RÍO DE JANEIRO.- El Papa Francisco ha invitado a los cientos de
jóvenes de todo el mundo que se encontraban este domingo en la Playa de
Copacabana (Río de Janeiro) para asistir a la Misa de Envío de la
Jornada Mundial de la Juventud, a llevar el Evangelio a todos los
pueblos para acabar con la violencia, el egoísmo, la intolerancia y el
odio y para construir "un mundo nuevo".
Llevar el Evangelio es llevar la fuerza de Dios para arrancar y
arrasar el mal y la violencia; para destruir y demoler las barreras del
egoísmo, la intolerancia y el odio; para edificar un mundo nuevo.
Jesucristo cuenta con ustedes. La Iglesia cuenta con ustedes. El Papa
cuenta con ustedes", les ha asegurado.
El Pontífice ha precisado que hoy Jesús les dice a todos los
jóvenes tres palabras --vayan, sin miedo, para servir -y, precisamente,
se ha detenido en esta última idea 'para servir' y ha exhortado a la
juventud a dejar que su vida "se identifique" con la de Jesús, con sus
sentimientos, sus pensamientos, sus acciones, de forma que vivan una
vida "para los demás, una vida de servicio", superando los "egoísmos",
"inclinándose a lavar los pies de los hermanos".
Además, Francisco ha instado a los fieles a que la experiencia de
este encuentro no quede "encerrada en su vida o en el pequeño grupo de
la parroquia, del movimiento o de su comunidad" pues esto "sería como
quitarle el oxígeno a una llama que arde".
"La fe -ha remarcado-- es una
llama que se hace más viva cuanto más se comparte".
No obstante, ha advertido de que Jesús no hace una sugerencia sino
que es un "mandato". "¡Cuidado! Jesús no ha dicho: si quieren, si
tienen tiempo, sino: 'Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos'.
Compartir la experiencia de la fe, dar testimonio de la fe, anunciar el
evangelio es el mandato que el Señor confía a toda la Iglesia, también a
ti".
Sin embargo, ha precisado que es un mandato "que no nace de la
voluntad de dominio o de poder, sino de la fuerza del amor" pues Jesús
no trata a los que le siguen "como a esclavos", sino como "a hombres
libres, amigos, hermanos" y no sólo les envía, sino que les acompaña.
"¿Adónde nos envía Jesús?", ha preguntado el Papa para responder
que "no hay fronteras, no hay límites" ya que el Evangelio "no es sólo
para los que nos parecen más cercanos, más receptivos, más acogedores"
sino "para todos". Por ello, ha animado a los jóvenes a no tener miedo
de llevar a Cristo "a cualquier ambiente, hasta las periferias
existenciales, también a quien parece más lejano, más indiferente".
La Iglesia, según ha apuntado, "necesita el entusiasmo, la
creatividad y la alegría" que caracteriza a los jóvenes y también
requiere de su ayuda porque "el mejor medio para evangelizar a los
jóvenes es otro joven".
"Éste es el camino que hay que recorrer", ha
subrayado.
Finalmente, el Papa ha insistido en que Jesús envía a anunciar el
evangelio a todos "juntos" pues cuando las personas hacen frente a los
desafíos juntas, entonces son "fuertes" y "descubren recursos que
pensaban que no tenían".
"Jesús no ha llamado a los apóstoles a vivir
aislados, los ha llamado a formar un grupo, una comunidad", ha
remarcado, al tiempo que ha llamado a los sacerdotes a acompañar y
ayudar a los jóvenes.
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