viernes, 14 de febrero de 2014

El Papa pide a los novios que no tengan miedo a casarse

CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Francisco ha invitado a los novios a apostar por el matrimonio, por el "para siempre" y les ha pedido que no se dejen llevar por "la cultura de lo provisorio", durante su encuentro por San Valentín con más de 25.000 enamorados venidos de todo el mundo que ha tenido lugar esta mañana en la Plaza de San Pedro. El Papa también ha instado a los jóvenes, a través de su cuenta de Twitter, a "no tener miedo" de casarse.

   Además, durante el encuentro en la Plaza de San Pedro, Francisco ha exhortado a los esposos a "crecer juntos en humanidad" durante el matrimonio, de manera que "la mujer haga más hombre al marido" y que el "hombre haga más mujer a la esposa".
   El encuentro se ha articulado con preguntas de tres parejas de jóvenes que se van a casar y las respuestas del Papa. Antes de comenzar, Francisco ha agradecido que le hayan enviado las preguntas antes para "poder reflexionar" y dar respuestas "con sentido".
   El Papa ha explicado que el amor no es un sentimiento pasajero "físico", sino una relación, que se puede comparar con la "construcción de una casa" y ha invitado a las parejas a construir el matrimonio sobre la "roca del amor verdadero" y no sobre "la arena de los sentimientos" que vienen y van.
   Además, les ha instado a no dejarse vencer por la "cultura de lo provisorio" y a apostar por una elección "para siempre". Francisco ha explicado que "para siempre" no es solo una cuestión de duración, sino que también es muy importante "la cualidad" del matrimonio.
   A través del pasaje del Evangelio de la multiplicación de los panes, Francisco ha explicado que Dios da el amor "fresco y bueno" que es el fundamento del matrimonio, porque tiene "una reserva infinitiva" y que lo hace "más grande" cuando la familia crece con los hijos. El Papa ha sintetizado la oración de los esposos y los novios con la frase "Señor, enséñanos a darnos el amor cotidiano" y ha pedido a los jóvenes que estaban en San Pedro que lo repitieran todos juntos.
   Respecto a la cuestión del estilo en la vida matrimonial, cuestionada por una pareja proveniente de la toscana italiana, el Papa lo ha resumido en tres reglas fundamentales: "pedir permiso, gracias y perdón".
   Concretamente, ha comentado que pedir permiso es la manera de "entrar con cortesía en la vida de los demás", y ha explicado que la cortesía, que es muy necesaria en un mundo muchas veces, violento y arrogante, "conserva el amor".
   Además, ha descrito el acto de "dar las gracias" como un gesto que muestra "la conciencia" de que la otra persona "es un regalo de Dios". Para el Pontífice no existe "la familia perfecta", porque todos son pecadores y por eso es "necesario" pedir perdón.
   En esta línea el Papa ha invitado a los jóvenes que van a casarse a no terminar el día "sin pedir perdón" y sin que "vuelva la paz". El Papa ha dicho que era "normal" las discusiones entre esposos, que a veces se pueden "hasta lanzar platos" pero que el verdadero "secreto" para conservar el amor es "hacer las paces". El Pontífice ha comentado que es la única manera de que la discusión no se haga "dura y fea" y se haga más difícil "hacer las paces al día siguiente". También ha explicado que para hacer las paces no hace falta "hacer un gran discurso", que a veces solo sirve un "gesto simple".
   La tercera pareja de novios que venía de la capital italiana, Roma, ha preguntado al Papa sobre los preparativos de la boda. El Papa ha advertido de que el matrimonio no es una "fiesta mundana". Por eso es necesario que el matrimonio "sea sobrio" y para que pueda resaltar "lo importante". En esta línea ha añadido que "los la razón de "la verdadera alegría".
   Con motivo del Día de San Valentín y del encuentro del Papa con más de 25.000 novios, la asociación Enraizados ha promovido un manifiesto en el que demanda al ministro español de Justicia Ruiz-Gallardón que promueva el reconocimiento civil, de forma plena, del matrimonio canónico, no sólo en su celebración, sino también en sus causas de disolución, de forma que este sea la unión indisoluble de un hombre y una mujer que se rija por la ley canónica.
   "Se trata de una cuestión de libertad y de autonomía de la voluntad   --señala el presidente de Enraizados, José Castro Velarde--. Aquellos ciudadanos que libremente optan por una forma deben ver respetada su decisión tanto en lo que se refiere al origen como a las posibles causas de disolución".
   Así, pide que se estudie, también para los no creyentes, una fórmula que les permita acceder al matrimonio para toda la vida, con objeto de "poder ver reconocida en la legislación su voluntad y ser reflejo de esa alegría de la que el Papa habla", según apunta Castro.

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