Ante este panorama, se instó a que los fieles continúen aportando voluntariamente para mantener a flote la Santa Sede y el ministerio del papa Francisco.
El Vaticano publicó su presupuesto de 2021 en su último esfuerzo por lograr una mayor transparencia financiera en medio de un déficit presupuestario de 50 millones de euros previsto para este año.
El objetivo es asegurar a los donantes que su dinero se está gastando bien, luego de años de mala administración que actualmente es el foco de una investigación de corrupción en el Vaticano.
El responsable de Economía, el reverendo Juan Antonio Guerrero Alves, dijo que la pandemia del coronavirus, que redujo las donaciones y los ingresos de los Museos Vaticanos cerrados, contribuiría a una reducción proyectada del 30 % en los ingresos a 213 millones de euros en 2021, desde 307 millones de euros en 2019, último año disponible.
Señaló que el Vaticano había logrado una reducción de costos significativa durante el cierre del año pasado, con viajes drásticamente reducidos, tarifas de consulta, costos de conferencias y ensamblaje y posponiendo reparaciones y mantenimiento innecesarios de bienes raíces.
En una entrevista con Vatican Media, Guerrero dijo que esperaba recortar aún más los gastos en un 8 % en 2021, sin recurrir a los despidos, a lo que Francisco se opone.
Pero incluso entonces, el déficit de 50 millones de euros esperado para 2021 requerirá una vez más sumergirse en las reservas de donaciones pasadas para cubrir los gastos. Guerrero confirmó que en 2019, el Vaticano usó 27,2 millones de euros de las reservas de Peter’s Pence para cubrir sus costos operativos, además de los 53,8 millones de euros en ingresos del fondo de Peter’s Pence ese año.
En 2020, estimó que el Vaticano tomó 40 millones de euros en las reservas de Peter’s Pence y que se esperaba una cantidad similar en 2021.
Los fondos de Peter’s Pence, generalmente ofrecidos durante una colecta anual en la misa, se anuncian como una forma concreta de ayudar al Papa en su ministerio y obras de caridad, pero también se utilizan para administrar la burocracia de la Santa Sede.
“Este recurso a las reservas de Peter’s Pence en los últimos años significa que la liquidez del fondo se está agotando y con la crisis actual es muy probable que en 2022 tengamos que recurrir en cierta medida a los activos de APSA”, dijo, al referirse al banco central del Vaticano, que administra los bienes raíces de la Santa Sede y otras inversiones financieras.
Los fondos de Peter’s Pence han sido objeto de escrutinio en medio de una investigación de los fiscales del Vaticano sobre la inversión de 350 millones de euros de la Secretaría de Estado en una empresa inmobiliaria de Londres, parte de la cual aparentemente fue financiada por Peter’s Pence.
Varios corredores y comerciantes italianos, así como algunos funcionarios del Vaticano, están bajo investigación por sospecha de que estafaron a la Santa Sede de millones en honorarios.
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