 600 años en renunciar a su cargo. Le sustituyó el actual papa Francisco.

La oración sugerida por el Papa: “Jesús, que mi corazón se parezca al tuyo”


CIUDAD DEL VATICANO.- Con motivo de la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, el pasado 19 de junio, en que también se celebraba la 25ª Jornada mundial de oración por la santificación de los sacerdotes, que instituyó San Juan Pablo II en 1995, hemos repasado algunos de los textos en que el Santo Padre Francisco se refirió a esta devoción, cuyo sentido es “que nos envuelva la fidelidad humilde y la mansedumbre del amor de Cristo”

La tarde del 27 de junio de 2014, el Papa tenía previsto realizar una visita al policlínico romano Agostino Gemelli y a la Facultad de medicina y cirugía de la Universidad Católica del Sagrado Corazón, con motivo del quincuagésimo aniversario de su fundación, día en el que, además, se celebraba esta Solemnidad. 

Y si bien Francisco no pudo hacerla, encargó al Cardenal Angelo Scola, entonces Arzobispo de Milán y Presidente del Instituto Toniolo que presidiera, en su lugar, la celebración eucarística programada en la plaza frente a la Facultad y que diera lectura de la homilía que el Santo Padre había preparado para esa ocasión.

Jesús permanece fiel

En aquella homilía del Papa leemos un concepto que ha repetido muchas veces a lo largo de su Pontificado, y es que “el amor fiel de Dios a su pueblo se manifestó y se realizó plenamente en Jesucristo”. Además Francisco escribía en aquella oportunidad que “para honrar el vínculo de Dios con su pueblo”, el Señor “se hizo nuestro esclavo, se despojó de su gloria y asumió la forma de siervo”. 

De manera que, en su amor, “no se rindió ante nuestra ingratitud y ni siquiera ante el rechazo”; tal como nos lo recuerda San Pablo:

“Si somos infieles, Jesús permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo”

Jesús jamás traiciona

El Papa también había escrito que “Jesús permanece fiel, no traiciona jamás: aun cuando nos equivocamos, Él nos espera siempre para perdonarnos: es el rostro del Padre misericordioso”:
“Este amor, esta fidelidad del Señor manifiesta la humildad de su corazón: Jesús no vino a conquistar a los hombres como los reyes y los poderosos de este mundo, sino que vino a ofrecer amor con mansedumbre y humildad”

Sentido de la fiesta del Sagrado Corazón

“Que nos envuelva la fidelidad humilde y la mansedumbre del amor de Cristo”
Y al recordar que el Señor se definió a sí mismo diciendo: “Aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón”, el Santo Padre explicaba que “el sentido de la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, que celebramos hoy, es que descubramos cada vez más y nos envuelva la fidelidad humilde y la mansedumbre del amor de Cristo, revelación de la misericordia del Padre”:
“Podemos experimentar y gustar la ternura de este amor en cada estación de la vida: en el tiempo de la alegría y en el de la tristeza, en el tiempo de la salud y en el de la enfermedad y la dificultad”
Por esta razón, al dirigirse de modo especial a los médicos y al personal paramédico de este policlínico, perteneciente a la Universidad Católica del Sagrado Corazón, les decía que “la fidelidad de Dios nos enseña a acoger la vida como acontecimiento de su amor y nos permite testimoniar este amor a los hermanos mediante un servicio humilde y manso”. Y añadía:
“Aquí, cada uno de ustedes lleva a los enfermos un poco de amor del Corazón de Cristo”
Ya en aquella ocasión el entonces “nuevo Papa” concluía su homilía sugiriendo decirle a Jesucristo: “Señor Jesús, haz que mi corazón sea cada vez más semejante al tuyo, pleno de amor y fidelidad”.

“Jesús, que mi corazón se parezca al tuyo”

Y precisamente hace pocos días, a la hora del Ángelus dominical del pasado 7 de junio, desde la Plaza de San Pedro, el Papa recordaba al mundo que este mes está dedicado de manera especial al Sagrado Corazón de Cristo, “una devoción que une a los grandes maestros espirituales y a la gente sencilla del pueblo de Dios”. Francisco decía que “en efecto, el Corazón humano y divino de Jesús es la fuente de donde siempre podemos obtener misericordia, perdón y ternura de Dios”. 

A la vez que sugería que “podemos hacer esto reflexionando sobre un pasaje del Evangelio, sintiendo que en el centro de cada gesto, de cada palabra de Jesús, en el centro está el amor, el amor del Padre que ha enviado a su Hijo, el amor del Espíritu Santo que está dentro de nosotros. Y podemos hacerlo adorando la Eucaristía, donde este amor está presente en el Sacramento”.

“De este modo – proseguía el Santo Padre – nuestro corazón también, poco a poco, se volverá más paciente, más generoso, más misericordioso, imitando el Corazón de Jesús”. Y llegado a este punto el Papa decía que hay una antigua oración, que él aprendió de su abuela y que reza: “Jesús, haz que mi corazón se parezca al tuyo”. A lo que añadía:
“Es una hermosa oración. ‘Haz mi corazón semejante al tuyo’. Una hermosa oración, pequeña, para rezar este mes. ¿La decimos juntos ahora? ‘Jesús, que mi corazón se parezca al tuyo. Otra vez: ‘Jesús, que mi corazón se parezca al tuyo’”
Cabe destacar que también el Video del Papa para el corriente mes de junio llama a recorrer un camino lleno de compasión, capaz de transformar nuestra vida y la de nuestro prójimo, con la esperanza de acercarnos más al Corazón de Jesús.

Una fiesta tan querida por el pueblo cristiano

Mientras hace apenas dos días, antes de concluir la Audiencia general del miércoles 17 de junio sobre el tema de la oración de Moisés – cuya catequesis impartió desde la Biblioteca Privada del Palacio Apostólico – en sus saludos el Papa recordaba la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús que se celebra hoy, definiéndola “una fiesta tan querida por el pueblo cristiano”. De ahí su invitación”
“Los invito a descubrir las riquezas escondidas en el Corazón de Jesús, a aprender a amar al prójimo”

Sugerencia del Papa en este día tan especial

De la misma manera, al saludar a los fieles de lengua española que, como todos los demás, seguían esta catequesis a través de los medios de comunicación social, el Santo Padre recordaba la celebración de hoy diciendo que en la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús se celebra la Jornada de santificación sacerdotal. De ahí su sugerencia en este día tan especial:
“Los animo a rezar por los sacerdotes, por su párroco, por aquellos que están cerca de ustedes y conocen…, para que a través de su oración el Señor los fortalezca en su vocación, los conforte en su ministerio y sean siempre ministros de la Alegría del Evangelio para todas las gentes”.