AMMÁN.- El Papa Francisco ha advertido en Jordania, primera etapa de su viaje a Tierra Santa, de que existe una urgente necesidad de acabar con la guerra en Siria y ha pedido una solución justa para el conflicto entre palestinos e israelíes.
En un discurso junto al Rey Abdala II de
Jordania, el Pontífice dijo "constatar con dolor" la tensión que vive
Oriente Medio, se lamentó de la triste situación en la que viven los
refugiados sirios, palestinos e iraquíes y renovó el compromiso de ayuda
de la iglesia Católica. Asimismo, en una multitudinaria misa en Ammán,
ha advertido de que "la paz no se compra ni se vende, sino que es
cuestión de gestos cotidianos".
Nada más pisar el reino hachemí, el pontífice dejó claro que, pese a
ser una peregrinación, en su periplo no va a eludir los problemas
políticos de una región sacudida durante décadas por la guerra y la
injusticia.
"Este país acoge generosamente a una gran cantidad de refugiados
palestinos, iraquíes y de otras zonas en crisis, en especial de la
vecina Siria, destruida por un conflicto que está durando demasiado
tiempo. Esta acogida merece el reconocimiento y la ayuda de la comunidad
internacional", afirmó.
"La Iglesia Católica, dentro de sus posibilidades, quiere
comprometerse en la asistencia a los refugiados y a los necesitados,
sobre todo mediante Cáritas Jordania", afirmó Francisco, quien dijo
"constatar con dolor que sigue habiendo fuertes tensiones en la región
de Medio Oriente".
"Agradezco a las autoridades del reino todo lo que
hacen y les animo a seguir esforzándose por lograr la tan deseada paz
duradera en toda la región. Para esto, es necesario y urgente encontrar
una solución pacífica a la crisis siria, además de una justa solución al
conflicto entre israelíes y palestinos", señaló.
El Papa agradeció, asimismo, al reino de Jordania sus esfuerzos por
fomentar el diálogo interreligioso y destacó al reino hachemí como
ejemplo de convivencia pacífica y enriquecedora entre cristianos y
musulmanes. "Aprovecho la ocasión para renovar mi profundo respeto y
consideración a la comunidad musulmana, y expresar mi reconocimiento por
el liderazgo que su majestad ha asumido para promover un adecuado
entendimiento de las virtudes proclamadas por el Islam y la serena
convivencia entre los fieles de las diversas religiones", subrayó.
"Manifiesto mi gratitud a Jordania por haber animado diversas
iniciativas importantes a favor del diálogo interreligioso para la
promoción del entendimiento entre judíos, cristianos y musulmanes, como
el "Mensaje Interreligioso de Ammán", y por haber promovido en el seno
de la ONU la celebración anual de la "Semana de la Armonía entre las
Religiones", recalcó.
Comunidad cristiana en Jordania
Francisco también dirigió un saludo "afectuoso" a la comunidad
cristiana "presentes en el país desde la edad apostólica, plenamente
integrados" en un reino donde "contribuyen al bien común de la
sociedad".
"A pesar de ser numéricamente minoritarios sus acciones en
los campos educativo y sanitario son muy apreciadas", insistió el
pontífice antes de subrayar "el derecho a la libertad religiosa, de
culto de poder manifestar a qué fe pertenece uno son derechos
fundamentales humanos, no sólo en Oriente Medio, sino en el mundo
entero".
Al hilo de este argumento, reiteró que los cristianos intentan
contribuir al desarrollo de la sociedad junto a los musulmanes y
transmitió "un especial deseo de paz para el reino de Jordania y su
pueblo". Además, hizo hincapié en las especiales relaciones que
mantienen musulmanes y cristianos y agradeció la "cálida acogida" por
parte de la Casa Real jordana. "Que dios misericordioso os conceda
felicidad y larga vida", le transmitió al monarca hachemí, antes de
bendecirle en árabe y desearle "paz".
Abdala II destacó "el compromiso personal" que el Papa ha asumido en
la búsqueda de la paz y el diálogo en el mundo, y le agradeció "el
liderazgo" en el camino hacia el entendimiento y la coexistencia.
El monarca hachemí recordó que Jordania fue el primer país árabe
visitado por un pontífice, Pablo VI, quien hace cincuenta años también
inició en Ammán su histórica peregrinación a Tierra Santa, la primera de
un Papa desde tiempos del emperador Constantino. Y renovó su
compromiso, como descendiente de Mahoma, de promover el islam de la paz y
el entendimiento y seguir tendiendo "los puentes que el pueblo jordano
construye" en pos del diálogo en la región y en el mundo. Asimismo,
destacó su compromiso en la defensa de los santos lugares de Jerusalén,
tanto cristianos y musulmanes, desde su posición de custodio de la
ciudad santa.
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