miércoles, 1 de enero de 2014

El Papa reclama diálogo y reconciliación sobre arrogancia y corrupción

CIUDAD DEL VATICANO. El Papa Francisco ha reclamado que el "diálogo y la reconciliación" prevalezcan sobre la "venganza, la arrogancia y la corrupción", antes de rezar el Ángelus desde la ventana de su estudio en el palacio Apostólico del Vaticano, y ante miles de personas congregadas en la Plaza de San Pedro, que han ovacionado al Pontífice.

   Tras celebrar la Misa en solemnidad de María Madre de Dios y con motivo de la 47ª Jornada Mundial por la Paz, el Pontífice ha pedido a los fieles que se comprometan, con ayuda de la Virgen, al "clamor por la paz de los pueblos oprimidos por la guerra y la violencia".
   "La violencia e injusticia que hay en el mundo no pueden dejarnos indiferentes", ha aseverado el Papa Francisco, para incidir en la necesidad del "compromiso de todos" para construir una sociedad "verdaderamente justa y solidaria".
   El Pontífice ha invitado a los fieles y peregrinos allí reunidos que saluden "todos juntos" a la Virgen María diciendo "Santa Madre de Dios, Santa Madre de Dios, Santa Madre de Dios". Asimismo, les ha despedido, deseándoles "buen inicio de año, buen almuerzo y hasta pronto".

Misa de la víspera

El papa Francisco usó en la noche del martes la tradicional misa de acción de gracias de fin de año para exhortar a los católicos a hacerse una pregunta difícil: ¿Usaron el 2013 para su propio beneficio o para ayudar a otros?

Eso es lo que todos deberíamos analizar "valientemente" ahora que comienzan las celebraciones de Año Nuevo, dijo el pontífice al oficiar la misa en la Basílica de San Pedro el martes por la noche, como marca la tradición del Vaticano.

"Vamos a preguntamos valientemente: ¿Cómo hemos vivido el tiempo que (Dios) nos dio?", dijo Francisco en su homilía. "¿Lo usamos todo para nosotros, para nuestros intereses? ¿O supimos cómo aprovecharlo también para los demás?".

En su homilía, Francisco le pidió a la gente que reflexionara si empleó 2013 para hacer que el lugar donde vive sea mejor.

"¿Contribuimos este año, en nuestras propias pequeñas maneras, para que sea más habitable, ordenado o acogedor?", preguntó.

Hay "muchas personas marcadas por la pobreza material y moral, gente pobre, infeliz, que sufre, que apelan a la conciencia, no sólo de las autoridades públicas, sino de todos los ciudadanos", dijo Francisco.

Durante su primer año como papa, Francisco ha subrayado que la iglesia católica debe ser una iglesia "pobre" , que se centre en llegar a quienes viven en los márgenes de la sociedad y otras personas necesitadas.

El pontífice usó a la ciudad de Roma como ejemplo, diciendo que la capital italiana está "llena de turistas, pero también de refugiados".

"Roma está llena de personas que trabajan, pero también de personas que no encuentran empleo o que realizan trabajos que son mal pagados o indignos", afirmó.

"Todos tienen el derecho a ser tratados con la misma actitud amable y justa, porque todo el mundo merece la dignidad humana", dijo Francisco.

Después de la misa solemne en la basílica, Francisco se puso una larga capa blanca y salió a la plaza de San Pedro para admirar un nacimiento de tamaño natural y saludar a los presentes.

El nacimiento gigante que adorna la Plaza de San Pedro del Vaticano, es obra de artesanos de Nápoles (centro-sur de Italia), y está colocado junto al obelisco central y a un árbol de Navidad de 25 metros.

Poco después de las 18:25 horas locales (17:25 GMT) una banda de música de la Guardia Suiza Pontificia llegó hasta el centro de la Plaza y tocó algunas melodías mientras esperaba a Jorge Mario Bergoglio, que llegó a bordo del papamóvil blanco unos minutos después.

En el vehículo, el Pontífice dio una vuelta muy cerca de las vallas donde muchos fieles se habían congregado, su recorrido lo realizó en medio de los saludos y gritos de la gente.

Al llegar al centro de la plaza fue recibido por el cardenal Giuseppe Bertello, jefe de la Gobernación del Estado Vaticano, y en broma exclamó: "Me voy a pescar un resfrío de aquellos", por lo fresco de la noche romana.

Luego se dirigió junto al nacimiento y se puso a rezar, unos instantes, frente a la escena navideña  mirando fijamente al niño Jesús. Además saludó a artesanos y trabajadores que participaron en el montaje.

Antes de irse tuvo su ya tradicional gesto de cercanía con la gente. Se acercó a las vallas y comenzó a saludar a los fieles presentes, a quienes dio la mano, besó a varios bebés y hasta hizo chistes.

Subió al papamóvil para regresar al Vaticano pero en su camino debió pararse para saludar a otros feligreses.

El nacimiento napolitano está compuesto por 16 estatuas de tamaño natural, que llegan incluso a medir dos metros, realizadas en terracota policroma con ojos de cristal y vestidos en tela, que recuerdan las composiciones del siglo XVIII.

Los personajes son San José y la Virgen María con el niño Jesús, los Reyes Magos, dos figuras rústicas, una de ellas con capucha, un noble oriental, un pobre, una mujer anciana y una gitana que se convierte ante el bebé, otra niña acompañada por una joven y otro pequeño.

Las imágenes fueron ubicadas al interior de un escenario que recuerda el paisaje rupestre de la región Campaña. Todas las vestimentas son sencillas, a excepción de aquellas de los Magos de Oriente en actitud de adoración.

Una particular disposición permite que el pesebre pueda ser admirado desde todos los lados, a 360 grados. Todo estará cubierto por una atmósfera calurosa, gracias a una técnica de iluminación que permite un juego de luces y sombras.

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