CIUDAD DEL VATICANO.- En la Jornada de
oración y ayuno para implorar a Dios ayuda para superar la pandemia de
coronavirus, convocada por el Alto Comité de Fraternidad Humana, el
pensamiento de la ex Subsecretario del Dicasterio para el Servicio del
Desarrollo Humano Integral, Flaminia Giovanelli
En este tiempo de crisis provocada por la pandemia de coronavirus, ha
llegado el momento de dirigirnos a Dios, a través de “la oración y la
súplica, el ayuno y las obras de misericordia”, para que Él “nos ayude a
salir de esta aflicción”.
En la Jornada de Oración por la Humanidad convocada por el Alto Comité para la Fraternidad Humana para este 14 de mayo,
Flaminia Giovanelli, ex Subsecretario del Dicasterio para el Servicio
del Desarrollo Humano Integral, hace una lectura del concepto de
“fraternidad”.
“Esta iniciativa del Alto Comité para la Fraternidad
Humana, a la que se une justamente el Papa Francisco, es una iniciativa densa de sentido”, afirma Giovanelli, deteniéndose, en primer lugar, el aspecto “humano” de la fraternidad:
La iniciativa está dirigida también a los no creyentes. Hemos
visto este tiempo tan difícil a los ciudadanos de una misma nación
sentirse más unidos, más hermanos. Hermanos de Italia hemos cantado el
Himno Nacional desde las ventanas, para darle las gracias a los médicos y
a los enfermeros y escuchar voces en el silencio de nuestras ciudades.
Pero también nos sentíamos unidos a los otros pueblos.
El sentido religioso de la fraternidad
La doctora Giovanelli considera que la fraternidad tiene, sobre todo, un profundo sentido religioso:
Cuando el Papa invita a los creyentes en Dios Creador a rezar por
el fin de la pandemia, la fraternidad es implícita y evidente. Lo
explica muy bien el mismo Papa Francisco en su primer mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, el 1° de enero de 2014,
cuando afirma: "La fraternidad está enraizada en la paternidad de
Dios”. Y no sólo. La fraternidad es lo que permite a los iguales de ser
diversos: piensen, por ejemplo, en las diversidades entre hijos e hijas
de una misma familia.
Esto, según el ex Subsecretario del Dicasterio para el Servicio del
Desarrollo Humano Integral, se aplica muy bien a la iniciativa del 14 de
mayo, en la cual se invita a rezar, ayunar y a hacer obras de
misericordia a cada individuo, cada uno con su religión, creencia o
doctrina.
“Es suficiente, agrega Giovanelli, dar una mirada al video de presentación de la iniciativa en Vatican News
para tener una idea: gente realmente distinta que expresan, de una
misma manera y con los mismos gestos, el pedido a Dios, creador de
todos, Padre de todos para gran parte de los creyentes, que nos libere
de la enfermedad”.
El aspecto socioeconómico de la fraternidad
Flaminia Giovanelli señala asimismo el aspecto socioeconómico de la
fraternidad, “sobre todo en vista de la transformación, no solamente de
las personas, sino también de las estructuras y de los sistemas
económicos que a causa de esta crisis, será necesario emprender”.
Además, asegura que lo que más preocupa en el ámbito socioeconómico es
el incremento de las desigualdades:
Basta pensar, en la fase actual, en la diferencia entre un
empleado de la administración pública que, trabajando en casa, ha
continuado a recibir su sueldo al final de todos los meses, y un
dependiente como un comerciante o los que hacen un trabajo que no se
puede hacer on line. Ni hablar del trabajo informal. Y lo mismo va a
pasar entre países con economías estructuradas y países con economías
frágiles.
El concepto de fraternidad en la economía
Para Giovanelli, la Doctrina Social de la Iglesia puede ayudar con su
recomendación de introducir el concepto de fraternidad también en la
economía. De hecho, recuerda que San Pablo VI escribía en la Encíclica Populorum Progressio que
el subdesarrollo tiene como causa principal la falta de pensamiento y,
otra causa más importante, que es la ‘falta de fraternidad entre los
hombres y entre los pueblos’.
Una idea – precisa – que fue retomada por
el Papa Benedicto XVI en la Carta Encíclica Caritas in Veritate,
en la que constataba que "la sociedad cada vez más globalizada nos hace
más cercanos, pero no más hermanos", advirtiendo que sin las
dimensiones de la gratuidad, de la solidaridad y de la confianza
recíproca, nada funciona y el mercado tampoco funciona.
“Me parece- asevera Flaminia Giovanelli - que en este tiempo de
pandemia y de confinamiento, la frase del Papa Benedicto: "la sociedad
cada vez más globalizada nos hace más cercanos, pero no más hermanos",
se ha podido leer al revés.
Oportunidad de mantener la unidad
Estamos lejanos y, al mismo tiempo, “unidos gracias al sentimiento
común de miedo, de pena por los enfermos y muertos, de temor por
futuro”, afirma finalmente la ex sub Secretaria del DDHI, evidenciando,
en positivo, “la unidad creada con los múltiples contactos mantenidos
gracias a la red”. Y en la conclusión, hace un llamado:
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