domingo, 8 de septiembre de 2013

Tener la valentía de elegir el bien y renunciar al mal, al odio y toda forma de violencia, pide Francisco

CIUDAD DEL VATICANO.- «¡El compromiso continúa, sigamos adelante con la oración y las obras de paz! ¡Los invito a que sigan rezando para que cese inmediatamente la violencia y la devastación!». «¡La búsqueda de la paz es larga y requiere paciencia y perseverancia!» 

Con un nuevo apremiante llamamiento, en este momento en que estamos firmemente orando por la paz, en Siria, Oriente Medio y en el mundo entero, el Santo Padre destacó antes del rezo mariano del Ángelus - ante miles de fieles y peregrinos de tantas partes del mundo – que «la Palabra del Señor nos toca en lo más vivo, nos dice: ¡hay una guerra más profunda que tenemos que luchar, todos! ¡Es la decisión firme y valiente de renunciar al mal y a sus seducciones y de escoger el bien, listos para pagar en persona: he aquí el seguimiento de Cristo, he aquí el tomar la propia cruz! Esto implica - entre otras cosas - decir no al odio fratricida y a las mentiras de las que se sirve, a la violencia en todas sus formas, a la proliferación de armas y su comercio ilegal. Éstos son los enemigos que hay que combatir unidos y con coherencia, no siguiendo intereses, que no sean los de la paz y el bien común».
El cristiano se desprende de todo y reencuentra todo en la lógica del Evangelio, la lógica del amor y el servicio, enfatizó el Papa Francisco, renovando su llamamiento por la paz, en este día en que contemplamos con ternura y esperanza la Natividad de la Madre de Dios y con el eco de la invocación a la Reina de la Paz, de la intensa Vigilia de Oración, que convocó y presidió para elevar el grito de la paz. El Obispo de Roma alentó a decir ‘no’ al odio fratricida y a las mentiras de las que se sirve, a la violencia en todas sus formas, a la proliferación de armas y su comercio ilegal.

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