domingo, 30 de junio de 2013

En Croacia, nuevo miembro desde mañana de la Unión Europea, estudiar religión católica es casi obligatorio


ZAGREB.- En términos sociales, Croacia es un país conservador que vive bajo la influencia de la poderosa Iglesia católica, y se encuentra muy alejado de algunos valores consolidados en otros territorios de la UE. Desde mañana entra a formar parte de la Unión Europea como su miembro número 28

Un colectivo denominado 'En nombre de la familia', con apoyo de la jerarquía católica, anunció recientemente que había recogido más de 500.000 firmas a favor de una enmienda constitucional en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo. El colectivo pide también un referéndum sobre esta cuestión. La ley aprobada por el Parlamento en 2003 que mejoraba la situación legal de las parejas de gais y lesbianas jamás se aplicó.
La Iglesia católica, que para los sectores más conservadores es un elemento clave de la nación croata, tercia en muchos de los asuntos de la vida pública sin que el poder político surgido de las urnas se atreva a marcar límites. 
Neven Barkovic, militante del colectivo 'No soy creyente', considera que «el combate por la laicidad es vital». 
El Estado y la Iglesia firmaron un acuerdo hace 20 años que favorece a la institución católica. Los poderes públicos, por ejemplo, no pueden investigar a un sacerdote sin el permiso de la jerarquía y la enseñanza de la religión católica en la escuela pública es, en la práctica, una obligación.

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