CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Francisco ha advertido de que la
Iglesia no crece por "proselitismo" sino por la "atracción testimonial" y
por la "alegría", durante la Misa de Acción de Gracias por la
canonización el pasado 2 de abril del jesuita tinerfeño San José de
Anchieta, que ha celebrado este jueves en la Iglesia de San Ignacio, en
Roma.
Por ello, el Pontífice ha pedido durante la homilía, pronunciada
en español, "no tener miedo de la alegría del encuentro con Jesucristo"
pues esta es "contagiosa" y es sobre la que se debe "fundar la Iglesia".
"La alegría del encuentro con Jesucristo, esa que nos da tanto
miedo asumir, es contagiosa y ahí crece la iglesia. La Iglesia no crece
por proselitismo, crece por atracción testimonial, esta alegría que
anuncia Jesús. Sin esta alegría no se puede fundar una Iglesia, no se
puede fundar una comunidad cristiana", ha precisado.
En este sentido, ha invitado a no tener miedo de esta alegría
aunque parezca que es "más fácil creer en un fantasma que en Cristo
resucitado, ir a un adivino para conocer el futuro que fiarse de la
esperanza de un Cristo triunfante o creer en una idea, una imaginación
que tener fe en el Señor que surge de la muerte".
Además, ha invitado a preguntarse si como Pedro cada uno es "capaz
de sentarse junto al hermano y transmitirle el don de la Palabra que ha
recibido, de contagiarle la alegría, de convocar en torno a él el
entusiasmo que causa en él mismo el milagro".
En esta línea, ha puesto como modelo a San José de Anchieta que
"supo comunicar lo que había experimentado, lo que había visto en el
Señor, aquello que le comunicó". Además, ha destacado que era "tanta su
alegría" cuando Ignacio le envió a América a evangelizar con 19 años,
que pone "los fundamentos culturales de una nación en Jesucristo". En
todo caso, ha insistido en que su santidad es que "no tenía miedo de la
alegría".
Precisamente, en la misa de la mañana que ha celebrado el Papa
este jueves en la Casa Santa Marta, también ha exhortado a los
cristianos a no ser "cristianos murciélagos" que "prefieren las sombras a
la luz de la presencia del Señor", que parecen "cristianos de funeral"
que "prefieren la tristeza a la alegría".
Así lo ha indicado haciendo referencia al Evangelio propuesto en
la liturgia del día que relata la aparición de Cristo resucitado a los
discípulos que, al principio, en lugar de alegrarse se quedan
"trastornados y llenos de temor".
"En mi tierra hay un dicho que dice así: 'Cuando uno se quema con
la leche hirviendo, después, cuando ve una vaca, llora'. Y éstos se
habían quemado con el drama de la cruz y dijeron: 'No, detengámonos
aquí; Él está en el Cielo; muy bien, ha resucitado, pero que no venga
otra vez aquí, porque ya no podemos más'. Pidamos al Señor que haga con
todos nosotros lo que ha hecho con los discípulos, que tenían miedo de
la alegría: que abra nuestra mente", ha subrayado.
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