CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa hizo este llamamiento en el tradicional rezo del Ángelus
dominical ante los numerosos fieles que acudieron a la plaza de San
Pedro del Vaticano desafiando las altas temperaturas que se registran
este domingo en Roma.
Francisco se refirió a su viaje a Brasil, que concluyó el pasado lunes,
y expresó su deseo de que los jóvenes que asistieron a la JMJ de Río de
Janeiro puedan "traducir esa experiencia en su camino cotidiano, en su
comportamiento diario, y que puedan traducirlo también en las decisiones
importantes de la vida, respondiendo a la llamada personal del Señor".
El Papa quiso agradecer el esfuerzo a todos aquellos que tomaron parte
en la JMJ y en su organización y, en un pasaje improvisado de su
alocución, aseguró que no olvida la "calurosa" acogida que recibió en
Brasil, "un pueblo generoso", de "gran corazón" y de "buenas personas".
El pontífice advirtió que los jóvenes "son especialmente sensibles al
vacío de significado y de valores que con frecuencia les rodea y, por
desgracia, pagan las consecuencias de ello".
"En cambio, el encuentro con Jesús vivo, en su gran familia que es la
Iglesia, llena el corazón de alegría, porque lo llena de verdadera vida,
de un bien profundo, que no pasa y no se marchita", agregó.
Francisco hizo hincapié en cómo el Evangelio de este domingo pone el
acento precisamente "en la absurdidad de basar la propia felicidad" en
las posesiones materiales.
"La verdadera riqueza es el amor de Dios compartido con nuestros hermanos", afirmó.
Tras el rezo del Ángelus, el Papa quiso agradecer a todos los fieles
que acudieron al Vaticano "a pesar del calor" y les deseó como es
habitual un buen domingo, añadiendo "un buen mes de agosto".
Al ver, además, a un significativo número de jóvenes en la plaza exclamó: "parece Río de Janeiro".
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