viernes, 9 de mayo de 2014

Crecen los temores ante la visita del papa Francisco a Israel

TEL AVIV.- La tensión crece en Israel por temor a que la visita del papa Francisco, que será en dos semanas, sea perturbada por provocaciones de judíos "ultras", que multiplicaron últimamente los actos de vandalismo y profanación de lugares sagrados islámicos y cristianos.

    Hoy, leyendas ofensivas anticristianas aparecieron sobre la iglesia romana local, cerca de un barrio ortodoxo judío.
    Ayer, manos desconocidas ensuciaron las paredes del edificio vaticano de Notre Dame, en Jerusalén, frente a la Ciudad Vieja.
    El ministro de Seguridad Interior israelí, Yitzhak Aharonovic, dijo que estos ataques son un fenómeno "muy preocupante".
 "Empero, hemos intensificado nuestras actividades. No hay temores por la visita en sí, que se desenvolverá en una atmósfera amigable y religiosa", agregó.
    Más duro fue el novelista Amos Oz, quien calificó hoy a los ultras del movimiento de los colonos como "un fenómeno monstruoso, la versión local de los neonazis".
    En la comunidad cristiana local hay preocupación.
    El patriarca latino, monseñor Fouad Twal anticipó que el domingo habrá una rueda de prensa en Haifa.
    Poco antes, frente a la residencia del premier israelí Benyamin Netanyahu, en Jerusalén, habrá una manifestación de protesta "contra los ataques anti cristianos y los vandalismos" organizada por el Consejo Interreligioso de Israel.
    En concomitancia con la visita del papa Bergoglio, los servicios de seguridad concentrarán las actividades de prevención en Jerusalén y otras localidades donde destacan las instituciones cristianas, como Nazareth, Haifa, Ramle, Lod, Jaffa. 
 Los servicios secretos tratan de delinear las estructura de Tag Mehir (El precio por pagar) un movimiento amorfo y huidizo, en el plano ideológico y operativo.
    Según las estimaciones se trata de un centenar de extremistas judíos, reforzado por cientos de adherentes y amplificado por un número no precisado de emuladores ocasionales.
    La ministra de Justicia, Tzipi Livni, considera que los movimientos anticristianos surgieron en asentamientos de Cisjordania y se trasladaron luego al territorio nacional de Israel.
    Aharonovic y Livni explicaron que a pesar de su pobreza numérica estos extremistas son igualmente peligrosos porque sus provocaciones también tienen un objetivo político: exasperar los ánimos, minar las bases de la coexistencia entre judíos y árabes e impedir cualquier solución política del conflicto.
    Para detenerlos, agregan, no bastan las detenciones, sino también medidas administrativas, como los alejamientos forzados de Cisjordania y los arrestos preventivos.
    "Debemos tratarlos, concluyó Aharonovic, a la medida de los terroristas".

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