CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Francisco anunció hoy la celebración de un "Jubileo de la Misericordia",
que comenzará el próximo 8 de diciembre con la apertura de la Puerta
Santa de la basílica de San Pedro y concluirá el 20 de noviembre de
2016.
El Año Santo comenzará oficialmente el día de la Inmaculada Concepción y finalizará casi un año después, en la festividad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo, dijo el papa.
El anuncio de este Año Santo extraordinario se produjo durante la celebración de la penitencia en la Basílica de San Pedro, el mismo día en el que se cumple el segundo aniversario de la elección como papa del argentino Jorge Mario Bergoglio.
"La
llamada de Jesús nos anima a no detenernos nunca en la superficie de
las cosas, sobre todo cuando nos encontramos ante una persona. Estamos
llamados a ver más allá, a apuntar al corazón para ver de cuánta
generosidad es uno capaz. Nadie puede ser excluido de la misericordia de Dios", dijo.
Y
añadió: "He pensado a menudo en cómo la Iglesia pueda hacer más
evidente su misión de ser testimonio de la misericordia. Es un camino
que inicia con una conversión espiritual. Por eso he decidido convocar
un Jubileo extraordinario que tenga en su centro la misericordia de Dios".
La Santa Sede informó de que la apertura de esta celebración adquiere "un significado especial" ya que tendrá lugar en el quincuagésimo aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II (1962-1965).
Asimismo indicó que el anuncio oficial y solemne del Año Santo se
realizará mediante la lectura y publicación en la Puerta Santa de la
"bula" en el día de la Divina Misericordia, fiesta instituida por Juan
Pablo II y que este año se celebrará el 12 de abril.
El
primer papa jesuita y latinoamericano de la Historia ha dedicado esta
celebración a la Misericordia, a la que se ha referido en múltiples
ocasiones y que está incluida en el propio lema de su pontificado:
"Miserando atque eligendo" ("Lo miró con misericordia y lo eligió").
En el caso del Jubileo convocado hoy por Francisco, se trata de un Año Santo extraordinario, es decir, que ha sido proclamado con ocasión de un acontecimiento de particular importancia.
Su
inicio oficial tendrá lugar con el simbólico y tradicional derribo de
la Puerta Santa, que se abre solamente durante el Año Santo.
Su apertura simboliza que, durante el tiempo jubilar, la Iglesia ofrece a los fieles una "vía extraordinaria" hacia la salvación.
Tras la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro,
serán abiertas sucesivamente las de las otras basílicas mayores de
Roma: San Juan de Letrán, San Pablo Extramuros y Santa María Mayor.
Los
Años Santos ordinarios celebrados hasta la fecha han sido 26, el último
el 2000, con el cambio de milenio y bajo el pontificado de Juan Pablo
II.
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