domingo, 30 de junio de 2013

Scarano creía poder actuar impunemente por sus relaciones con el IOR

CIUDAD DEL VATICANO.- El prelado Nunzio Scarano, arrestado junto a otras dos personas en el marco de la investigación por presunto blanqueo de dinero procedente del Instituto de Obras Religiosas (IOR), mas conocido como Banco Vaticano, manejaba grandes cantidades de dinero y creía poder actuar impunemente por sus conexiones con el banco de la Santa Sede.

   Así se refleja en un informe de 48 páginas en el que la juez Barbara Callari acuerda el arresto del citado prelado, un miembro de los servicios secretos italianos y un 'broker' financiero y que contiene transcripciones de sumarios con escuchas, correos electrónicos y otros elementos de la investigación.
   En el informe, la magistrada asegura que monseñor Scarano --que hasta hace poco trabajaba como contable en la administración financiera del Vaticano y actor principal en la trama-- creía poder actuar con impunidad "gracias a sus relaciones con el Banco Vaticano".
   El prelado, que poseía varias propiedades y cuentas en el Banco Vaticano, consideraba el Instituto para Obras de Religión (IOR) "el único instrumento seguro y rápido para operaciones financieras y bancarias que podía evadir las leyes contra el blanqueo de dinero y la evasión de impuestos".
   Entre otras operaciones, los tres arrestados pretendían introducir en Italia 20 millones de euros procedentes de Suiza para los miembros de una familia de propietarios navales del sur de Italia.
   Para ello, el prelado se valía de los servicios de un funcionario de los servicios secretos que tenía como cometido conseguir que el dinero procedente de Suiza pasara las aduanas sin levantar sospechas, así como de un intermediario. El dinero era recogido en la localidad suiza de Locarno y trasladado en avión privado previamente alquilado hasta el Vaticano.
   Monseñor Scarano estaba suspendido de sus funciones desde hace varias semanas por la investigación de otro caso en el sur del país relacionado con sus cuentas en el Banco Vaticano. 
En concreto, fue acusado de sacar unos 600.000 euros en efectivo de una cuenta del banco vaticano --retirado en pequeñas cantidades en bloques de 10.000 euros-- para dárselo a amigos que a cambio le extendían cheques que luego depositaba en una cuenta para pagar la hipoteca.

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