CIUDAD DEL VATICANO.- "No podemos considerar las divisiones en la
Iglesia como un fenómeno natural", ha denunciado el Papa Francisco
durante la misa de celebración de las Vísperas ecuménicas, en la
Basílica romana de San Pablo Extramuros.
De este modo, el Pontífice ha llamado a la unión de todos los
cristianos y ha recordado que "la perfecta unión entre los hermanos sólo
es posible cuando se remiten al pensar y al sentir de Cristo Jesús".
"Nuestras divisiones hieren su cuerpo, dañan el testimonio que estamos
llamados a dar en el mundo", ha clamado el Papa.
En la Fiesta de la Conversión de San Pablo apóstol, Francisco se
ha referido al Decreto sobre el ecumenismo del Concilio Vaticano II que
afirma que la división contradice clara y abiertamente la voluntad de
Cristo, porque "es un escándalo para el mundo y perjudica a la causa
santísima de predicar el Evangelio a toda criatura", según ha lamentado
el Papa.
El día en que concluye la Semana de Oración por la Unidad de los
Cristianos, el Papa ha explicado que "Cristo no puede estar dividido".
Por eso, ha invitado a "continuar con humildad y confianza en el camino
hacia el restablecimiento de la plena unidad visible de todos los
creyentes en Cristo".
Durante la celebración en la que han participado un grupo de
estudiantes del Instituto ecuménico de Bossey, en Suiza, el Papa ha
recordado la labor ecuménica de Juan XXIII y Juan Pablo II que "fueron
madurando durante su vida la conciencia de la urgencia de la causa de la
unidad. El Papa también ha mencionado a Pablo VI, a quien ha definido
como "otro gran protagonista del diálogo".
"Hoy no se entendería plenamente el servicio petrino sin incluir
en él esta apertura al diálogo con todos los creyentes en Cristo", ha
concluido el pontífice.
No hay comentarios:
Publicar un comentario