CIUDAD DEL VATICANO.- “Todos somos
portadores de alegría”. Y “los hombres y las mujeres que rezan saben que
la esperanza es más fuerte que el desánimo. Creen que el amor es más
poderoso que la muerte, y que seguramente un día triunfará, aunque los
tiempos y las formas no lo conocemos”.
Son algunos de los conceptos que
el Santo Padre expresó esta mañana en su catequesis semanal que ofreció,
en directo, desde la Biblioteca privada del Palacio Apostólico
También este miércoles el Papa Francisco celebró su audiencia general
en la Biblioteca privada del Palacio Apostólico junto a los prelados
que leyeron su catequesis en diversos idiomas. En esta ocasión,
prosiguiendo con el ciclo dedicado a la oración el Santo Padre se
refirió al misterio de la creación.
Esta catequesis se introdujo con la lectura de algunos versículos del Salmo 8 (4-5.10) que reza:
Al comenzar su catequesis, hablando en italiano, el Papa afirmó que
“la primera página de la Biblia se parece a un gran himno de acción de
gracias. La narración de la Creación es cantada rítmicamente, donde es
continuamente reafirmada la bondad y la belleza de todo lo que existe.
Dios, con su palabra, llama a la vida, y todas las cosas acceden a la
existencia. Con la palabra, separa la luz de la oscuridad, alterna el
día y la noche, varía las estaciones, abre una paleta de colores con la
variedad de plantas y animales”.
Pequeñez y sorprendente dignidad del ser humano
Francisco explicó que este misterio de la creación nos lleva a la
contemplación de Dios, lo que nos mueve a la oración, tal como lo afirma
el Salmo 8, que expresa su grandeza y belleza, ante la cual el ser
humano percibe su pequeñez, pero también el lugar especial que ocupa en
ella; porque, aunque por naturaleza sea insignificante comparado con la
grandiosidad de todo lo creado, posee sin embargo una dignidad
sorprendente, que surge de su relación filial con Dios.
La creación no es fruto de una ciega casualidad
Tras destacar que el relato de la creación habla de la bondad y la
hermosura de todo lo que el Señor hizo con el poder de su Palabra,
Francisco dijo que no es fruto “de una ciega casualidad, sino de un plan
amoroso que Él tiene para sus hijos”. De ahí que “cuando el hombre mira
extasiado la creación, toma conciencia de que él es la única criatura
capaz de reconocer la belleza que encierra la obra divina y, ante tanto
esplendor, eleva al Creador su oración de agradecimiento y de alabanza
por el regalo de la existencia”.
En la oración se afirma un sentimiento de misericordia
“Nada existe por casualidad: el secreto del universo reside en una
mirada benévola que alguien cruza en nuestros ojos”, dijo el Santo
Padre. Y recordó que el Salmo afirma que “somos poco menos que un Dios,
que estamos coronados de gloria y honor”. De ahí que “la relación con
Dios es la grandeza del hombre: su entronización”.
La contemplación enciende el don de la oración
Al saludar a los fieles en español que siguieron esta
catequesis a través de los medios de comunicación social el Papa, antes
de bendecirlos, les manifestó su esperanza:
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