CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Francisco dedicó el servicio de Viernes Santo a las víctimas
del tráfico de personas, un tema que dominará este año el ritual que
recrea la crucifixión de Jesús en el Coliseo de Roma previo a la Pascua.
Roma se alistaba temprano para la procesión del Vía Crucis que lidera
Francisco. Miles de peregrinos y turistas asisten cada año a la
celebración católica.
Las meditaciones de este año, que se leerán en voz alta durante la
procesión, fueron compuestas por la monja italiana Eugenia Bonetti,
quien trabaja para rescatar a los migrantes y mujeres obligadas a
prostituirse por traficantes de personas en las calles de Italia.
Bonetti es una reconocida activista en el tema de la trata humana.
Francisco, que lidera a los 1.300 millones de católicos romanos del
mundo, suele referirse a los traficantes de migrantes como “mercaderes
de carne humana” que explotan a los más desesperados para su propio
beneficio.
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