CIUDAD DEL VATICANO.- El prefecto de la Congregación para la
Doctrina de la Fe, monseñor Gerhard Ludwig Müller, ha aclarado que la
encíclica 'Lumen Fidei', firmada por el Papa Francisco, la firma un solo
Papa "porque solo hay un Papa" aunque ha precisado que el hecho de que
el texto contenga aportaciones de ambos es "un buen testimonio de la
unidad".
Así lo ha indicado en el Vaticano junto al prefecto de la Congregación para los Obispos, el cardenal Marc
Ouellet, y el presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la
Nueva Evangelización, monseñor Rino Fisichella.
En
este sentido, Müller ha precisado que el hecho de que el presente texto
haya sido escrito, "por así decir, con la mano de dos pontífices", es
"una circunstancia feliz" y muestra la "continuidad" entre ambos
Pontífices. "Quien lo lea, podrá inmediatamente notar, más allá de las
diferencias de estilo, sensibilidad y acentos, la sustancial continuidad
del mensaje del Papa Francisco con el magisterio de Benedicto XVI", ha
asegurado.
Según ha destacado Müller, la encíclica,
en cuatro temáticas que pueden considerarse "como cuatro cuadros de una
gran pintura", quiere poner de relieve que la luz que proviene de la fe
ilumina la profundidad de la realidad.
"Debemos
reconocerlo: todas las veces que no pensamos, obramos y amamos para que
actúe la fe en Dios, no contribuimos a edificar un mundo más humano. Por
el contrario, frecuentemente damos uno contra testimonio de Dios y
desfiguramos el rostro de la Iglesia", ha indicado Müller.
Además, ha destacado "con agrado" una cita presente en la tercera parte
de la encíclica para subrayar que el mundo actual, a pesar de sus
conexiones y globalizaciones, está "fragmentado y seccionado en muchos
mundos, que si bien se encuentran en comunicación, se hallan con
frecuencia en mutuo conflicto".
Por esta razón, considera que la unidad de la fe es "un bien precioso"
que el Santo Padre y sus hermanos obispos están llamados a testimoniar,
alimentar y garantizar, una unidad" no monolítica, sino rica y de viva
pluriformidad".
Asimismo, en referencia a la
fraternidad universal, ha apuntado que, sin verdad y sin Dios, esta no
es posible y está destinada a "reeditar la triste experiencia de Babel".
"La historia de los últimos dos siglos, nos ofrece una triste y amplia
documentación de ello", ha afirmado.
Por su parte,
Fisichella ha resumido la enseñanza de la encíclica en la cita 'Quien
cree, ve' y ha destacado que con ella, el Papa Francisco propone a la
Iglesia un camino para recuperar su misión en el momento actual marcado
por "una crisis de fe que por los problemas que comporta tiene pocos
precedentes en nuestra historia".
Según ha indicado,
es conveniente saber que en la perspectiva del Año de la Fe, se pedía
repetidamente a Benedicto XVI que escribiera una encíclica sobre la fe y
aunque no estaba convencido de si debía someterse a esta ulterior
fatiga, decidió escribirla para ofrecerla como conclusión del Año de la
Fe. "La historia ha querido que sea distinto", ha precisado en
referencia a que la encíclica finalmente está firmada por Francisco.
En cualquier caso, ha explicado que, "sin duda", Lumen Fidei, aunque
recoge algunas ideas y contenidos de la enseñanza de Benedicto XVI, "es
plenamente un texto del Papa Francisco".
"Aquí nos encontramos con su
estilo y la peculiaridad de los contenidos a los que nos hemos
acostumbrado en los primeros meses de su pontificado, especialmente con
sus homilías diarias", ha apuntado.
"El Papa
Francisco, con su sensibilidad de pastor es capaz de traducir muchas
cuestiones de carácter teológico en temáticas que pueden ayudar a la
reflexión y a la catequesis. Por eso es importante la invitación que
hace al final del texto: 'No os dejéis robar la esperanza'", ha
apuntado.
Además, ha remarcado que la invitación que
hace el Papa Francisco de no tener miedo de perseguir grandes ideales
como la fe o el amor, en un período de "debilidad cultural" como el
actual, es "una provocación y un desafío que no pueden resultar
indiferentes".
Por otro lado, Ouellet ha señalado que
esta encíclica es el pilar que faltaba en la trilogía de Benedicto XVI
sobre las virtudes teologales y que ha llegado "en forma de regalo del
Papa Emérito" a su sucesor.
Además, considera que, al
mismo tiempo, es "un símbolo de unidad" porque al asumir y llevar a
término la obra de su predecesor, Francisco "da testimonio de la unidad
de la fe".
"La luz de la fe pasa de uno a otro pontífice como en una
carrera en la que se asegura la continuidad de la memoria de la
Iglesia", ha precisado.
Por ello, ha asegurado que
reciben "con una particular alegría" esta encíclica cuya modalidad
compartida de transmisión ilustra de manera extraordinaria el aspecto
fundamental del texto: la comunión de la fe.
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