domingo, 31 de marzo de 2019

El papa advierte en Marruecos contra el proselitismo

RABAT.- El Papa Francisco concluyó el domingo con una misa su corta visita a Marruecos marcada por los llamamientos a los derechos de los migrantes, la tolerancia religiosa y la libertad de conciencia, con una advertencia contra el proselitismo.

La visita comenzó el sábado con una reunión con el rey Mohammed VI, centrado en el diálogo interreligioso, y luego el Papa se dedicó a las pequeñas comunidades cristianas de este país donde el Islam es credo estatal.
"Permanezcan cerca de quienes son a veces dejados de lado, de los pequeños y de los pobres, de los presos y de los migrantes", aconsejó el papa este domingo a sacerdotes reunidos en la Catedral de Rabat.
En cambio advirtió que "los caminos de la misión (religiosa) no pasan por el proselitismo, que conduce siempre a un callejón sin salida, sino por nuestro modo de ser con Jesús y con los demás insistió Francisco. "¡Por favor, nada de proselitismo!" exhortó.
"La Iglesia no se agranda con el proselitismo sino con el testimonio", aseguró.
La exhortación del papa tiene especial resonancia en un país donde el proselitismo activo ante musulmanes marroquíes puede ser penado con hasta tres años de prisión.
En cambio, los musulmanes tienen en teoría el derecho de convertirse si tal es su deseo, una notable apertura respecto a otros países como Emiratos árabes, donde la conversión puede ser castigada con pena de muerte.
En la catedral, renovada y recién pintada para la ocasión, se habían congregado sacerdotes, monjas y representantes religiosos de Marruecos pero también provenientes de otras naciones africanas.
El papa les agradeció su "presencia humilde y discreta", y abrazó a la hermana Ersillia Mantovani, de 97 años, una italiana franciscana que acaba de celebrar sus 80 años de vida religiosa.
Antes de partir del templo, Francisco saludó a los representantes del Consejo de Iglesias cristianas de Marruecos, creado para promover el diálogo ecuménico, y que agrupa a las iglesias católica, anglicana, evangélica, greco-ortodoxa y ruso-ortodoxa.
En su última actividad el papa celebró misa en castellano en un complejo deportivo cubierto en Rabat, con la asistencia de unos 10.000 fieles.
"¡Viva el papa!", coreó la muchedumbre compuesta por jóvenes migrantes del Africa negra, pero también europeos y filipinos, además de algunos marroquíes.
En su sermón el jefe de la iglesia católica rogó nuevamente por la tolerancia religiosa y la coexistencia pacífica de los creyentes. 
"La tentación de creer en el odio y la venganza como medios legítimos para garantizar la justicia de manera rápida y efectiva siempre nos amenaza", dijo.
"Me conmueve verlo, me conmueve su bendición", dijo Samba, un joven migrante de 18 años oriundo de Burkina Faso, que espera poder "mudarse a Europa".
"He estado esperando este momento por mucho tiempo, quería reunirme con él, pero no fue posible, pero él está aquí y tenemos que disfrutarlo", agregó el joven migrante.
El sábado, Francisco había mencionado varias veces el "sufrimiento" de los migrantes al denunciar "la indiferencia y el silencio".
En Marruecos hay unos 30.000 católicos, 10 veces menos que antes de su independencia, en 1956. Durante la época de la colonización española y francesa había 200 iglesias, mientras que actualmente apenas quedan 44.
Las iglesias fueron rescatadas del olvido gracias a la llegada de subsaharianos, de estudiantes atraídos por el sistema de becas universitarias y de migrantes que aspiran a realizar la travesía hasta Europa.
La comunidad cristiana cuenta también con algunos miles de marroquíes convertidos que luchan desde 2017 para poder disfrutar plenamente de la libertad de culto reconocida por su Constitución.

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