lunes, 19 de agosto de 2019

Papa Francisco, a los cristianos: “La opción por el Evangelio no puede posponerse”


CIUDAD DEL VATICANO.- “El Evangelio no puede posponerse”. El Papa Francisco lanzó sobre los fieles un llamado a la acción, a no quedarse en casa, a no contemplar 'lo cristiano' en abstracto y “contra el prójimo”, sino salir a su encuentro. En un momento en el que la vida humana se negocia en despachos mientras se hunde en el mar, Bergolio lo tiene claro: “Es bueno llamarnos cristianos, pero sobre todo debemos ser cristianos en situaciones concretas, dando testimonio del Evangelio, que es esencialmente amor por Dios y por nuestros hermanos”.

En el Angelus de ayer domingo, el Papa llamó la atención sobre el momento en que Jesús advierte a sus discípulos de que “ha llegado el momento de la decisión”, de “prender fuego a la Tierra”. Unas palabras, señaló que “tienen el propósito de ayudar a los discípulos a abandonar toda actitud de pereza, apatía, indiferencia y cierre para recibir el fuego del amor de Dios”.
“Él nos llama a difundir este fuego en el mundo, gracias al cual seremos reconocidos como sus verdaderos discípulos” recordó Francisco, apuntando que esa misión “se ha visto desde los primeros días del cristianismo: el testimonio del Evangelio se extendió como un fuego beneficioso, superando cada división entre individuos, categorías sociales, pueblos y naciones”. 
Un fuego que “quema toda forma de particularismo y mantiene la caridad abierta a todos, con una sola preferencia: la de los más pobres y los excluidos”.
Ser discípulos de Jesús “también requiere la voluntad de servir a los demás”, recordó Bergolio, quien agradeció a tantos voluntarios que dedican su tiempo en favor de los enfermos, los pobres y las personas con discapacidad.
Porque “el Evangelio se manifiesta verdaderamente como el fuego que salva, que cambia el mundo a partir del cambio del corazón de cada uno”.
Jesús también vino “a 'dividir', a poner en 'crisis', pero de manera saludable, la vida de sus discípulos, rompiendo las ilusiones fáciles de aquellos que creen que pueden combinar la vida cristiana y compromisos de todo tipo, prácticas y actitudes religiosas, contra el prójimo”, resaltó el Papa.
"¡Cuántos cristianos van donde el adivinador a ver qué les va a pasar!. Eso no es fe, es superstición". 
En definitiva, “se trata de no vivir hipócritamente, sino de vivir coherente, y estar dispuesto a pagar el precio por ser coherentes con el Evangelio”.

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