lunes, 27 de abril de 2020

Pronósticos extremos para la economía / Primo González *

El oficio de profeta se cotiza bastante mal en  estos momentos. Hay una sensible pérdida de credibilidad, quién sabe si merecida o no. Las circunstancias son complicadas y dificultan la tarea de lanzar pronósticos. Una entidad tan acreditada como el banco de inversión estadounidense Morgan Stanley acaba de poner cifras a estos despropósitos.

Estima el banco de inversión, siempre   aclarando que todo dependerá de las medidas que adopte el Gobierno y de la evolución de las circunstancias sanitarias, que el PIB español registrará una caída cierta este año debido al parón de la economía. 

Pero a la hora de ponerle cifras ofrece tres pronósticos, el más favorable (caída del 5,8%), el medio (retroceso del 13,5%, del que dice  que podría ser el más probable) y el más dañino, que se traduciría en un retroceso de la actividad  económica del 22,6%. 

La diferencia entre el  escenario menos malo y el más catastrófico es  espectacular, hasta el  punto de restarle cierta credibilidad de los guarismos.

En las dos últimas semanas han proliferado las previsiones económicas y se puede observar una  apreciable disparidad entre las previsiones de unos y otros, pero nunca se habían podido contemplar extremos tan dispares entre lo menos malo y lo peor en la cuantía   que estiman los analistas del banco americano. La línea general dominante cifraba en torno al 9% el descenso del PIB, aunque había desviaciones de algunos puntos al alza o a la baja. 

Sobre todo al alza, hasta niveles del 13%. El hecho de que Morgan Stanley dispare la peor de las hipótesis hasta el 22,6% de caída, la segunda más fuerte de la Unión Europea tras la de Italia, a la que pronostica una recesión incluso superior,  es indudablemente una muy mala noticia para la economía y para la sociedad española en su conjunto.

Este lunes, los mercados bursátiles han reaccionado al alza ante la hipótesis de un adelanto de las medidas de  suavización del nivel de confinamiento de la sociedad, es decir, una opción a favor de un retorno más rápido a las tareas de recuperación de los niveles productivos, dentro de la gradualidad que ya se supone.

Esta semana empiezan a abrir algunos negocios, eso sí, extremando las medidas de seguridad, mientras se estudia el retorno a una cierta normalidad en el caso del transporte de personas, uno de los aspectos que  más va a verse afectado por la pandemia, ya que los horarios laborales tendrán que ser objeto de un severo reajuste para evitar las aglomeraciones y para huir de cualquier paso atrás en la proliferación de  los contagios.

Uno de los sectores en los que el  impacto del frenazo económico va a  dejarse notar previsiblemente con  mayor  impacto es el turístico, un sector que además  tiene un elevado peso en el conjunto de la actividad económica debido a su efecto multiplicador y su impacto en el empleo. 

 La evolución de este sector dependerá, además, no solo de las medidas que puede adoptar España en  la regulación del sector sino en las decisiones que puedan adoptar los países de origen en relación con la libertad de movimientos de sus habitantes. 

En medio de tantas incertidumbres, el  oficio de analista económico, sobre todo a la hora de formular pronósticos, se presenta ciertamente complejo.


(*) Periodista y economista español


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