JERUSALÉN.- El Papa Francisco ha indicado, durante su
homilía en la misa celebrada este lunes en el Cenáculo, que este lugar
recuerda el nacimiento de la Iglesia jerárquica sobre la base de Jesús
resucitado y de la familia cristiana en la que se encuentra "la luz y la
fuerza para caminar y renovarse a pesar de las dificultades y de las
pruebas de la vida".
A esta "gran familia", según ha dicho, están invitados y llamados
todos los hijos de Dios de todos los pueblos y lenguas y éste es "el
horizonte del Cenáculo: el horizonte del Resucitado y de la Iglesia".
Asimismo, ha resaltado que el Cenáculo recuerda no solo la
"fraternidad" y el "servicio a los pobres" sino también la "traición",
una actitud que aparece cuando se juzga a los demás.
"El Cenáculo también recuerda la mezquindad, la curiosidad --¿Quién
va a traicionarle?-- y la traición. Y puede ser cada uno de nosotros, no
solo los otros, los que reviven esta actitud cuando miramos con desdén
al hermano y lo juzgamos; cuando con nuestros pecados traicionamos a
Dios", ha precisado.
En todo caso, el Pontífice ha remarcado que el Cenáculo recuerda
asimismo el servicio, con el lavado de pies a los discípulos, un gesto
de acogida y amor que insta a "servir a los pobres, a los enfermos, los
excluidos, aquellos que molestan".
En este sentido, ha subrayado que el lugar donde se celebró la
Última Cena recuerda la necesidad de compartir, de la fraternidad, de la
armonía y de la paz. "¡Cuánto amor, cuánto bien ha dado el Cenáculo!
¡Cuánta caridad ha salido de aquí como la corriente de agua de una
fuente, que al principio es muy fina y después se alarga y se hace
grande. El gran río de la santidad de la Iglesia ha nacido aquí", ha
remarcado.
Durante la celebración, el Pontífice ha enviado un saludo
afectuoso a los Patriarcas orientales católicos que han participado
estos días en su peregrinación, les ha agradecido su presencia
"preciosa" y les ha asegurado que ocupan "un lugar especial" en su
corazón y su oración. Al término de la misa, el Papa ha saludado a los
representantes de las diferentes religiones presentes y una religiosa no
ha podido contener la emoción y le ha dado un beso en la mejilla.
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