Los dragones aparecen en los mitos y en la ficción de las culturas de todo el mundo, aunque se cree que no son más que eso. Un experto cree que el texto bíblico, combinado con relatos históricos romanos, puede demostrar que los dragones coexistieron con los seres humanos alguna vez. Dijo que “Un nuevo examen de las crónicas de los historiadores romanos antiguos y de la Biblia puede demostrar que los dragones eran en realidad contemporáneos de la humanidad.”
Thomas Mitchell Meyer, profesor de estudios bíblicos en Shasta Bible College and Graduate School Library, un colegio privado y escuela de posgrado en Redding, California, asegura que no se trata de una mera coincidencia, sino más bien una de las muchas evidencias que demuestran que los dragones vagaron alguna vez por la Tierra, según dijo al Daily Express. Muchos arqueólogos han desenterrado huesos gigantes que nada tienen que ver con dinosaurios, e incluso testigos han grabado extraños seres voladores similares a dragones en nuestros cielos, que se pueden encontrar en algún vídeo de YouTube.
El profesor Meyer, que ha memorizado unos veinte libros de la Biblia y es conocido como “el hombre de la memoria de la Biblia” está seguro de que existe evidencia histórica que respalda su asombrosa teoría, dijo al periódico británico Daily Express.
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“Un nuevo examen de las crónicas de los historiadores romanos antiguos y de la Biblia puede demostrar que los dragones eran en realidad contemporáneos de la humanidad” dijo el profesor Meyer. Los dragones se mencionan en 35 momentos diferentes desde el Génesis hasta el Apocalipsis.
MITOLOGÍA MODERNA
La mitología moderna ha empleado repetidamente el símbolo del dragón, extendiendo su supervivencia en el imaginario colectivo. También ha usado su imagen reduciéndolo a un poderoso monstruo casi invencible.
Desde las obras de Tolkien hasta el inmensamente popular Juego de Tronos, los dragones son un símbolo perdurable del género de fantasía. Aunque su origen no está claro, se han contado historias de dragones durante siglos en Europa, Asia, Oriente Medio e incluso el antiguo Egipto, donde una criatura parecida a una serpiente llamada Apep luchó contra el dios Sol Ra. En la mitología nórdica, la serpiente de Midgard, Jormungandr, nació del dios tramposo Loki y luchó contra el poderoso Thor en Ragnarok, el fin del mundo.
EL LEVIATÁN
Por ejemplo, en el Libro de Job aparece un monstruo primigenio conocido como el Leviatán. El profesor Meyer comparó a la bestia con un Kraken que escupe fuego y que ha sido descrito como un dragón que habita en el abismo de la creación. El Apocalipsis se refiere a Satanás como el gran dragón, la serpiente antigua.
El experto agregó: “Aunque no sepamos todo lo que hay que saber sobre los diferentes tipos de dragones, mencionados por los historiadores romanos antiguos y en la Biblia, podemos afirmar categóricamente que coexistieron los dragones y el ser humano.”
Para la cultura cristiana el dragón simPeriodismo Alternativo y de Misterioboliza el mal y la destrucción. Se convierte en un animal muy inteligente al que hay que eliminar. Existen varios ejemplos, como el arcángel San Miguel luchando contra un dragón, o el dragón que se revuelve contra la lanza de San Jorge.
En la pauta del viaje del héroe, los dragones representaron el obstáculo o el temor, y el paso necesario para regresar al hogar. Como muchos dragones se presentan también como la encarnación de la sabiduría, en esas tradiciones matar a uno de ellos no sólo daba acceso a sus riquezas, sino también significaba que el caballero había vencido a la más astuta de todas las criaturas. Otra faceta del dragón en la mitología clásica de la época caballeresca, es el dragón como guardián que custodia o secuestra princesas en sus castillos, o custodia grandes tesoros.
DEVORADORES DE HOMBRES
Así, en un principio, los dragones fueron devoradores de dioses. Posteriormente los dragones fueron fuerzas a las que se les ofrecían doncellas en sacrificio. No tardaron en concebirse como devoradores de hombres.
El más famoso de los relatos de dragones es el del asesino de dragones, San Jorge, cuya historia tuvo lugar a finales del siglo III d.C. Aunque la historia de San Jorge y el Dragón ha tenido algunas adiciones ficticias a lo largo de los siglos. Según cuenta la historia, una comunidad asediada ofreció sacrificios de ganado a un dragón para obtener acceso a su única fuente de agua.
Pero cuando se acabó el ganado, la gente recurrió a sacrificar a sus propios hijos. El día en que apareció San Jorge, se iba a sacrificar la princesa de una familia real. Pero San Jorge mató al dragón y, en señal de gratitud por el acto heroico, el rey ordenó a la ciudad que se convirtiera al cristianismo.
HISTORIA
Cicerón escribió sobre serpientes voladoras que son arrastradas a Egipto desde el desierto de Libia a causa de los vientos del sur. Cientos de años después, el historiador romano Amiano Marcelino (330 a 400 d.C.) también menciona “ejércitos alados de serpientes” que aparecen en las tierras de Arabia. Los romanos consideraban al dragón un símbolo de poder y sabiduría, igual que los orientales.
El profesor Meyer dijo que el historiador romano Cassius Dio (155 a 225 d.C.) menciona que 'un día, cuando Regulus, un cónsul romano, estaba luchando contra Cartago, un dragón se acercó de repente y se instaló detrás del muro dePeriodismo Alternativo y de Misteriol ejército romano. Los romanos lo mataron por orden de Regulus y enviaron la piel al Senado Romano.
Para los celtas, el dragón era una divinidad de los bosques, cuya fuerza se podría controlar y utilizar por los magos. Entre los conquistadores celtas de Britania, el dragón fue un símbolo de soberanía, y durante la ocupación romana de la isla, adornó los estandartes de guerra, por lo que se convirtió en un símbolo heráldico y luego militar.
Los vikingos adornaban el mascarón de proa de sus barcos con una escultura de madera en forma de dragón. Usaban esta decoración en la creencia de que así asustarían a los espíritus que vigilaban las costas a las que llegaban.
También los dragones aparecen en poemas germanos: en Beowulf, un poema épico anglosajón, el más antiguo que se conserva. Un hombre llamado Beowulf, que había librado a su pueblo de un monstruo mitad hombre y mitad diablo, luego convertido en rey, lucha contra un dragón, una disputa en la que mueren ambos. En el Cantar de los Nibelungos, un poema épico medieval anónimo, Sigfrido mata a un dragón, llamado Fafnir, y al ungirse con su sangre se hace inmune a todo mal. Todavía hay alemanes que siguen buscando el famoso tesoro de los Nibelungos.
Durante gran parte de la historia, se pensó que los dragones eran como cualquier otro animal mítico: a veces útiles y protectores, otras veces peligrosos. Sin embargo, los mensajes pleyadianos identifican a los dragones con la especie Alfa Draco, (no con los draconianos) que es benévola en su mayoría, aunque puede haber una minoría de dragones regresivos.
TRADICIONES
Hay dos tradiciones principales sobre dragones: los dragones europeos, derivados de las tradiciones populares europeas y de la mitología de Grecia y Oriente Próximo, y los dragones orientales, de origen chino, pero conocidos también en Japón, Corea y en otros países asiáticos. Las dos tradiciones surgieron probablemente de forma independiente, pero se han influido mutuamente en su desarrollo.
Durante la época de las Cruzadas, era posible encontrar restos de dragón en los mercados y otros lugares de exposición de Europa, que en realidad eran restos de cocodrilos procedentes de Egipto, Arabia y de países de Asia. Sin embargo en la medicina china actual se siguen vendiendo supuestos restos de dragón de propiedades medicinales milagrosas.
En Occidente el simbolismo alrededor del dragón es esencialmente el de la lucha. Sin embargo, la lucha entre el dragón y un héroe o un dios tiene distintos significados. En estos míticos combates el dragón asume dos papeles: el de devorador y el de guardián, que tienen finalmente una sola raíz: el de un ser cósmico en espera, cuya acción implica la muerte –o el nacimiento– de un orden universal.
En Oriente Medio, la figura del dragón simbolizaba el mal y la ruina. En el Enuma Elish, una epopeya escrita alrededor del 2.000 a.C., la diosa Tiamat era un dragón que simbolizaba los océanos y comandaba las hordas del mal, cuya destrucción previa era necesaria para crear un nuevo universo ordenado.
LEJANO ORIENTE
En los pueblos del valle del Indo se identifica al dragón con Agni, personificación del cielo, que con sus innumerables ojos vigila al tiempo que protege a quien le pide ayuda; es decir, con el origen y el principio del cielo y la Tierra.
En el Himalaya los dragones representan la buena suerte. Los dragones chinos, los japoneses y los coreanos son vistos como seres benévolos, mientras que los europeos son en su mayoría malévolos. Los chinos se pirran por tener un dragón de jade porque dicen que da buena suerte.
El dragón de jade es una criatura que brinda protección contra las energías negativas y los espíritus malignos. Representa protección, éxito, abundancia, prosperidad y buena fortuna. Es un amuleto, que además de protegerte, permite atraer la buena suerte a tu vida.
Históricamente, los dragones se asociaban con el emperador de China (se usaban como un símbolo para representar el poder imperial), mientras que en la cultura europea eran considerados como animales que lanzaban fuego y de gran peligro por su tamaño. A pesar de ello, algunas personas creen que son de muy buena suerte en las mesas de juego.
Los dragones orientales forman parte del Feng Shui y portan energía Yang. Hay muchas figuras de estas criaturas, pero los más importantes para los jugadores son los verdes y los amarillos, pues simbolizan la riqueza y prosperidad. El dragón de jade es de los más buscados, ya que atrae el dinero. Además, los chinos, que son de las personas más supersticiosas en el mundo, siempre han considerado a los dragones como guardianes de tesoros y de sabiduría.
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En muchas culturas orientales los dragones eran, y en algunos cultos son todavía, reverenciados como representantes de las fuerzas primitivas de la naturaleza y el universo. En Oriente, el dragón siempre se ha considerado una criatura benéfica y un símbolo de buena fortuna.
NUEVE DRAGONES CHINOS
Los nueve dragones chinos son una de las leyendas orientales más importante dentro de la mitología de los dragones. En oriente la visión que tienen de los dragones es diferente a la de occidente. Los dragones orientales son seres benévolos que protegen a la tierra y a todos los seres que viven en ella. Los dragones orientales son en su gran mayoría de agua, aunque podrían surcar el cielo con agilidad, a pesar de no tener alas.
Los dragones orientales están formados por 9 animales. El número 9 es para la cultura china símbolo de suerte, y los dragones están muy relacionados con este número. Por eso la idea que tienen de que estos seres mágicos dan suerte.
El Templo del Cielo de Pekín tiene un altar circular formado por 9 círculos. El libro budista donde se recoge su edificación explica que, para su construcción se utilizaron 9 placas de piedra. En general para oriente el número 9 es símbolo de buen augurio, lo consideran un número de buenos auspicios.
También se habla del Rey Dragón, el gobernante divino del océano. Se dice que vive en un palacio de cristal en lo más profundo del océano. Tiene la habilidad de convertirse en humano y pasar desapercibido entre ellos. Es el gobernante divino de los cuatro mares chinos, y también domina el clima, por lo que se acude a él con ofrendas cuando se necesita que llueva.
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DESCRIPCIÓN
A diferencia de sus congéneres occidentales, los dragones orientales no escupen fuego, ni tienen alas, aunque normalmente pueden volar gracias a la magia. Son más similares en apariencia a la Serpiente Emplumada de los mitos de los pueblos prehispánicos de Mesoamérica.
Un dragón típico de Oriente tiene cuernos de ciervo, cabeza de caballo, cuello de serpiente, garras de águila, orejas de toro y bigotes largos como los de los siluros. En las leyendas chinas hay dragones que vigilan los cielos, o que traen la lluvia, o que controlan los ríos y arroyos. En Japón, donde se les atribuye ser entes sabios, amables y siempre dispuestos a ayudar, los dragones han sido, durante siglos, el emblema oficial de la familia imperial.
Los dragones chinos y los japoneses simbolizan el poder espiritual supremo, el poder terrenal y celestial, el conocimiento y la fuerza, y por lo tanto son benévolos. El dragón es la insignia más antigua del arte de estos países. Proporcionan salud y buena suerte y viven en el agua. Según las antiguas creencias chinas, traen la lluvia para la recolección. Por eso el dragón se convirtió en el símbolo imperial de ese país.
DRAGONES DORADOS
Según las creencias orientales, los dragones dorados son conocidos por ser unos seres inteligentes y bondadosos. Al contrario que otros dragones, no buscan riquezas materiales ni tesoros que guardar. Para ellos la riqueza está en el Saber. Puede que sean los dragones más inteligentes de todos, y decir eso es decir mucho, ya que una de las cualidades más importantes de estos seres mitológicos es su inteligencia.
Tendrían la posibilidad de cambiar su apariencia. Podrían hacerse pasar por seres humanos o por un animal, siempre que quieran y con mucha facilidad. Pero no suelen ocultar su forma original de dragón, ya que son muy arrogantes. Consideran que hacerse pasar por una especie inferior no merece la pena. Esa especie inferior seríamos nosotros según ellos.
Los dragones dorados no suelen usar la fuerza para pelear. Por supuesto que no dudan en usarla si es necesario, pero prefieran usar la magia y los conjuros para derrotar a sus enemigos. Por esta razón serían unos expertos en estas artes esotéricas. Algunos dicen que los dragones dorados conocen conjuros milenarios de cuando nació la magia, y serían los únicos guardianes de estos secretos.
Pueden vivir en cualquier lugar que sea de su agrado. Sólo necesitan una cueva donde resguardarse de las miradas curiosas, y estar en un sitio en el que sientan cómodos. Lo normal sería que cerca de un dragón dorado hubiera un gigante. Ambos se protegen y se complementan, respetando cada uno su lugar, claro. Evitan lugares donde puedan ser vistos. Son seres solitarios, y suelen cambiar de hogar bastante a menudo. Como ya he dicho son muy inteligentes y perspicaces, por lo que necesitan descubrir cosas nuevas continuamente, o se aburren. Igual que muchos seres humanos.
También son conocidos por ser defensores de lo justo. Si estás en una situación injusta, harías bien en llamar a uno. En la mitología siempre aparecen como los mejores consejeros para esta clase de problemas. Su inteligencia y su astucia hace que se solucione pacíficamente cualquier problema de esta índole. No les gusta pelear, y lo evitan siempre que pueden.
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AMÉRICA
La mayoría de los autores llaman serpientes a los dragones mesoamericanos, pero ya que la palabra dragón significa serpiente, se puede tomar el término “náhuatl cóatl” como dragón en el caso de los seres mitológicos mencionados, en lugar del significado literal de serpiente, para diferenciarlos de las serpientes y de las víboras, a las cuales se atribuyen significados propios.
En torno a Los Andes se creía en el poder que ejercían las “serpientes del abismo marítimo y de la montaña esplendorosa”. Estas eran criaturas de grandes proporciones también consideradas dragones. Por ejemplo, las que se veneraban en los Andes centrales difieren de aquellas de los extremos del Imperio Inca.
Las bestias de la mayor parte de Sudamérica estaban ampliamente relacionadas con enormes serpientes que se remontaban con los orígenes de la humanidad, coincidiendo con otras regiones del planeta. Pero, a diferencia del viejo mundo, estos dragones no presentan uniformidad en sus características predominantes, ni en sus actitudes, aun siendo de aspectos semejantes.
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(*) Periodista español
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