CIUDAD DEL VATICANO.- En su Misa en Santa Marta, Francisco recuerda hoy el Día de Oración
promovido por el Alto Comité para la Hermandad Humana y pide al Señor
por el fin de la pandemia de Covid-19. En su homilía, recordó que hay
otras pandemias que causan millones de muertes, como la pandemia del
hambre y la guerra, e invitó a pedirle a Dios que nos bendiga y tenga
misericordia de nosotros.
Francisco ha presidido la Misa en la Casa Santa Marta el día en que
la Iglesia celebra la fiesta de San Matías, Apóstol. En la introducción,
ha recordado la hodierna Jornada de oración, ayuno y obras de caridad
promovida por el Alto Comité de la Hermandad Humana, alentando a todos a
unirse como hermanos, para pedirle a Dios la liberación de este mal:
“El Alto Comité para la Hermandad Humana ha convocado para hoy una
jornada de oración, ayuno, para pedirle a Dios misericordia y piedad en
este momento trágico de la pandemia. Todos somos hermanos. San
Francisco de Asís dijo: "Todos hermanos". Y para esto, hombres y mujeres
de todas las denominaciones religiosas, hoy, nos unimos en oración y
penitencia, para pedir la Gracia de la curación de esta pandemia”.
En la homilía, el Papa comentó la primera lectura, tomada del Libro
de Jonás, en la que el profeta invita al pueblo de Nínive a convertirse
para no sufrir la destrucción de la ciudad. Nínive se convirtió y la
ciudad se salvó de una pandemia, tal vez "una pandemia moral", observa
el Papa. "Y hoy - subraya - todos nosotros, hermanos y hermanas de todas
las tradiciones religiosas, rezamos: jornada de oración y ayuno, de
penitencia, convocada por el Alto Comité para la Hermandad Humana. Cada
uno de nosotros reza, las comunidades rezan, las confesiones religiosas
rezan: rezan a Dios, todos los hermanos, unidos en la hermandad que nos
une en este momento de dolor y tragedia".
Francisco además ha asegurado que "no esperábamos esta pandemia,
llegó sin que nosotros lo esperáramos, pero ahora está aquí. Y mucha
gente muere. Y muchas personas mueren solas y muchas personas mueren sin
poder hacer nada”. En este sentido dice que puede venirnos el
pensamiento de “pero a mí no me ha tocado, gracias a Dios que me salvé":
“¡Pero piensa en los demás! Piense en la tragedia y también en las
consecuencias económicas, las consecuencias para la educación y lo que
sucederá después”. "Y por esta razón hoy todos, – señala – hermanos y
hermanas, de cualquier confesión religiosa, rezamos a Dios”.
"Quizás - señala el Papa - habrá alguien que dirá: "Pero esto es
relativismo religioso y no se puede hacer". "Pero cómo que no se puede
hacer, ¿no podemos rezar al Padre de todos? Cada uno reza como sabe,
cómo puede, según su propia cultura. No estamos rezando unos contra
otros, esta tradición religiosa contra esta, ¡no! Todos estamos unidos
como seres humanos, como hermanos, rezando a Dios, de acuerdo con la
propia cultura, de acuerdo con la propia tradición, de acuerdo con las
propias creencias, pero hermanos y rezando a Dios, esto es lo
importante: hermanos, ayunando, pidiendo perdón a Dios por nuestros
pecados, para que el Señor tenga misericordia de nosotros, para que el
Señor nos perdone, para que el Señor detenga esta pandemia. Hoy es un
día de hermandad, mirando al único Padre, hermanos y paternidad. Día de
oración".
Esta pandemia - ha dicho Francisco - "vino como una inundación, vino
de un sólo golpe. Ahora nos estamos despertando un poco. Pero hay muchas
otras pandemias que hacen morir a las personas y no nos damos cuenta,
miramos a otro lado. Somos un poco inconscientes ante las tragedias que
están sucediendo en el mundo en este momento".
El Papa cita una estadística oficial, que no habla de la pandemia de
coronavirus, sino de otra: "En los primeros cuatro meses de este año, 3
millones 700 mil personas murieron de hambre. Existe la pandemia del
hambre. En cuatro meses, casi 4 millones de personas. Esta oración de
hoy para pedirle al Señor que detenga esta pandemia debe hacernos pensar
en las otras pandemias en el mundo. ¡Hay muchas! La pandemia de las
guerras, del hambre y muchas otras. Pero lo importante es que hoy,
juntos y gracias al coraje que ha tenido este Alto Comité para la
Hermandad Humana, juntos hemos sido invitados a rezar según la propia
tradición y a hacer un día de penitencia de ayuno y también de caridad,
de ayuda a los demás. Esto es lo importante. En el libro de Jonás,
escuchamos que el Señor, cuando vio cómo había reaccionado la gente, se
convirtió, y el Señor detuvo, detuvo lo que quería hacer".
“Que Dios detenga esta tragedia - es la oración del Papa Francisco -
que detenga esta pandemia. Que Dios se apiade de nosotros y detenga
otras pandemias que son tan malas: la del hambre, la de la guerra, la de
los niños sin educación. Y pedimos esto como hermanos, todos juntos.
Que Dios nos bendiga a todos y tenga misericordia de nosotros".
El Papa invitó a hacer la comunión espiritual con esta oración:
El Papa Francisco terminó la celebración con la adoración y
bendición eucarística y antes de abandonar la capilla dedicada al
Espíritu Santo, se cantó la antífona mariana "Regina caeli", cantada
durante el tiempo de Pascua:
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