sábado, 20 de febrero de 2021

El claretiano Martínez Oliveras profundiza en la figura de san José como ejemplo de fidelidad y concordia


MADRID.- «La devoción que el Papa Francisco profesa a san José es patente, y más tras la carta apostólica Patris corde y la proclamación del Año de san José». Centrándose en esta figura y «su fidelidad a prueba», Carlos Martínez Oliveras, CMF, misionero claretiano, ha dialogado en un retiro internacional de Cuaresma.

Impartido a través del canal de YouTube de Publicaciones Claretianas, el autor de Diez cosas que el Papa Francisco quiere que sepas sobre san José, ha comparado el desierto cuaresmal con el momento de pandemia que vivimos en la actualidad. «Si algo nos ha dado a entender este virus es que nos ha presentado una realidad difícil, de prueba, tal y como es el desierto: un lugar de tentación, cansancio, fatiga, sed e incertidumbe».

Pero Oliveras ha destacado que también el desierto «es el lugar del encuentro con Dios, el lugar de paso para llegar a la tierra prometida, es el lugar de la alianza… Una oportunidad «para vivir en la clave de volver a Dios, de conversión».

Y es que de la misma forma que la pandmeia nos ha hecho volver a lo esencial, a volver nuestra mirada a lo básico, también nos ha enseñado que «no podemos salvarnos solos. Que necesitamos de los demás y de la misma forma de la Palabra de Dios y su maná, con plena confianza en el Dios de la vida».

Dios aparece en medio de nuestras pruebas

Estamos llamados a caminar por ese desierto, ha explicado el claretiano, «y las pruebas a las que nos enfrentemos en el nos llevarán a conocernos más a nosotros mismos, y nos permitirán situarnos en la sociedad y la realidad que vivimos». 

Así fueron también las pruebas a las que tuvo que enfrentarse el santo. «José fue una figura determinante y protagonista de la salvación. Un hombre que tiene una indiscutible vida interior, y que gracias a ella encontró razones para creer en medio de la incertidumbre». 

El que fuera director del  Instituto Teológico de Vida Religiosa ITVR ha destacado que «gracias a su fe, a mantener la esperanza, sintió que Dios no era ajeno ni está ausente en todo lo que nos pasa».

San José además representa la experiencia de muchas personas que en situaciones difíciles se ven obligadas a huir, «y su realidad nos enseña que frente a la tentación de tirar la toalla, hay que mantener encendida la llama de la esperanza. La respuesta de san José fue inmediata y marcada por un inmenso fiat».


Compartir

No hay comentarios:

Publicar un comentario