Cautivó a Barack Obama, el presidente de la mayor potencia del mundo.
Recibió a Vladimir Putin y también a las autoridades de Ucrania, en
pleno conflicto bélico. Tendió lazos y cruzó telegramas con China, país
con el que el Vaticano no tiene vínculos diplomáticos. Fue anfitrión del
histórico restablecimiento de las relaciones bilaterales entre Cuba y
los Estados Unidos. Y, además, logró que Cristina Fernández de Kirchner
cambiara en pocos días su fría posición inicial y se abrazara con el
“papa del fin del mundo”. Sólo por esas gestiones, Francisco podría ser
calificado como un experto en deambular por la cocina del poder.
Por eso, sorprendieron sus palabras a la prensa mexicana. “A veces me he sentido usado por la política del país. Sé que mucha gente, sin quererlo la mayoría, algunos queriéndolo, usan venir acá o una carta mía o un llamado”, confesó a Televisa, en referencia a las fotos con muchos de los candidatos presidenciales en la Argentina.
“A Francisco lo definiría como un hábil político. Es uno de los
mayores políticos actuales. Sabe hacia dónde va y qué es lo que quiere”,
aseguró a 'Perfil' Rubén Dri, profesor de Sociología de la Religión en la
UBA. Según el exponente de la Teología de la Liberación, el Papa asumió
con “la misión primordial de recuperar a la Iglesia como factor de
poder”. Otro aspecto que Dri remarca es la estrategia política que
utiliza Jorge Bergoglio para conseguir ese objetivo: “Tiene una manera
populista de acercamiento, de contacto con los sectores populares”.
Quien concuerda con esa visión es Fortunato Mallimaci, investigador
del Conicet. “Así como hay una utilización política de los religiosos,
hay una utilización católica de los políticos en la Argentina. Hemos
pasado del sueño del obispo propio al sueño del papa propio. Acá nadie
es ingenuo, nadie desconoce los intereses del otro”, sostiene el
sociólogo que estudia la religión.
Para Daniel Bilotta, profesor titular de Planificación Comunicación en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, las palabras de Francisco son una consecuencia de la exposición que tiene al frente de la Iglesia.
“No es que el Papa sea un ingenuo pero pasaron dos años para comprender
que el cargo que ocupa lo expone, como quedó demostrado con la
infinidad de fotos que se sacó en el Vaticano y aquí fueron puestas al
servicio de intereses casi particulares”, sostiene el académico. Bilotta
marca una diferencia del ejercicio del poder durante su etapa en el
Arzobispado de Buenos Aires, donde contaba con menor visibilidad, y su
Pontificado, donde “no pudo permanecer fuera del enfoque de los medios
por la necesidad de consolidar su liderazgo dentro de la Iglesia”.
En el plano de la política internacional, Francisco se destacó por su
oposición al bombardeo norteamericano a Siria, sus gestos de paz y
fraternidad ante el Muro de los Lamentos en Jerusalén, y su oposición a
una “guerra fratricida” entre Ucrania y Rusia. Pero allí no se agotaron
sus desafíos en la escena mundial.
“En el plano político, el gran
desafío de Francisco es Estado Islámico. Y ciertas formas de
fundamentalismo musulmán que podrían significar muchísimo derramamiento
de sangre y persecución de cristianos. Además, está pendiente la
relación del Vaticano con China y también con Rusia”, consideró José
María Poirier, director de la revista Criterio.
Francisco también demostró su cintura política en los últimos
Colegios Cardenalicios, donde primero sorprendió y, luego, se alzó con
el trono de San Pedro. Nada mal para un sacerdote de las periferias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario