viernes, 25 de abril de 2014

La canonización de Juan y Juan Pablo se hará por rito simplificado y contará con sangre y piel de los santos como reliquias

CIUDAD DEL VATICANO.- La ceremonia de canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII, que se celebrará el próximo domingo a partir de las 10,00 horas en la Plaza de San Pedro del Vaticano, seguirá un rito simplificado y contará con las reliquias de sangre y piel de Juan Pablo II y Juan XXIII, respectivamente.

   La misa en latín estará precedida por la coronilla de la Divina Misericordia, que se recita empleando el rosario, y por cantos interpretados por los coros de Roma, Bérgamo, Cracovia y el coro oficial de la Capilla Sixtina.
El acto comienza con el canto de la Letanía de los Santos y, a continuación, el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el cardenal Angelo Amato, hace tres peticiones al Pontífice para que inscriba a los beatos --en este caso, Juan Pablo II y Juan XXIII-- en el Libro de los Santos. Primero lo pide con "gran fuerza", una vez más con "mayor fuerza" y, por último, con "grandísima fuerza".
   A continuación, el Santo Padre ejercerá toda su autoridad como cabeza de la Iglesia universal a través de una oración: "En honor de la Santísima Trinidad, por la exaltación de la fe católica y el incremento de la vida cristiana, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo y de los santos apóstoles Pedro y Pablo, después de haber reflexionado largamente e invocado la ayuda divina y escuchando el parecer de muchos de nuestros hermanos obispos, declaramos santos a Juan XXIII y a Juan Pablo II".
   Francisco continuará diciendo que les inscriben en el Libro de los Santos y que establecen que sean venerados por toda la Iglesia. Y concluirá: "En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo".
   Después, se llevarán hasta el altar los relicarios que contienen las reliquias de los santos, una ampolla de sangre en el caso de Juan Pablo II y un pedazo de piel desprendido durante la exhumación, en el caso de Juan XXIII. Concretamente, la reliquia de Roncalli la portarán familiares del santo, entre ellos, su sobrino, mientras que la del Papa Wojtyla será portada por personas cercanas a él, quizá por aquellas sobre las que obró el milagro.
   Tras la procesión, el cardenal Amato mostrará su agradecimiento al Papa Francisco por la canonización, se cantará el Gloria y se escucharán las lecturas correspondientes al segundo domingo de Pascua. Además, debido a la solemnidad de la celebración, el Evangelio será cantado en latín y griego.
   También se leerán cinco peticiones, la primera de ellas en español --para que la belleza de la vida nueva resplandezca siempre en la Iglesia y que todos los hombres reconozcan en ella a Jesús resucitado y vivo--. A esta le seguirán los ruegos en árabe, inglés, chino y francés, en los que se cita a los hombres de la cultura, de la ciencia y del gobierno.
   Además, en la plegaria eucarística se escuchará por primera vez los nombres de estos dos santos como San Juan Pablo II y San Juan XXIII. La ceremonia durará aproximadamente dos horas y concluirá con el Regina Caeli, oración típica del tiempo de Pascua.
   Las imágenes de los futuros santos que se colocarán durante la ceremonia serán las mismas que se utilizaron para la beatificación. Los días que se asignarán para la veneración serán el 11 de octubre para Juan XXIII y el 22 de octubre para Juan Pablo II.
   Entre 130 y 150 cardenales y mil obispos de todo el mundo concelebrarán la Misa de canonización de los papas Juan Pablo II y Juan XXIII. Además, 6.000 sacerdotes participarán en la ceremonia que estará presidida por el Papa Francisco, según ha informado el portavoz de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi.
   Para dar la comunión a los fieles asistentes, habrá 70 diáconos, 600 sacerdotes en la Plaza de San Pedro y en la Plaza Pio XII y otros 200 diáconos en la Via de la Conziliazione.
   Concretamente, habrá cinco cardenales concelebrantes principales entre los que se encuentran el vicario para la diócesis de Roma, el cardenal Agostino Vallini, el arzobispo de Cracovia, que fue secretario personal de Juan Pablo II, el cardenal Stanislaw Dziwisz, y el obispo de Bérgamo, monseñor Francesco Beschi.
   Entre los obispos españoles, participarán en la ceremonia de canonización el arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez, el vicepresidente de la CEE, monseñor Carlos Osoro, el secretario general y portavoz de la CEE, Jose María Gil Tamayo, el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, y los obispos de San Sebastián, monseñor José Ignacio Munilla, y de Astorga, monseñor Camilo Lorenzo Iglesias.
   Por otro lado, al menos 93 delegaciones oficiales y 24 jefes de Estado --entre los que se cuentan reyes, presidentes o primeros ministros--  asistirán a la ceremonia de canonización. Además, estarán presentes otras 35 personalidades como presidentes de Parlamento o representantes de organizaciones internacionales.
   Concretamente, la delegación española estará encabezada por los Reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía, a diferencia de la beatificación de Juan Pablo II, en 2011, cuando encabezaron la delegación los Príncipes de Asturias.
   Al término de la ceremonia y antes de dar una vuelta por la Plaza para saludar a los peregrinos, el Papa Francisco se acercará a saludar a las delegaciones oficiales, a diferencia de otras ocasiones en las que las delegaciones entraban a la Basílica de San Pedro a saludar al Pontífice.
   Lombardi ha aclarado que para ceremonias como la de canonización, la Santa Sede no envía invitaciones oficiales sino que son las propias delegaciones de los diferentes países las que muestran su interés por asistir.
   También asistirán a la doble canonización representantes de otras confesiones religiosas, concretamente, tres grupos importantes de ortodoxos, anglicanos y judíos, así como un grupo de musulmanes.
   El portavoz de la Santa Sede ha indicado que el Papa Emérito Benedicto XVI no ha confirmado aún su presencia en la ceremonia aunque ha insistido en que está invitado y en que tienen que respetar su decisión de acudir o no, teniendo en cuenta su edad y sus fuerzas. En cualquier caso, ha precisado que si finalmente participa en la ceremonia estarán "encantados" y reservarán una silla para él.

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