lunes, 12 de mayo de 2014

El Papa hace un símil con los marcianos para explicar la conversión de los paganos al cristianismo

CIUDAD DEL VATICANO.- "Si mañana llegara una expedición de marcianos, por ejemplo, y algunos de ellos vinieran donde nosotros, digo marcianos ¿no?... Verdes, con esa nariz larga y las orejas grandes, como los pintan los niños... Y uno dijera: "Pero, yo quiero el bautismo". ¿Qué pasaría?". 

Así se ha manifestado el Papa Francisco este lunes en la homilía de la Misa Matutina de Santa Marta. "¿Quiénes somos nosotros para cerrarle las puertas al Espíritu Santo?", ha preguntado reiteradamente el Pontífice.
   En este sentido, ha subrayado que es el Espíritu Santo el que hace que la Iglesia vaya "más allá de los límites, hacia adelante". 
Así, ha señalado que el Espíritu "sopla donde quiere", pero que "una de las tentaciones más recurrentes de quien tiene fe es la de ponerle trabas en el camino y de desviarlo hacia una dirección, en lugar que hacia otra". 
Esta tentación, según ha explicado, no faltaba tampoco en los albores de la Iglesia, como muestra la experiencia que vive Simón Pedro, en el episodio de los Hechos de los Apóstoles, presente en la liturgia.
"Cuando el Señor nos indica el camino ¿quiénes somos nosotros para decir: '¡No Señor, no es prudente! No, hagamos así...? Y Pedro en esa primera diócesis - la primera diócesis fue Antioquía - toma esa decisión: ¿Quién soy yo para poner impedimentos?'. Una bella palabra para los obispos, los sacerdotes y también para los cristianos. Pero ¿quiénes somos para cerrar puertas? En la Iglesia antigua, incluso hoy, está el ministerio del hostiario. Y ¿qué hacia el hostiario? Abría la puerta, recibía a la gente, la hacía pasar. Pero ¡nunca fue el ministerio del que cierra la puerta!", ha dicho, según informa Radio Vaticano.
   "El corazón, nos habla en las circunstancias de la vida, nos habla en la vida eclesial en las comunidades cristianas, nos habla siempre", ha concluido.

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