GINEBRA.- Los expertos de Naciones Unidas en
protección infantil interrogaron el jueves a delegados del Vaticano
sobre cómo manejaron las autoridades católicas los abusos a menores por
parte de sacerdotes, algo que el papa Francisco ha calificado de "la
vergüenza de la Iglesia".
Los funcionarios, convocados por primera vez desde que la Santa
Sede firmó el estatuto de la ONU de los derechos del niño en 1990,
argumentaron que la Iglesia reconoció el problema y estableció pautas
claras para proteger a los menores.
Pero miembros del Comité de Naciones Unidas por los Derechos del Niño y las víctimas de abusos que asistieron a la sesión en Ginebra exigieron más transparencia sobre un escándalo que ha perseguido a la Iglesia durante más de dos décadas desde Irlanda a Australia.
"La visión del comité es que la mejor manera de evitar abusos es revelar los (abusos) previos, transparencia en vez de barrer los delitos debajo de la alfombra", dijo Kirsten Sandberg, presidenta del influyente comité de 18 miembros, a la delegación del Vaticano.
"Parece que hasta la fecha sus procedimientos no son muy transparentes", agregó.
Sandberg presionó reiteradamente a los funcionarios para que se abran archivos del Vaticano sobre casos de abuso sexual y pagar compensaciones a jóvenes que hayan sufrido una violación por parte de sacerdotes.
"Tomamos sus preguntas con seriedad pero no estamos en una posición de responderle ahora", dijo el arzobispo Silvano Tomasi, quien encabeza la delegación religiosa.
Barbara Blaine, presidenta de la Red de Supervivientes de personas abusadas por sacerdotes (SNAP por su sigla en inglés), que tiene 15.000 miembros estadounidenses y 4.000 extranjeros desde que se lanzó hace 25 años, dijo que la respuesta del Vaticano no se acercaba a lo que las víctimas querían.
"Lo que queremos es ver que el Vaticano castigue a los obispos que encubrieron los crímenes sexuales y queremos que entreguen la información que tengan sobre delitos a la policía", afirmó.
El papa Francisco dijo el jueves a los fieles en una misa matutina en el Vaticano que los escándalos por abusos "nos costaron muchísimo dinero, pero (pagar los daños) es lo correcto". Agregó que obispos, sacerdotes y laicos eran responsables por esta "vergüenza de la Iglesia".
Las víctimas acusan a obispos de encubrir los crímenes y trasladar a los sacerdotes a otras parroquias para evitar cargos. La justicia ordenó a algunas diócesis pagar cientos de miles de dólares en daños, lo que causó la quiebra de varias de ellas en Estados Unidos.
El 5 de diciembre, Francisco ordenó la formación de un equipo de expertos para analizar el tema de los abusos sexuales a menores en la Iglesia, su primer paso importante para abordar la crisis.
El arzobispo Charles Scicluna, anteriormente el principal funcionario del Vaticano para casos de abuso, rechazó las acusaciones de encubrimiento.
"La Santa Sede lo entiende, no digamos que es muy tarde (...) Por supuesto que hay cosas que deben hacerse de forma diferente", afirmó.
"No es la política de la Santa Sede alentar los encubrimientos. Solo la verdad nos ayudará a seguir adelante hacia una situación donde podamos comenzar a ser un ejemplo", agregó.
Scicluna dijo que en 2012 el Vaticano abrió investigaciones sobre 612 nuevos casos de abuso sexual por parte de clérigos, de los cuales 465 son "más graves" y 418 se relacionaban con menores.
Pero miembros del Comité de Naciones Unidas por los Derechos del Niño y las víctimas de abusos que asistieron a la sesión en Ginebra exigieron más transparencia sobre un escándalo que ha perseguido a la Iglesia durante más de dos décadas desde Irlanda a Australia.
"La visión del comité es que la mejor manera de evitar abusos es revelar los (abusos) previos, transparencia en vez de barrer los delitos debajo de la alfombra", dijo Kirsten Sandberg, presidenta del influyente comité de 18 miembros, a la delegación del Vaticano.
"Parece que hasta la fecha sus procedimientos no son muy transparentes", agregó.
Sandberg presionó reiteradamente a los funcionarios para que se abran archivos del Vaticano sobre casos de abuso sexual y pagar compensaciones a jóvenes que hayan sufrido una violación por parte de sacerdotes.
"Tomamos sus preguntas con seriedad pero no estamos en una posición de responderle ahora", dijo el arzobispo Silvano Tomasi, quien encabeza la delegación religiosa.
Barbara Blaine, presidenta de la Red de Supervivientes de personas abusadas por sacerdotes (SNAP por su sigla en inglés), que tiene 15.000 miembros estadounidenses y 4.000 extranjeros desde que se lanzó hace 25 años, dijo que la respuesta del Vaticano no se acercaba a lo que las víctimas querían.
"Lo que queremos es ver que el Vaticano castigue a los obispos que encubrieron los crímenes sexuales y queremos que entreguen la información que tengan sobre delitos a la policía", afirmó.
El papa Francisco dijo el jueves a los fieles en una misa matutina en el Vaticano que los escándalos por abusos "nos costaron muchísimo dinero, pero (pagar los daños) es lo correcto". Agregó que obispos, sacerdotes y laicos eran responsables por esta "vergüenza de la Iglesia".
Las víctimas acusan a obispos de encubrir los crímenes y trasladar a los sacerdotes a otras parroquias para evitar cargos. La justicia ordenó a algunas diócesis pagar cientos de miles de dólares en daños, lo que causó la quiebra de varias de ellas en Estados Unidos.
El 5 de diciembre, Francisco ordenó la formación de un equipo de expertos para analizar el tema de los abusos sexuales a menores en la Iglesia, su primer paso importante para abordar la crisis.
El arzobispo Charles Scicluna, anteriormente el principal funcionario del Vaticano para casos de abuso, rechazó las acusaciones de encubrimiento.
"La Santa Sede lo entiende, no digamos que es muy tarde (...) Por supuesto que hay cosas que deben hacerse de forma diferente", afirmó.
"No es la política de la Santa Sede alentar los encubrimientos. Solo la verdad nos ayudará a seguir adelante hacia una situación donde podamos comenzar a ser un ejemplo", agregó.
Scicluna dijo que en 2012 el Vaticano abrió investigaciones sobre 612 nuevos casos de abuso sexual por parte de clérigos, de los cuales 465 son "más graves" y 418 se relacionaban con menores.
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