
Según medios italianos, Bertone hizo estas declaraciones el domingo
a la salida de una ceremonia religiosa en Siracusa, Sicilia, después
de que el papa Francisco decidiera remplazarlo por el actual
nuncio de Venezuela, el italiano Pietro Parolin.
“El balance de estos siete años yo lo veo positivo. Por supuesto,
hubo muchos problemas, especialmente en los últimos dos años. Se han
vertido sobre mí acusaciones. Una red de cuervos y víboras. Pero esto
no debería oscurecer lo que considero un balance positivo”, dijo.
“Algunos casos escaparon de nuestras manos, porque esos problemas
estaban como sellados en el interior de la gestión de ciertas personas
que no se ponían en contacto con el Secretario de Estado”, lamentó.
El cardenal Bertone, de 78 años, llegó al puesto de secretario de
Estado en 2006, al ser nombrado por el papa Benedicto XVI, junto al
cual afrontó todos los escándalos que sacudieron a la Iglesia católica
en los últimos años: casos de pederastia, Vatileaks y reforma de las
finanzas del Vaticano.
En un contexto de constantes rivalidades e intrigas en las esferas
del Vaticano, este salesiano fue acusado de errores de gestión, de
favoritismo y de adoptar decisiones cuestionables, aunque nunca se
cuestionó su honradez.
Bertone ha admitido que ha cometido “errores” y que si tuviera que
repensar ahora algunos momentos “actuaría diferente”, pero que eso “no
quiere decir que no haya buscado servir a la Iglesia”.
El nombramiento de monseñor Parolin, de 58 años, que desde 2009 era
nuncio (embajador del Vaticano) en Venezuela, ha tenido reacciones
favorables. Parolin es descrito como un hombre “modesto, accesible,
abierto y competente” por los periodistas que lo han frecuentado.
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