lunes, 17 de junio de 2013

Los católicos, lejos del dogma, pero cerca de la fe

BUENOS AIRES.- Inmerso en un contexto religioso más flexible, diversificado y secularizado, el catolicismo sigue siendo, sin embargo, la religión con la que se identifican casi tres de cada cuatro argentinos, de acuerdo con un estudio sobre la caracterización del campo religioso en el país que está realizando la Universidad Católica Argentina (UCA) y a cuyos primeros resultados el diario La Nación tuvo acceso con carácter exclusivo.

Esta vigencia de la fe católica, relativizada por otros analistas, aquí da pie, sin embargo, para un análisis más optimista del presente y futuro del catolicismo en nuestro país: más allá del auge del cuentapropismo religioso -la reelaboración personal de los preceptos de las instituciones religiosas, por la que cada persona toma contenidos de distintas creencias y casi "arma" su propia fe- el 74,3% de los que, en forma anónima y voluntaria, se dicen creyentes en Dios (90,5%), continúan declarándose católicos. Y ese sentido de pertenencia, sostienen, entra a jugar en determinadas circunstancias de la vida.
A tono con esta postura, en la jerarquía eclesiástica se percibe la intención de mirar el vaso medio lleno con respecto a quienes se dicen católicos, pero viven su fe por fuera de la Iglesia. Y también una actitud más activa con miras a fomentar y profundizar esta identificación.
"Más allá de que las iglesias estén más o menos vacías, lo importante es la experiencia de pertenencia que vive la gente que no participa regularmente, pero que tiene la identidad católica. Por esto es que promovemos mucho la pastoral sobre los primeros sacramentos, como el bautismo y la primera comunión, justamente, porque esos sacramentos dan sentido de pertenencia. La identidad católica puede replegarse en determinadas épocas y cobrar renovado impulso en otras", explica monseñor Enrique Eguía Seguí, obispo auxiliar de Buenos Aires, quien encuadra el entusiasmo generalizado con que fue recibida la noticia de la elección del papa Francisco, hace tres meses, en esta mayoritaria identificación con el catolicismo.
En el análisis que acompaña este nuevo estudio cuantitativo -que toma como base datos provistos por el Observatorio de la Deuda Social Argentina de 2011, aunque adquiere estado público ahora-, también se les otorga mayor relevancia a las creencias y a la autoadscripción religiosas.
"El imaginario social religioso católico opera sobre el lenguaje, los discursos y el modo de dar sentido de los individuos. Las mentalidades permanecen modeladas por esta matriz cultural constituida, desde hace siglos por el catolicismo. (...) La sociedad argentina sigue encontrando en el cristianismo, y particularmente en el catolicismo, un sistema de significados en el cual de alguna manera estructura su propio horizonte de sentidos, que oxigena -en muchos casos- con variadas ofertas espirituales. La herencia cristiana de la sociedad es el sustrato desde el cual de diversas maneras las personas se referencian para construir sus proyectos de vida, su configuración de sentidos, su mundo simbólico, su ritualidad", concluye el informe de la UCA, redactado por los investigadores Ana Lourdes Suárez y Juan Martín López Fidanza.
Para López Fidanza, la afiliación religiosa no puede verse como un criterio estático. "Lo religioso es parte de los recursos disponibles a los que los individuos recurren para dotar de sentido a sus vivencias. Puede ser central o periférico a esa narrativa que expresa aquello que llamamos identidad. Pero en ciertas condiciones puede activarse de modo particular. Algo de esto vivimos con la elección del papa Francisco."
De acuerdo con este nuevo relevamiento, del total de creyentes argentinos en Dios (el 90,5%), un 74,3% adscribe su fe al catolicismo, en tanto que el 8,7% se declara perteneciente a alguna religión evangélica; un 2,3% pertenece a otras religiones y un 14,8% se dice sin religión.
Otras de sus principales conclusiones refieren que las mujeres tienden a creer más que los hombres (aunque el porcentaje de esta diferencia decrece a medida que se avanza en edad); los adultos son más creyentes que los jóvenes ; las personas con menores niveles de instrucción tienden a creer más que los que recibieron más educación formal, en tanto que las personas en condiciones de mayor pobreza estructural son más creyentes que los que tienen más recursos.

Practicantes y no practicantes

En sintonía con estudios anteriores, la investigación también revela que la proporción de creyentes católicos desciende notablemente cuando se examinan otras variables, como la del respeto al precepto de asistencia semanal a misa. Un 18% dice asistir al menos una vez por semana, aunque los expertos encargados de interpretar los datos sospechan que podrían ser muchos menos.
"La gente responde en función de un sentimiento subjetivo de regularidad, que traduce en lo que supone debería ser su participación, pero que en realidad no es más que un deseo o una conciencia de lo esperado", analizan los especialistas.
 De cualquier manera, en un contexto de mayor flexibilidad religiosa como el actual, a fuerza de la creciente individuación de las creencias, la asistencia semanal a misa dejó de dividir aguas entre practicantes o no practicantes.
"Los creyentes católicos que sienten distancia de las instancias sacramentales, tienen ideas y evaluaciones propias sobre el comportamiento del clero son, desde su punto de vista, católicos. Los sacerdotes, a su vez, dirán que sólo son nominales. 
Muchas veces la ciencia social puede sentirse afín con la institución y sus líderes porque «católicos nominales» parece una categoría evidente: dicen ser pero no cumplen. Pero no lo es. Lo que existe, si uno quiere ser preciso, es un conflicto por la definición y la aceptación de diversas maneras de ser católico", explica Pablo Semán, investigador del Conicet y profesor de la Unsam.
La Conferencia Episcopal Argentina hoy se muestra, sin embargo, más receptiva hacia los creyentes más alejados.
 "Hay diferentes modos de vivir la fe. Y en esto, los santuarios, sobre todo desde la reflexión del Concilio Vaticano II y ahora con el documento de Aparecida , es apreciado por gran parte de la jerarquía como un lugar privilegiado para vivir la fe del pueblo de Dios", analiza Eguía Seguí, también secretario de ese organismo.
En lugar de continuar anclada en la vieja división entre practicantes y nominales, hoy la Iglesia parecería dispuesta a salir del templo, al encuentro de quienes se identifican con esa fe. Y proponen una presencia mucho más activa en peregrinaciones o celebraciones en santuarios populares.
"En los santuarios se recibe a la gente que siente su pertenencia a la Iglesia, pero que, muchas veces, en lugar de seguir el precepto dominical construye su propio compromiso que puede ser, por ejemplo, ir al santuario una vez por mes. Lo cierto es que aunque algunos suponen que se trata de un fenómeno extrainstitucional, en los días del santo, por ejemplo, se hace un acompañamiento desde lo sacramental: se celebran misas permanentemente, los sacerdotes están todo el día confesando y se distribuyen cartillas e informaciones para crecer en la fe y comprometerse con ella", ejemplifica el obispo, quien agrega que "hay algo de vulnerabilidad en el proceso de evangelización que la Iglesia está asumiendo".
Dado que el estudio del campo religioso argentino es un fenómeno de las últimas décadas, aún son escasos los datos con respecto a la diversidad de prácticas dentro del catolicismo. Se trata de un campo completamente dinámico y en reconfiguración permanente. Y no lo suficientemente observado.
"La noción de «prosumidor» aplicada a quienes consumen y en ese acto transforman los contenidos de la cultura virtual podría extenderse a otras experiencias culturales. La gente recibe un mensaje de la Iglesia Católica y lo reelabora. En eso cree genuinamente", analiza Semán.
"El culto a los santos, las formas de cuidado de sí que se apoyan en nociones espirituales de la nueva era, los principios de cura de los curanderos inciden en la formación de los universos de creencias de los extrainstitucionales y de los institucionales, sólo que éstos no lo muestran en donde eso sería sancionado", agrega el especialista.

Religiosidades

En un trabajo realizado sobre la base de una encuesta del Conicet hecha en 2008, Verónica Giménez Beliveau tipifica a los creyentes católicos según su cercanía y acuerdo con la Iglesia distinguiendo entre congregantes, devotos, institucionales, domésticos, librepensadores y secularizados.
"Las prácticas que la población declara realizar en su mayoría tienen que ver con lo individual. Las que más declaran los católicos es rezar en sus casas, ver y escuchar programas religiosos y leer folletos religiosos. Lo que hoy tenés también es una intensificación de un tipo de religiosidad muy comprometida para un pequeño grupo de personas que es, por ejemplo, el tipo de religiosidad que proponen los movimientos eclesiales como el de la renovación carismática, el Opus Dei o Comunión y Liberación, por nombrar algunos", puntualiza Giménez Beliveau.
"Después -prosigue- hay otra manera muy comprometida que conecta con cuestiones de la salud: el padre Ignacio, la Virgen de Salta, la de San Nicolás, en su momento San Pantaleón, San Expedito... Es una religiosidad que no tiene una regularidad pareja, sino que es de momentos fuertes. Vos tenés una vez por mes o una vez por año ese compromiso."
Del otro lado, los procesos de cambio por los que fue atravesando la Iglesia Católica tampoco han sido, en opinión de los especialistas a cargo de la encuesta de la UCA, mirados con la suficiente profundidad.
"La Iglesia Católica -al igual que cualquiera de las otras- es una institución que ha ido cambiando a lo largo del tiempo. La Iglesia post Vaticano II abrió importantes caminos en torno a la manera de comprenderse a sí misma y de comprender su vinculación con el mundo. Estos cambios son en sí mismos propulsores de reconfiguraciones del campo religioso; abren nuevas posibilidades de adhesión y de participación", considera Ana Lourdes Suárez.
Tal vez en lo que todavía no se miró lo suficiente -tanto desde la Iglesia como desde los "prosumidores religiosos"- residan algunas de las claves necesarias para comprender la vigencia del catolicismo en nuestra cultura. Un catolicismo que es, en rigor, una suma de catolicismos.

Fe, prácticas y pertenencia

Los principales datos de la encuesta de la UCA
  • 74,3%
    De católicos
    Del total de creyentes en Dios (el 90,5% de la población), tres de cada cuatro se consideran católicos.
  • 18%
    Va a misa semanalmente
    Hacia el interior del catolicismo conviven muchas maneras de vivir la fe. Muchas van por fuera de la Iglesia.
  • 8,6%
    De participación
    La cifra de los que integran alguna institución eclesial es notablemente más baja que la de los que asisten regularmente a misa.

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