domingo, 3 de enero de 2016

El Papa pide a los fieles «vigilancia» ante el «misterio del mal» que acecha al mundo

CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa ha recomendado a los católicos leer cada día un párrafo del Evangelio para conocer mejor a Jesús, durante el primer ángelus del año 2016. "No se olviden, cada día leamos un párrafo del Evangelio. También llevar un pequeño evangelio en el bolsillo o en la cartera nos hará bien", ha exhortado.

Ante miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro, ha invitado ser testigos de la palabra de Dios porque "la vocación y alegría de todo bautizado es indicar y donar a Jesús a los demás". Así, ha explicado que para hacerlo, "es necesario conocerle y tenerlo dentro, como Señor de vida".
Francisco ha contrapuesto el "amor de Dios" a la falta de acogida por parte de los hombres al tiempo que ha asegurado que el "misterio del mal" que acecha al mundo reclama mayor "vigilancia y atención" de los fieles.
"El libro del Génesis dice que el mal 'está escondido delante de nuestra puerta'. Ay de nosotros si lo dejamos entrar, sería él entonces a cerrar nuestra puerta a los demás. Estamos en cambio llamados a abrir enteramente la puerta de nuestro corazón a la Palabra de Dios, a Jesús, para volvernos así sus hijos", ha aseverado. 
En este sentido, ha lamentado que los hombres "han cerrado la puerta en la cara" al Hijo de Dios. "Es el misterio del mal que insidia nuestra vida y que nos solicita a la vigilancia y atención para que no prevalezca", ha advertido.
Asomado a la ventana del Palacio Apostólico, el Pontífice ha reflexionado sobre el significado litúrgico del Prólogo del Evangelio de San Juan, del que ha dicho que no esconde "el carácter dramático de la Encarnación al proclamar que el Verbo", que significa que "la Palabra creadora de Dios, se hizo carne y habitó entre los hombres".
Ha recalcado que la afirmación de evangelista San Juan "la Palabra es la luz, y sin embargo los hombres han preferido las tinieblas", se refiere precisamente a esa paradójica contraposición entre el amor de Dios y la reacción de los hombres.

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