TARRAGONA/CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Francisco ha exhortado este domingo a
los peregrinos que han acudido a la ceremonia de beatificación de 522
mártires del siglo XX a ser "cristianos con obras y no de palabras" para
no ser cristianos mediocres.
En un videomensaje de escasos tres minutos emitido al inicio de la
celebración, que presidió el cardenal Angelo Amato, el Papa ha retado a
los presentes a tomar el ejemplo de los mártires y no ser "cristianos
mediocres, cristianos barnizados de Cristianismo pero sin sustancia".
"Siempre hay que morir un poco para salir de nosotros mismos, de
nuestro egoísmo", bienestar, pereza, y tristeza, ha indicado, y ha
añadido la necesidad de abrirse a Dios y, especialmente, a los que más
lo necesitan.
De esta forma, el Pontífice se ha unido a la celebración de
Tarragona, y ha significado que los mártires son cristianos ganados por
Cristo, que han comprendido bien el sentido de "amar hasta el extremo
que llevó a Jesús a la Cruz".
"No existe el amor por entregas, el amor por porciones", ha subrayado
Francisco, que ha insistido en que el amor total supone amar hasta el
extremo.
Por eso, ha pedido a los presentes a que imploren la intercesión de
los mártires para mantenerse firmes en la fe, aunque haya dificultades,
para ser, así, "fermento de esperanza, de hermandad y solidaridad".
Al término de la Eucaristía y antes del rezo mariano del Ángelus, el Santo Padre Francisco saludó a los fieles y peregrinos recordando en primer lugar que hoy en Tarragona, ha tenido lugar la mayor beatificación de la historia: 522 personas asesinadas por odio a la fe, en el siglo XX en España.
“Queridos hermanos y hermanas, hoy, en Tarragona, España, han sido proclamados beatos cerca de quinientos mártires, asesinados por su fe durante la Guerra Civil española, en los años treinta del siglo pasado. Alabemos al Señor por estos valientes testigos suyos, y por su intercesión, supliquémosle que libere al mundo de toda violencia”.
El Papa, a continuación, dio las gracias a todos los que llegaron en gran número a Roma, desde Italia, y otras partes del mundo para participar a la celebración de la fe, dedicada a María nuestra Madre. Y tuvo palabras de afecto para un grupo llegado de Panamá.
“Saludo con afecto al grupo de panameños que se encuentran hoy en Roma y los confío a la protección de Nuestra Señora de la Antigua, celestial patrona de esa querida Nación”.
Asimismo, el Pontífice saludó a los niños de la Orquesta Internacional de la Paz "Pequeñas Huellas", y a la Asociación Nacional italiana de Inválidos del Trabajo y mutilados.
Finalmente, Francisco saludó también a los jóvenes de Roma que en los últimos días se comprometieron con la misión “Jesús en el centro”: “Sean siempre misioneros del Evangelio, todos los días y en todo lugar! Y me complace saludar también a los reclusos de la prisión en Castrovillari”.
Al término de la Eucaristía y antes del rezo mariano del Ángelus, el Santo Padre Francisco saludó a los fieles y peregrinos recordando en primer lugar que hoy en Tarragona, ha tenido lugar la mayor beatificación de la historia: 522 personas asesinadas por odio a la fe, en el siglo XX en España.
“Queridos hermanos y hermanas, hoy, en Tarragona, España, han sido proclamados beatos cerca de quinientos mártires, asesinados por su fe durante la Guerra Civil española, en los años treinta del siglo pasado. Alabemos al Señor por estos valientes testigos suyos, y por su intercesión, supliquémosle que libere al mundo de toda violencia”.
El Papa, a continuación, dio las gracias a todos los que llegaron en gran número a Roma, desde Italia, y otras partes del mundo para participar a la celebración de la fe, dedicada a María nuestra Madre. Y tuvo palabras de afecto para un grupo llegado de Panamá.
“Saludo con afecto al grupo de panameños que se encuentran hoy en Roma y los confío a la protección de Nuestra Señora de la Antigua, celestial patrona de esa querida Nación”.
Asimismo, el Pontífice saludó a los niños de la Orquesta Internacional de la Paz "Pequeñas Huellas", y a la Asociación Nacional italiana de Inválidos del Trabajo y mutilados.
Finalmente, Francisco saludó también a los jóvenes de Roma que en los últimos días se comprometieron con la misión “Jesús en el centro”: “Sean siempre misioneros del Evangelio, todos los días y en todo lugar! Y me complace saludar también a los reclusos de la prisión en Castrovillari”.
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