CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Francisco advirtió a los primeros 19 nuevos
cardenales que designó el domingo que recibir el título cardenalicio "no
representa una promoción ni una condecoración", en una breve misiva
divulgada por el Vaticano.
En la carta enviada a los elegidos, el pontífice argentino recordó
que la labor de todos los purpurados es "servir" a la iglesia y a los
católicos. "Deseo que me puedan ayudar con eficaz fraternidad en mi
servicio a la Iglesia universal", escribió Francisco.
Si bien se comprende la "alegría" de los arzobispos seleccionados,
los nuevos purpurados han sido llamados a evitar todo acto "mundano" y
mantener un estilo "austero y sobrio", que respete el voto de pobreza,
recomienda en la misiva.
El papa argentino anunció el domingo la lista de los 19 nuevos
cardenales, entre ellos 16 electores y con derecho al voto, de los
cuales cinco de América Latina.
La mayoría de los elegidos, que recibirán el título el 22 de febrero,
durante una ceremonia en el Vaticano, se enteraron por los medios de
comunicación del nombramiento, ya que el papa al parecer mantuvo la
lista en secreto y no los consultó, lo que sorprendió tanto a los
elegidos como a varios funcionarios de la Santa Sede.
El pontífice latinoamericano, quien desde que fue elegido, en marzo
pasado, para ocupar el trono de Pedro ha condenado con palabras severas
"las ambiciones de carrera" y la vida "mundana" de algunos
eclesiásticos, proclamará cardenales a religiosos de Argentina, Brasil,
Chile, Haití, Nicaragua y a uno "no elector" de la isla antillana de
Santa Lucía, quien no puede participar en el cónclave por ser mayor de
80 años.
"Sólo nombró a cuatro con cargos en la Curia Romana y, con esa
decisión, rompe la dinámica de que todo presidente de un Pontificio
Consejo estaba destinado a obtener la púrpura. Con ello, el papa
denuncia indirectamente el carrerismo en la Curia y le pone coto",
escribió José Manuel Vidal, el director de la página de internet
Religión Digital.
Con el nombramiento de 16 cardenales electores, Francisco trazó un
retrato del 'príncipe de la Iglesia' del siglo XXI, menos teólogo y más
un párroco defensor de los pobres.
Al designar a 5 latinoamericanos, 3 africanos y 2 asiáticos,
Francisco privilegió a religiosos del sur del planeta, que cumplen su
trabajo pastoral en "las periferias geográficas, humanas y
espirituales", que "huelen a cordero", como suele pedir el papa a los
curas, principios clave que ha repetido en varias ocasiones durante su
breve pontificado.
"El catolicismo del siglo XXI mira a América, a África y,
especialmente, a Asia, donde el catolicismo está creciendo a pasos
agigantados", subrayó Vidal.
La ausencia de nuevos purpurados de Estados Unidos no parece molestar
a la iglesia de ese país, que apoyó abiertamente su elección como
pontífice, mientras la italiana recibió con sorpresa y hasta irritación
el hecho de que sedes consideradas hasta ahora importantes, como Turín y
Venecia, de donde partieron varios futuros papas, no obtuvieran el
título, lo que era considerado como un derecho.
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