martes, 15 de julio de 2014

El expresidente español Zapatero propone una alianza permanente de religiones en una "autoridad religiosa global"

MADRID.- El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero ha propuesto este martes la creación de una "alianza permanente entre las confesiones religiosas", vinculada a la ONU y a la Alianza de Civilizaciones, para crear una "autoridad religiosa global" con dos principios, el respeto al pluralismo religioso y la paz y la libertad, y la condena de toda violencia.

   Eso sí, ha advertido de que, para ser útil, ese diálogo ecuménico no debe ser sólo sobre la fe, sino estar abierto a la sociedad. De hecho, cree que sería "muy deseable" un diálogo de los líderes religiosos de todas las confesiones con organizaciones feministas, porque cree que las religiones "tienen un problema" con los derechos de las mujeres, y que ese asunto tiene "gran influencia en la forma de entender la vida".
   Zapatero se ha expresado así en un coloquio sobre el papel del diálogo interreligioso en la promoción de la paz. A su juicio, los líderes religiosos deberían trabajar conjuntamente en cuatro campos: juventud, medios, migraciones y educación -en ellos trabaja ya la Alianza de Civilizaciones promovida por el propio Zapatero--.
   Además, cree que la primera tarea de los líderes religiosos debería ser la paz en Oriente Próximo, que a su juicio es el "tumor primario" de la inestabilidad en la región. Así, ha pedido a los líderes del judaísmo, el islamismo y el cristianismo un llamamiento "ecuménico" y un "compromiso renovado" a favor de la paz en Oriente Próximo, en colaboración con la ONU, "que debe ser la gran institución para la paz".
   A su modo de ver, la clave es que ninguna religión puede planterse como "excluyente" ni pretender que sus creencias son las únicas verdaderas, sino que la única "verdad es la libertad, el respeto a todas las confesiones".
 "No hay herejes, hay personas que piensan que manera diferente o tienen diferentes ideas y en nombre de ninguna fe puede ampararse el odio y el fanatismo", ha remachado.
Además, ha subrayado que los procesos democráticos no pueden imponerse desde el exterioy  que cada país debe seguir su propio camino, y ha puesto como ejemplo el caso de Túnez, o las reformas de Marruecos.
   Del mismo modo, ha subrayado que la invasión de Irak no ha llevado la democracia al país. A su juicio, este país necesita un gobierno de unidad, un gran pacto para frenar la guerra sectaria, pero también un entendimiento religioso, que cree que podrían fomentar la Liga Árabe o la Organización de la Conferencia Islámica.

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