MANAGUA.- El obispo nicaragüense Silvio Báez,
un férreo crítico del Gobierno de Daniel Ortega en el marco de la crisis
que vive Nicaragua desde hace un año y que ha dejado cientos de
muertos, abogó este domingo por estar siempre al lado de las víctimas y
defender la vida y la dignidad humana.
En su mensaje
de Pascua de este Domingo de Resurrección, Báez, obispo auxiliar de
Managua y a quien el papa Francisco trasladará al Vaticano después de la
Semana Santa, dijo durante su homilía que "no se negocia la libertad,
ni la dignidad ni la vida de las personas".
Explicó que quienes siguen a Jesús "tenemos que adoptar
siempre una postura clara y firme contra todo lo que destruye o degrada
la vida y la dignidad humana", por lo que instó a los que creen en la
justicia de Dios a favor del crucificado a preguntarse siempre de parte
de quién se está.
"¿Estamos de parte de los que crucifican o de parte de los crucificados?", inquirió.
El religioso, que denunció recientemente un plan para asesinarlo en
medio de la crisis que vive el país, abogó por ser solidarios y defender
a quienes están oprimidos y son violentados en su dignidad, porque esa
"es la mejor expresión de fe misma en el resucitado".
"Allí donde los hombres ponen muertos, introducen lágrimas y derraman
sangre inocente, Dios pone vida. Allí donde parece que la injusticia
humana triunfa, en el resucitado tenemos la certeza de la justicia de
Dios por encima de las injusticias humanas", exclamó, en medio de
aplausos de los feligreses.
Invitó a los
nicaragüenses a no cansarse de hacer el bien ni de luchar por la paz y
la justicia, "para que, como seguidores del crucificado, estemos al lado
de las víctimas y defendamos siempre la dignidad y la vida humana, y
para que siempre experimentemos el inmenso gozo de ser perdonamos y
acogidos por Dios".
Asimismo, hizo un llamamiento a los pecadores a buscar el perdón de Dios.
"No importa cuán lejos hayamos estado de Dios, no importa si hemos
pactado con el mal, no importa si hemos vivido en las tinieblas, no
importa cuán bajo pecado vil hayamos cometido", anotó.
Observó que la Pascua es un momento propicio "para reconocer todos
nuestros errores, nuestros egoísmos, nuestras hipocresías y nuestra
maldad inconfesada y nuestros pecados ocultos" y que si uno acoge a
Jesús sentirá "el poder y la fuerza de su perdón, que sana el corazón y
libera de todo esclavitud".
"Nadie está irremediablemente perdido, nadie está condenado irremediablemente a hacer el mal", agregó.
Báez dijo a los pecadores que, a pesar de sus errores y limitaciones,
el encuentro con Dios "nos da fuerza para defender nuestra libertad sin
terminar siendo esclavo de ningún ídolo, esclavo de ningún poder
humano".
Báez ofreció su homilía antes de viajar a
Roma por decisión del papa Francisco en la parroquia Nuestro Señor de
Esquipulas, 11 kilómetros al sureste de Managua, donde fue vitoreado por
los presentes que gritaron, entre otros, "Silvio, amigo, el pueblo está
contigo" y clamaron por "libertad y justicia para Nicaragua"
Báez fue uno de los mediadores del frustrado diálogo nacional que se
desarrolló entre mayo y julio de 2018 para superar la crisis y estuvo
entre los religiosos heridos durante un ataque de grupos de choque
gubernamentales a un templo católico, tras lo cual Ortega acusó a
"algunos obispos" del Episcopado de apoyar un supuesto "golpe de Estado
fallido".
El obispo, a quien Ortega tildó en una
ocasión de "bravucón", ha sostenido que el Gobierno es el principal
responsable de la crisis humanitaria que enfrenta Nicaragua como
producto de la "represión".
Nicaragua atraviesa una
grave crisis que ha dejado 325 muertos desde abril de 2018, de acuerdo
con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque
algunos grupos elevan a 568 las víctimas mortales, mientras que el
Ejecutivo solo reconoce 199 y denuncia un intento de golpe de Estado.
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