domingo, 12 de abril de 2015

Franciscanos en Tierra Santa, candidatura al Premio 'Princesa de Asturias' 2015

MADRID.- La presentación de la candidatura de los Franciscanos en Tierra Santa, pertenecientes a la Orden Franciscana fundada por San Francisco de Asís,  al Premio 'Princesa de Asturias' 2015, viene motivada por la necesidad de otorgar un justo reconocimiento a su presencia y labor durante ocho siglos en aquellas tierras de Oriente Medio. Los Franciscanos han permanecido allí desde el siglo XIII hasta la actualidad, para custodiar los Santos Lugares, ayudar a los más necesitados, y actuar como portavoces de reconciliación y de paz en zonas de permanente conflicto.

La historia de los Franciscanos en Tierra Santa impresiona e impacta. Allí han permanecido superando guerras, sufriendo persecuciones y martirios, solventando divergencias culturales, para ayudar a los más necesitados, sin distinción de ideologíaso religión. Llegaron para  recuperar los Santos Lugares de la cristiandady se quedaron para servir y atender a los pueblos asolados por las guerras con el saludo de la Paz y el Bien. Ese era el saludo de su fundador San Francisco de Asís quien, recién terminadas las Cruzadas,  llevó en persona este mensaje hasta el Sultán de Egipto, Melek-el-Kamel. Afirman las crónicas de aquel tiempo que lo hizo con tal fe y convicción, que se estableció entre ellos una corriente de simpatía, lo que llevó al Sultán a dar la orden de que “Los frailes de la cuerda pudieran estar en sus territorios”.  Esta presencia continuaría a lo largo de la historia, incluso en épocas de enfrentamientos entre cristianos y el Islam.
 En 1342 el Papa Clemente VI les designó como representantes de la Iglesia Católica. Todos los Papas han venido manifestando su estímulo y agradecimiento a esta Familia Franciscana, constituida hoy por 334 frailes de 32 nacionalidades.
 Pablo VI, el primer papa que pudo visitar Tierra Santa, hizo esta afirmación: “Siento gran admiración por los Franciscanos, quienes a lo largo de siete siglos han desarrollado con tanta abnegación y precioso y fecundo servicio de un fiel apostolado en la tierra elegida por Jesús, con admirable irradiación de fe viva, ardiente caridad  y celo apostólico”.
 España, ya desde los Reyes Católicos, ha admirado la gran tarea desarrollada por los frailes en aquellos lugares, que les ha ayudado en múltiples ocasiones. Como agradecimiento a esa ayuda y a la gran presencia de misioneros españoles desde hace siglos, se concede al Rey de España el honor de llamarse Rey de Jerusalén.
 La presencia de los Franciscanos en Tierra Santa ha sabido imponer la concordia a la discordia, así como crear puentes de encuentro y diálogo entre diferentes culturas y credos. Parece casi imposible que durante cuatro siglos de los ocho de su presencia allí, fueran los únicos católicos, pero esa es su historia y sólo puede explicarse porque los Franciscanos crearon estructuras organizativas para la comunidad.
 A ellos se debe la puesta en marcha de obras sociales para mantener el cristianismo en la Tierra de Jesús. Estas obras se pueden resumir en cuatro:
  1. Conseguir trabajo para los cristianos
  2. Distribuir medicinas y alimentos a la población local, no sólo la cristiana sino también la musulmana
  3. Crear escuelas, orfanatos, y asilos
  4. Edificar viviendas y proporcionar alquileres para que las familias más pobres vivan en condiciones dignas.
La importancia y el valor político de la vivienda en Tierra Santa, tan disputada por todos, tiene la identidad y connotación de “tierra prometida”. Quien posee la tierra o la casa, sólo tiene el poder y el estatus político y religioso. Para la Custodia de Tierra Santa la construcción, compra o alquiler de un terreno o de una casa es una obra social a la que se otorga  la máxima trascendencia para subsistir la iglesia local. Solo en Jerusalén, a beneficio de los cristianos que no pagan nada, los Franciscanos alojan a 440 familias en sus respectivas viviendas, lo que equivale a unas 2.225 personas. También se hallan en construcción más de 46 apartamentos.
 Este compromiso con la sociedad se complementa con otras obras sociales en Betania, Betfagé, Belén y Hebrón, entre otros lugares, donde se han establecido 16 escuelas, para más de 10.000 alumnos y se han creado 800 puestos de trabajo. Así mismo, existen cinco casas de hospedaje, tres residencias de la tercera edad y dos casas de acogida para niños y huérfanos, además de bolsas y becas de estudio de escolares y universitarios. Todo ello ha facilitado el encuentro entre palestinos, hebreos, musulmanes y cristianos de todas las confesiones.
Finalmente, cabe destacar la labor de los Franciscanos que promueven la tolerancia, la conciliación y el diálogo entre las diversas culturas y religiones, favoreciendo la paz y el enriquecimiento cultural mutuo, siendo la Custodia de Tierra Santa un puente de unión y conexión entre religiones. Impulsan la concordia y el abrazo fraterno entre palestinos e israelitas, y apelan, desde hace milenios, a la armonía y unidad entre diferentes comunidades.
Su trascendencia internacional viene determinada por la contribución y el fomento de la paz, la solidaridad, la conciliación, y la protección del patrimonio de los lugares bíblicos. Como decía el Papa Francisco en Tierra Santa: “La paz ni se compra ni se vende, se construye y se reza”. 

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