CASTEL GANDOLFO.- Por primera vez desde su elección, el papa Francisco
dirigió hoy el Ángelus en Castel Gandolfo, la localidad próxima a Roma
que acoge la residencia de verano de los pontífices. Sin embargo, al
final del día, el Santo Padre volvió al Vaticano ya que decidió no pasar
sus vacaciones allí, como es costumbre entre los jefes de la Iglesia
católica.
Desde la puerta del palacio apostólico de Castel
Gandolfo, ante una abarrotada plaza de la Libertad, el primer papa
argentino, quien llegó a la localidad italiana en auto a primera hora de
la mañana, recordó que dentro de ocho días partirá hacia Brasil para participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que tendrá lugar entre los días 23 y 28 de este mes.
Estas palabras motivaron un estallido de alegría en la
audiencia, entre los que se podían ver numerosas banderas brasileñas, a
lo que el Papa respondió con un espontáneo: "Se ve que hay muchos
jóvenes, pero que todos son también jóvenes de corazón".
"Recemos, por tanto, por este gran peregrinaje que
empieza, para que Nuestra Señora de Aparecida, patrona de Brasil, guíe
los pasos de los participantes y abra sus corazones para acoger la
misión que Cristo les encomienda", dijo Francisco.
El pontífice recordó además la parábola bíblica del
buen samaritano, como "ejemplo del amor por el prójimo", y a San Camilo
de Lelis, patrón de los enfermos y de los trabajadores sanitarios, de
cuya muerte justo dentro de un año, el 14 de julio de 2014, se cumplirá
el cuarto centenario.
"Saludo con gran afecto a todos los hijos y las hijas
espirituales de San Camilo, que viven su carisma de caridad en contacto
diario con los enfermos. Sed como él, buenos samaritanos. Y también a
los médicos, a los enfermeros y a quienes trabajan en los hospitales y
casas de cuidados, deseo que mantengan el ánimo del mismo espíritu",
señaló.
Por lo general cuando los pontífices están en Castel
Gandolfo los domingos se asoman por una ventana que mira sobre un patio
interno o en un balcón que da a una plaza del pueblo. Sin embargo en
esta ocasión, Francisco habló con la gente y los saludó en la puerta
principal, inclinándose para besar a los bebés en sus cochecitos, una
actitud habitual en él.
El ex arzobispo Jorge Bergoglio volvió así hoy al palacio de Castel
Gandolfo, donde el pasado marzo, ya como nuevo pontífice, mantuvo un encuentro con su predecesor en el cargo, Benedicto XVI,
quien permanecía allí tras su renuncia. Poco después Joseph Ratzinger
se trasladó a Roma para vivir en un monasterio dentro del Vaticano,
donde tiene previsto pasar sus días en oración y meditación.
A su llegada al palacio pontificio de Castel Gandolfo,
situada a unos 30 kilómetros al sur de Roma, Francisco saludó a los
trabajadores del mismo y al obispo de Albano, Marcello Semeraro, y a la
alcaldesa de Castel Gandolfo, Milvia Monachesi.
"En este momento, mi pensamiento va con el beato Juan
Pablo II y con Benedicto XVI, que amaban pasar parte del período estival
en esta residencia pontificia. Muchos de vosotros han podido conocerlos
y acogerlos, conservando de ellos un recuerdo muy querido", dijo el
papa argentino.
Tras el rezo del Ángelus, Francisco celebró un almuerzo
con los jesuitas del Espéculo Vaticano, dirigido por el argentino José
Gabriel Funes, para regresar después a la Ciudad del Vaticano.
Éste es uno de los pocos desplazamientos fuera del
Vaticano que Francisco tiene previsto realizar este verano, en el que
viajará a finales de este mes a Río de Janeiro para presidir la JMJ. Se
espera la participación unos dos millones de jóvenes, en su mayoría de
América Latina.
El 15 de agosto Francisco, quien hasta septiembre no
tiene planeado celebrar sus tradicionales audiencias públicas de los miércoles en el
Vaticano, volverá a Castel Gandolfo para oficiar, como es tradición en
los papas, la misa de la festividad de la Asunción de María en la
parroquia de esta localidad italiana.
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