sábado, 6 de julio de 2013

El Vaticano aclara que la encíclica 'Lumen Fidei' la firma Francisco "porque solo hay un Papa"

CIUDAD DEL VATICANO.- El prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, monseñor Gerhard Ludwig Müller, ha aclarado que la encíclica 'Lumen Fidei', firmada por el Papa Francisco, la firma un solo Papa "porque solo hay un Papa" aunque ha precisado que el hecho de que el texto contenga aportaciones de ambos es "un buen testimonio de la unidad".

Así lo ha indicado en el Vaticano junto al prefecto de la Congregación para los Obispos, el cardenal Marc Ouellet, y el presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, monseñor Rino Fisichella.
En este sentido, Müller ha precisado que el hecho de que el presente texto haya sido escrito, "por así decir, con la mano de dos pontífices", es "una circunstancia feliz" y muestra la "continuidad" entre ambos Pontífices. "Quien lo lea, podrá inmediatamente notar, más allá de las diferencias de estilo, sensibilidad y acentos, la sustancial continuidad del mensaje del Papa Francisco con el magisterio de Benedicto XVI", ha asegurado.
Según ha destacado Müller, la encíclica, en cuatro temáticas que pueden considerarse "como cuatro cuadros de una gran pintura", quiere poner de relieve que la luz que proviene de la fe ilumina la profundidad de la realidad.
"Debemos reconocerlo: todas las veces que no pensamos, obramos y amamos para que actúe la fe en Dios, no contribuimos a edificar un mundo más humano. Por el contrario, frecuentemente damos uno contra testimonio de Dios y desfiguramos el rostro de la Iglesia", ha indicado Müller.
Además, ha destacado "con agrado" una cita presente en la tercera parte de la encíclica para subrayar que el mundo actual, a pesar de sus conexiones y globalizaciones, está "fragmentado y seccionado en muchos mundos, que si bien se encuentran en comunicación, se hallan con frecuencia en mutuo conflicto".
Por esta razón, considera que la unidad de la fe es "un bien precioso" que el Santo Padre y sus hermanos obispos están llamados a testimoniar, alimentar y garantizar, una unidad" no monolítica, sino rica y de viva pluriformidad".
Asimismo, en referencia a la fraternidad universal, ha apuntado que, sin verdad y sin Dios, esta no es posible y está destinada a "reeditar la triste experiencia de Babel". 
 "La historia de los últimos dos siglos, nos ofrece una triste y amplia documentación de ello", ha afirmado.
Por su parte, Fisichella ha resumido la enseñanza de la encíclica en la cita 'Quien cree, ve' y ha destacado que con ella, el Papa Francisco propone a la Iglesia un camino para recuperar su misión en el momento actual marcado por "una crisis de fe que por los problemas que comporta tiene pocos precedentes en nuestra historia".
Según ha indicado, es conveniente saber que en la perspectiva del Año de la Fe, se pedía repetidamente a Benedicto XVI que escribiera una encíclica sobre la fe y aunque no estaba convencido de si debía someterse a esta ulterior fatiga, decidió escribirla para ofrecerla como conclusión del Año de la Fe. "La historia ha querido que sea distinto", ha precisado en referencia a que la encíclica finalmente está firmada por Francisco.
En cualquier caso, ha explicado que, "sin duda", Lumen Fidei, aunque recoge algunas ideas y contenidos de la enseñanza de Benedicto XVI, "es plenamente un texto del Papa Francisco". 
"Aquí nos encontramos con su estilo y la peculiaridad de los contenidos a los que nos hemos acostumbrado en los primeros meses de su pontificado, especialmente con sus homilías diarias", ha apuntado.
"El Papa Francisco, con su sensibilidad de pastor es capaz de traducir muchas cuestiones de carácter teológico en temáticas que pueden ayudar a la reflexión y a la catequesis. Por eso es importante la invitación que hace al final del texto: 'No os dejéis robar la esperanza'", ha apuntado.
Además, ha remarcado que la invitación que hace el Papa Francisco de no tener miedo de perseguir grandes ideales como la fe o el amor, en un período de "debilidad cultural" como el actual, es "una provocación y un desafío que no pueden resultar indiferentes".
Por otro lado, Ouellet ha señalado que esta encíclica es el pilar que faltaba en la trilogía de Benedicto XVI sobre las virtudes teologales y que ha llegado "en forma de regalo del Papa Emérito" a su sucesor.
Además, considera que, al mismo tiempo, es "un símbolo de unidad" porque al asumir y llevar a término la obra de su predecesor, Francisco "da testimonio de la unidad de la fe".
 "La luz de la fe pasa de uno a otro pontífice como en una carrera en la que se asegura la continuidad de la memoria de la Iglesia", ha precisado.
Por ello, ha asegurado que reciben "con una particular alegría" esta encíclica cuya modalidad compartida de transmisión ilustra de manera extraordinaria el aspecto fundamental del texto: la comunión de la fe.

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