CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Francisco instó a los católicos
romanos el miércoles, en el comienzo de la Cuaresma, a no obsesionarse
con las posesiones y a rechazar una cultura donde todo se puede comprar y vender.
El Miércoles de Ceniza es el día en que los cristianos
recuerdan su mortalidad y escuchan la frase "polvo eres y en polvo te
convertirás" mientras los sacerdotes colocan ceniza en la frente de los
fieles.
Francisco encabezó una tradicional procesión entre dos iglesias en las calles de la colina del Aventino para comenzar el tiempo de Cuaresma previa a la Semana Santa, cuando se insta a los cristianos a ayunar, rezar y dar limosnas a los necesitados.
En la segunda iglesia, un cardenal puso ceniza en la cabeza del pontífice y luego Francisco, vistiendo el púrpura papal, hizo lo mismo con los cardenales que le acompañaban.
"Sabemos que este mundo siempre más artificial nos hace vivir en una cultura del 'hacer', del 'beneficio', donde sin darnos cuenta excluimos a Dios de nuestro horizonte", dijo el Papa en su homilía en una misa que concluía el servicio.
"Con frecuencia hoy dar algo gratuitamente no es parte de la vida diaria, donde todo se vende y se compra. Todo se calcula y se mide", agregó.
Francisco, líder de los 1.200 millones de fieles, dijo que la mejor manera de dar era no esperar nada a cambio.
De esta manera, dijo, las personas pueden liberarse "de la obsesión de los bienes, del miedo a perder lo que se tiene, de la tristeza de quien no quiere compartir con otros su bienestar".
El próximo lunes, el Papa dejará el Vaticano con sus asesores principales para una semana de retiro espiritual de Cuaresma en una institución religiosa al sur de Roma.
Es la primera vez en tiempos modernos que el retiro, una semana de oración y reflexión, se realizará fuera del Vaticano.
Este es el último ejemplo de la simplicidad que busca el papa Francisco para el Vaticano. El pontífice descartó vivir en los lujosos apartamentos papales y reside en una habitación de una casa de huéspedes, además de usar un coche normal en vez de la limusina papal.
Francisco, el primer papa jesuita, continúa la tradición de su orden religiosa de realizar retiros espirituales fuera del ambiente usual de trabajo de la gente para alentar la reflexión.
Francisco encabezó una tradicional procesión entre dos iglesias en las calles de la colina del Aventino para comenzar el tiempo de Cuaresma previa a la Semana Santa, cuando se insta a los cristianos a ayunar, rezar y dar limosnas a los necesitados.
En la segunda iglesia, un cardenal puso ceniza en la cabeza del pontífice y luego Francisco, vistiendo el púrpura papal, hizo lo mismo con los cardenales que le acompañaban.
"Sabemos que este mundo siempre más artificial nos hace vivir en una cultura del 'hacer', del 'beneficio', donde sin darnos cuenta excluimos a Dios de nuestro horizonte", dijo el Papa en su homilía en una misa que concluía el servicio.
"Con frecuencia hoy dar algo gratuitamente no es parte de la vida diaria, donde todo se vende y se compra. Todo se calcula y se mide", agregó.
Francisco, líder de los 1.200 millones de fieles, dijo que la mejor manera de dar era no esperar nada a cambio.
De esta manera, dijo, las personas pueden liberarse "de la obsesión de los bienes, del miedo a perder lo que se tiene, de la tristeza de quien no quiere compartir con otros su bienestar".
El próximo lunes, el Papa dejará el Vaticano con sus asesores principales para una semana de retiro espiritual de Cuaresma en una institución religiosa al sur de Roma.
Es la primera vez en tiempos modernos que el retiro, una semana de oración y reflexión, se realizará fuera del Vaticano.
Este es el último ejemplo de la simplicidad que busca el papa Francisco para el Vaticano. El pontífice descartó vivir en los lujosos apartamentos papales y reside en una habitación de una casa de huéspedes, además de usar un coche normal en vez de la limusina papal.
Francisco, el primer papa jesuita, continúa la tradición de su orden religiosa de realizar retiros espirituales fuera del ambiente usual de trabajo de la gente para alentar la reflexión.
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