ROMA.- "Son fundamentalmente chicos de Europa del Este que reciben entre 150 y 500 euros por trabajo.
Un ex carabinero se encarga de reclutarlos en las cercanías de la
estación Termini, ofreciéndoles trabajo como modelos, cuando
finalmente lo que hacen es ponerlos a disposición de miembros de la curia vaticana".
Esta es la acusación del ex párroco de la parroquía San Felipe de
Neri, Patrizio Poggi, que denunció voluntariamente esta red de
prostitución ante la Policía acompañado por otros dos sacerdotes. El
religioso conoce bien este tipo de situaciones porque en 1999 fue
condenado a cárcel por violencia sexual contra menores.
Sin embargo, el Núcleo Investigativo de Roma de los Carabinieri le
acabó arrestando por considerarlo artífice de un plan calumnioso que
buscaba enfangar a otros sacerdotes romanos. Sin embargo, algunos
vaticanistas consideran que el ex sacerdote contaría con el aval del
propio pontífice que quiere transmitir la idea de que pretende limpiar
las cloacas de la Santa Sede.
La comisión de investigación que encargó el anterior pontífice tuvo unas conclusiones bastante rotundas:
algunos cardenales podrían sufrir “influencia externa”, es decir,
chantaje, que podría desvelar sus escarceos sexuales con otros hombres.
Ya una carta robada de las cámaras secretas en 2012 habló de estas
relaciones ocultas aunque omitiendo los nombres: como monseñor Tommaso
Stenico, suspendido después de una entrevista televisiva en la que habló
de los encuentros sexuales que tuvieron lugar en el Vaticano.
Por ejemplo,
se denuncia que el político Angelo Balducci amaba estar rodeado de
jóvenes coristas de la Santa Sede. “Según informes, Thomas Ehiem –un
corista del Vaticano de 29 años de edad- supuestamente habría sido un
intermediario que buscaba jóvenes quienes posteriormente sostendrían
encuentros homosexuales con Angelo Balducci, un asesor de Su Santidad
para visitas de personajes insignes.
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