CIUDAD DEL VATICANO.- El Vaticano trataba el viernes de
rebajar la tensión con Naciones Unidas después de un crítico informe en
el que el organismo acusó a la Iglesia de encubrir el abuso sexual
infantil por parte de sacerdotes.
El portavoz del Vaticano, el sacerdote Federico Lombardi,
adoptó un tono marcadamente menos tajante a las duras críticas
expresadas el miércoles en el informe del Comité de la ONU sobre los
Derechos del Niño.
En el informe, se acusó a la Iglesia de salvaguardar su reputación en detrimento de la protección de los niños y demandó que el Vaticano entregue a sospechosos de abusos a la justicia civil.
El Vaticano había planeado originalmente no responder al informe, según una persona familiarizada con el tema, pero atacó las demandas del documento de que la Iglesia suavice su oposición al aborto, la anticoncepción y la homosexualidad.
El intercambio parece haber dejado a la Iglesia y a la ONU en camino a su mayor enfrentamiento en décadas, pero Lombardi dijo que no había una disputa con el organismo internacional.
"No es que haya habido una confrontación entre la ONU y el Vaticano", dijo el portavoz en un comunicado. "La Santa Sede siempre ha dado un firme apoyo moral a Naciones Unidas", agregó.
Sin embargo, Lombardi reiteró las críticas iniciales del Vaticano al informe, diciendo que era injusto y tendencioso.
Agregó que la inclusión de comentarios sobre el aborto, la anticoncepción y la homosexualidad excedieron la competencia del comité y parecieron un intento de interferir en las enseñanzas de la Iglesia y la libertad religiosa, y acusó al comité de escribir con anticipación el informe antes de que el Vaticano lo abordara.
El último gran enfrentamiento entre las dos instituciones fue en 1994, cuando el Vaticano obligó a la ONU a abandonar una propuesta para aprobar el aborto como un medio de control natal en una conferencia sobre población en El Cairo.
Los escándalos por abuso infantil han sacudido a la Iglesia durante más de una década, y varias diócesis están en bancarrota debido a demandas legales, y una serie de pontífices han tenido problemas para dar por terminado con el tema.
Desde su elección en 2013, el Papa Francisco ha calificado al abuso sexual como "la vergüenza de la Iglesia" y prometió continuar con las medidas que comenzó su antecesor Benedicto XVI para abordar el tema.
Francisco anunció que formaría un comité para asesorarle sobre el tema en diciembre, pero aún no ha nombrado a sus miembros, y el informe aumentó la presión sobre para que actúe.
En el informe, se acusó a la Iglesia de salvaguardar su reputación en detrimento de la protección de los niños y demandó que el Vaticano entregue a sospechosos de abusos a la justicia civil.
El Vaticano había planeado originalmente no responder al informe, según una persona familiarizada con el tema, pero atacó las demandas del documento de que la Iglesia suavice su oposición al aborto, la anticoncepción y la homosexualidad.
El intercambio parece haber dejado a la Iglesia y a la ONU en camino a su mayor enfrentamiento en décadas, pero Lombardi dijo que no había una disputa con el organismo internacional.
"No es que haya habido una confrontación entre la ONU y el Vaticano", dijo el portavoz en un comunicado. "La Santa Sede siempre ha dado un firme apoyo moral a Naciones Unidas", agregó.
Sin embargo, Lombardi reiteró las críticas iniciales del Vaticano al informe, diciendo que era injusto y tendencioso.
Agregó que la inclusión de comentarios sobre el aborto, la anticoncepción y la homosexualidad excedieron la competencia del comité y parecieron un intento de interferir en las enseñanzas de la Iglesia y la libertad religiosa, y acusó al comité de escribir con anticipación el informe antes de que el Vaticano lo abordara.
El último gran enfrentamiento entre las dos instituciones fue en 1994, cuando el Vaticano obligó a la ONU a abandonar una propuesta para aprobar el aborto como un medio de control natal en una conferencia sobre población en El Cairo.
Los escándalos por abuso infantil han sacudido a la Iglesia durante más de una década, y varias diócesis están en bancarrota debido a demandas legales, y una serie de pontífices han tenido problemas para dar por terminado con el tema.
Desde su elección en 2013, el Papa Francisco ha calificado al abuso sexual como "la vergüenza de la Iglesia" y prometió continuar con las medidas que comenzó su antecesor Benedicto XVI para abordar el tema.
Francisco anunció que formaría un comité para asesorarle sobre el tema en diciembre, pero aún no ha nombrado a sus miembros, y el informe aumentó la presión sobre para que actúe.
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